Ferrol running (Capítulo 4) De Mugardos a Chanterio y vuelta por Montefaro

Por Fermín Fermin Fernandez @ferminffaviles

22 de diciembre de 2013Vacaciones de Navidad 2013 y de nuevo en Ferrol. Este año el pronóstico del tiempo tiene mala pinta, se prevé una ciclogénesis explosiva y algo con ese nombre no puede ser bueno para correr por la costa. Este primer día de vacaciones amanece con cielo amenazante pero seco, así que aprovechamos para salir a correr… no sea que no haya más oportunidades.
Muchas veces hemos corrido por las márgenes urbanas de la ría (Ferrol running Cap.1: “ríabajo-ríarriba”), también por la margen derecha de la ría (Ferrol running Cap.2: de Cariño a San Felipe), pero nunca por la margen izquierda, hoy era el día. Desde Madrid habíamos buscado en internet alguna ruta interesante para volver a recorrer corriendo caminos que ya habíamos recorrido en coche. El que nos pareció más interesante fue este:

La Ruta:

Circular, salimos y llegamos al mismo sitio el puerto pesquero de Mugardos. Recorrido de 21 km que se puede acortar atajando por un camino, como explico más adelante. Partimos del puerto de la Real Villa pulpeira de Mugardos, en la comarca de Ferrol, bordeando la ría hasta llegar a Punta Segaño, ya en la comarca de Ares, para parar a mirar al Atlántico, al otro lado del horizonte se presiente América. Continuamos después hasta a la playa de Chanteiro para volver a Mugardos subiendo por Montefaro para deleitarnos un rato con las vistas, casi aéreas, de Ferrol.
La altimetría, como es habitual por estos lares, no es plana (y menos si queremos contemplar la estampa de la ría desde Montefaro). Hay algunas subiditas/bajaditas al salir de Mugardos para llegar a la Ensenada de O Baño y desde Punta Segaño hasta la playa de Chanteiro. Luego está la Subida/Bajada con mayúsculas a Montefaro, donde pasamos desde el nivel del mar a casi 300 metros de altitud.

Recorrido y altimetría


La ruta en wikiloc -->aquí

En amarillo el atajo que habrá que probar otro día


Primera parte: Desde el puerto de Mugardos a Punta Segaño.


El punto de salida es la Casa del Reloj al final del puerto pesquero de Mugardos, hoy bastante tranquilo, en otros tiempos, me cuenta mi suegro queel puerto estaba plagado de pulpeiros mazando pulpos (dándole palos para que la carne se ablande) ¿A quién se le ocurría por primera vez que dando golpes a un pulpo la carne se queda más blanda y comestible?. Hoy en día ya no se hace, existen centrifugadoras industriales que hacen este trabajo.

Mugardos


Salimos bordeando el puerto por la Avenida del Mar hasta la rotonda; aunque la avenida sigue bordeando la ría, no hay salida. En la rotonda hay que subir por Rua Real hasta coger a la derecha Rua Peteiro. Por esta calle y después por O Baño y la Redonda (antiguamente aldeas) recorreremos unos 3 kilómetros bordeando la ensenada de O Baño. Primero en subida y luego en bajada. Por este tramo, además de una cadena de casas adosadas fotocopiadas, como las que se ven por todos los pueblos y ciudades, todavía se puede ver lo que queda de alguna casa bonita de las que se construían los emigrantes cuando volvían de hacer fortuna en las “Indias”. Algunas en buen estado, otras como el Pazo Das Condesas, de 1803, en no tan bueno, al menos el exterior, pero viendo los pilares de piedra que quedan del hórreo se puede hace uno una idea de la dimensión del mismo.

Rua Peteiro


Restos del hórreo en el Pazo Das Condesas


Bordeamos la Ensenada de O Baño hasta llegar a punta Redonda, a la derecha tenemos las vistas de la ensenada, la playa de A Bestarruza, Mugardos, Ferrol,…

Ensenada do Baño


Felis silvestris catus

En cuanto damos la vuelta a la Redonda nos topamos de frente con las puertas del Castillo de la Palma. Desde este punto no se puede observar con perspectiva esta fortaleza del siglo XVI, la tenemos demasiado encima. Inicialmente fue un punto de vigilancia de la Ría (parejo al castillo de San Felipe al otro lado de la ría), posteriormente se convirtió en cárcel militar, allí estuvo encerrado una temporada el golpista Tejero. Ahora, desde que fue adquirido por una cadena hotelera, se encuentra en estado de abandono (“Crisis? What Crisis?” que diría Supertramp).

Las puertas del castillo

Desde otros puntos más elevados de la ruta tendremos oportunidad de volver a ver el castillo con más perspectiva.Rodeamos el castillo siguiendo por el mismo camino que continua paralelo a la ría. Este camino está en buenas condiciones, inicialmente es de asfalto y más tarde pasa a ser de tierra pisada. Las vistas a lo largo del camino son hermosas: a lo lejos la entrada de la ría, por el borde vamos viendo el margen de la ría desde unos metros de altura, en algunas partes se puede distinguir alguna cala de difícil acceso y en el otro margen de la ría vemos desde el Castillo de San Felipe hasta el trazado, entre eucaliptos, del camino que seguíamos en la ruta del capítulo 2.

al fondo, buque entrando en la ría de Ferrol


al lado, margen de la ría


abajo, calita de difícil acceso


enfrente, el castillo de San Felipe


… Incluso algún anfibio encontramos en el camino aunque, desgraciadamente, no vivo. Nunca había visto un tritón.

en el suelo, tritón un poco chafao


Este camino que sigue a la ría, desde el castillo hasta la punta Segaño, tiene unos 3 kilómetros y medio. Es prácticamente plano y con terreno en buenas condiciones, muy poco transitado excepto por algún que otro runner, alguna bici y paseantes de perros que nos cruzamos por el camino.

