Fernando opina: La vida sin fin

Publicado el 30 septiembre 2021 por Losmejoreslibros @lmejoreslibros

¡Hola a todos! Creo que alguna vez lo he comentado, pero soy un amante de la fantasía que peca de susceptible con este género. Para empezar, mi comienzo fue tardío. Lo primero que leí fue Canción de hielo y fuego, porque «a mí no me gustaban las historias de magia». No sé si fue la introducción paulatina de la misma o qué, pero me cautivó. Y fue una gran toma de contacto.

Después, fui poco receptivo con autores autopublicados escritores de fantasía. Es un género especialmente difícil de escribir, construir y diseñar (yo mismo no me atrevo a meterme aquí), y no confiaba en el buen hacer de cualquier persona que no conociera. Craso error, por supuesto. Rubén H. Ernand me hizo cambiar de opinión de un plumazo, con su libro La primavera ausente, primera parte de su propia saga, y el autor que hoy nos ocupa, Jorge Gonex, me ha asestado el golpe final por mi infundado recelo a los autopublicados de fantasía. Hoy tenemos el libro La vida sin fin, una joya que te hace olvidar a Martins, Abercrombies y Sandersons.

Título La vida sin fin

Autor Jorge Gonex

Editorial Autopublicado

Género Fantasía

Número de páginas 756

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Sinopsis del libro La vida sin fin

Siempre concebimos la vida como una línea, con un principio y su final. Sin embargo, en Thoran existen seres inmortales que mueven en secreto los hilos de la humanidad desde los albores de las eras. Son los llamados seren. Sus actos mantienen la paz que instauró la diosa Icitzy cuando venció a Daretian, el Diablo Blanco. Siete siglos después, el mundo se agita víctima de un siniestro anciano con planes que podrían aniquilar reinos y extinguir linajes. Varias vidas se verán envueltas en la vorágine desatada. Senderos entrelazados que tejen un destino inevitable.

Aawo, un molinero fracasado que abandona su hogar para salir adelante; Saith, un muchacho que guarda un extraordinario poder latente; Aldan, un consejero real que esconde más secretos de los que podría recordar; Aaralyn, una niña amiathir que desea dominar la magia olvidada por su raza; y Hyrran, un joven mercenario que solo se preocupa por sí mismo. Ellos deberán evitar que su mundo sea sacudido por una historia que anhela repetirse.

Introducción

Ante nosotros, un reto ambicioso. Más que eso. Nos encontramos delante de nuestros ojos un manuscrito que comienza a mostrarte las pinceladas de maestría en sus primeras hojas. Y también te enseña uno de sus puntos fuertes: la utilidad de lo mediocre. El triunfo de lo menos convencional. Una de las fortalezas del libro La vida sin fin, a mi entender, es que puede llegar a ser tan importante el molinero fracasado como el paladín más heroico.

Es un manuscrito que te enseña que unos pequeños detalles pueden desembocar en éxito o tragedia, y te da pequeñas lecciones vitales que saborear. A menudo me he encontrado analizando el capítulo recién leído, cuando ya llevo la mitad del siguiente, y esto no puede ser más que una gran invitación a devorar esta saga.

El universo

Uno de los problemas que le encuentro a ser un lector asiduo de fantasía es el inabarcable glosario de personajes y localizaciones que toda gran historia del género debe tener. Si ya me cuesta recordar algunas de la obra de George R.R. Martin o J.R.R. Tolkien, como para abarcar la de diez autores más (por poner un número). Por eso, a menudo me encuentro olvidando este tipo de detalles, o incluso pasándolos de largo ante la certeza de que no los voy a retener.

Sin embargo, y este es un dato más que valioso para el libro La vida sin fin, he encontrado una inusual facilidad para captar todo esto en las páginas de Jorge Gonex. En Thoran, el universo creado por el autor, contamos con varias naciones de humanos. Tenemos a los amiathir, unos hechiceros cuya magia se creía extinta. Tenemos a los seren, cuya inmortalidad les hace haber vivido las leyendas de las que todos hablan. Los olin, los athen… Desde luego, el reto planteado es más que ambicioso.

Reparto

Como siempre digo, y como en casi cada obra que se precie, el elenco de personajes es fundamental. Pues aquí tenemos otro de los puntos fuertes (fornido, robusto, hercúleo) en el libro La vida sin fin. Podemos contar hasta cinco puntos de vista principales totalmente diferentes. Cada uno de ellos con sus fortalezas y debilidades. Cada uno de ellos se enfrenta a las mismas, tratando de superarlas contra todos los impedimentos. Veremos a quienes las vencen, y veremos a quienes sucumben ante el destino. Enemigos que se enfrentan creyendo que ambos tienen a la razón de su lado, amigos que se unen después de media vida en circunstancias inconcebibles. Reinos con litros de sangre derramada a sus espaldas que se ven obligados a colaborar por un bien común. La venganza después del llanto. La llamada a la heroicidad de quien se creía un mero peñón.

Por todo esto y por más, acabas amando a los Aawo, Saith, Lyn, Hyrran, Aldan o Ahmik. Luchan con y contra dioses, por y para los suyos. Batallan contra la obcecación humana, que traspasa todos los límites de lo racional al igual que ocurre en la vida real.

La verdad es que, en esta reseña, siento que escribo mucho y digo poco, pero lo cierto es que no es fácil explicar la cantidad de matices que hay que explicar sobre esta novela. No he mencionado los giros de guion, las subtramas que encajan hacia el ocaso del manuscrito, relacionándolas con escenas del inicio, las distintas ramas del árbol que crees casuales y que terminan unificándose. La prosa preciosista.

Todo.

Jorge Gonex, te odio

Este solamente pretende ser un escueto apunte por el final de la novela. De esos que te deja con ganas de más, en los que, cuando crees saborear el desenlace, te deja ahí. Es algo bueno, ya lo sabéis. Todo autor que maneje los tiempos con maestría como hace Jorge te debe dejar en ese punto exacto. Ese limbo del «te odio por lo bien que lo has hecho».

«CABRÓN».

Conclusión 

Me pasa mucho que, cuando una novela me gusta, cuando una lectura me ha apasionado, se nota en la reseña que escribo. Y es cierto que, tal vez, no he sido todo lo preciso que pudiera dando mi opinión sobre el libro La vida sin fin, pero creo que el mensaje global ha quedado claro y ha calado en quien haya pasado por estas líneas. No tengo mejor forma de cerrar estos pocos párrafos que recomendar encarecidamente que leas el libro La vida sin fin.

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