En 2003, tras su aparición en The New York Times, me concedía una entrevista para una revista en la que coordinaba contenidos (cosa que creía impensable, después de haber salido en el dominical neoyorquino). Entonces me pareció una persona cercana y amable, consciente de su enorme aportación a la gastronomía española y mundial, pero sin los humos propios de alguien que alcanza la cima del éxito.
10 años después, tras asistir a la conferencia que Ferran Adrià impartió este martes en el Mobile World Centre en Barcelona, me sigue pareciendo la misma persona cercana y amable, que se pregunta constantemente el por qué de las cosas. Porque esa es la única manera de progresar, de entender, de crecer, de crear y recrear, de innovar... ¡Así es Ferran Adrià!
Durante la charla hizo un repaso de su trayectoria y de la historia del Bulli, a la vez que nos adelantaba hacia donde se dirigía esta nueva etapa con El Bulli Foundation y la Bullipedia. Porque el Bulli, com él bien dijo cuando cerró sus puertas, no cerraba para siempre y pronto se podrá visitar. El proyecto incluye crear un museo en El Bulli y los visitantes podrán contemplar una amplia colección de objetos, así como visitar todos sus recovecos, incluida su cocina, de la que salían auténticas obras de arte.
Otra de las novedades es que algunos afortunados podrán volver a degustar sus platos. ¿Seré una de ellas?
De izquierda a derecha: La Sariqui, Ferran Adrià y Lucía, una compi del Postgrado