Haciendo camino al correr


Enseguida llegamos al cabo donde termina (o empieza según se mire) la ría: Punta Segaño. En este cabo, como en otros muchos puntos de la costa ferrolana, encontramos instalaciones militares abandonadas. En este caso son varías edificaciones a modo de cuarteles y una serie de túneles y pasadizos que dan acceso a las ubicaciones donde estaban situadas las baterías de artillería. Estas instalaciones defensivas se construyeron a principio del siglo XX, alguna indicación se encuentra de 1901. 

Instalaciones militares abandonadas de Punta Segaño


hace 112 años


Es curioso meterse por los túneles y salir a una especie de balcones privilegiados con vistas al horizonte donde antiguamente se situaban los cañones. Ahora los cañones se los han llevado y solo quedan restos de las plataformas, pero lo que no se puede llevar nadie son las vistas. 
 

túneles ...


... pasadizos ¡¡secretos!!

Aquí estaban los cañones


Desde estos palcos se puede admirar, en la corta distancia, como rompen las olas en las rocas y acantilados, algún cormorán,.. 

el mar no estaba para bromas

 

Cormoranes en la roca


En la larga distancia, aunque hoy no es un día claro: la entrada a la ría de Betanzos, Coruña, el cabo Prioriño, la entrada de la ría de Ferrol,…

el que suscribe, al fondo A Coruña


entrada a la ría de Ares


Garita, Ferrol al fondo


Segunda parte: A Chanteiro y subida a Montefaro.


Dejamos atrás las baterías con sus vistas al Atlántico y seguimos el camino dirección Chanteiro, ya entre eucaliptos por terrenos de la comarca de Ares, ahora acompañados por la lluvia.

Empezó la lluvia


Al principio, el camino es en subida alrededor de un kilómetro y después bajada hasta la playa. Si no hay intención de bajar a la playa, poco después del kilómetro ocho, hay varias alternativas: coger un camino a la izquierda que va más directo hasta Montefaro (y supongo más bonito al ser camino y no carretera, pero al no haberlo cogido nos quedará esta incógnita por despejar para un próximo viaje) o seguir por carretera dirección Cervás, que es lo que hicimos, bajando previamente a la playa como habíamos previsto.
De bajada a la playa nos encontramos con la ermita de Chanteiro, gótica del siglo XIV, y en la playa un momento de relajación contemplando el arco iris mientras va dejando de llover. No sé que tiene las playas que siempre me relajan, será la música de las olas…

Playa de Chanteiro, dejando de llover


Ermita de Chanteiro desde el camino


… Hay que seguir. Lo malo de correr en invierno, entre otras cosas, es que si paras demasiado tiempo enseguida se queda el sudor frio. No teníamos claro el camino exacto a seguir, sabíamos que siguiendo en esta dirección daríamos la vuelta por Cervás para llegar de nuevo a Mugardos pero no sabíamos exactamente por cual de los caminos se subía a Montefaro, aunque siempre llevábamos la visión de las enormes antenas que hay en la cima que nos servían de referencia.
Seguimos por la carretera, este no es un trazado ideal para correr, mucho mejor camino entre árboles que carretera entre casas, pero era domingo por la mañana y apenas si pasó uno o dos coches en todo el trayecto.
El cielo estaba bastante cubierto pero había dejado de llover. Por la izquierda íbamos bordeando el monte y por la derecha teníamos vistas, bastante plomizas hoy, a la ría de Ares. Los azules del cielo y el mar se habían transformado en tonos grises.

Ría de Ares, un poco cubierto el cielo


Las antenas de Montefaro las seguíamos viendo, pero nos dábamos cuenta que poco a poco nos íbamos alejando de ellas. Los caminos que íbamos encontrando a la izquierda no tenían ninguna indicación, hasta que en uno de ellos sí vimos indicaciones de Montefaro y Monasterio de Santa Catalina, lo cogimos, era casi subir en dirección contraria a la que traíamos pero si seguíamos la carretera íbamos a llegar a Mugardos sin haber subido a Montefaro.
Desde la playa de Chanterio habíamos corrido unos 3 km por la carretera hasta que encontramos este camino. La subida no fue por el camino más corto, incluso en algún punto tuvimos que dar marcha atrás, pero encontramos el buen camino.
Seguimos el camino y la intuición (ya que en algunos cruces no había indicaciones), siempre subiendo. Antes de llegar a la cima pasamos por el Monasterio de Santa Catalina, fundado en el siglo XII aunque fue remodelado siglos después, abierto a las visitas hoy. El poder eclesiástico de este monasterio se disputó durante siglos con la nobleza del lugar la pertenencia de la villa de Mugardos, no estaba claro quién tenía el derecho de expoliar a los campesinos de Mugardos y alrededores, hasta que en 1805 el rey declaró a la villa "Real" y a partir de ese momento, solo la Hacienda del Reino podía hacerlo.

Monasterio de Santa Catalina, rehabilitado y visitable


La subida no se nos hace demasiado dura, poco a poco íbamos viendo las enormes antenas cada vez más cerca hasta que las pasamos para llegar a la parte más alta de Montefaro, donde encontramos varios caminos que conducen a diferentes miradores según se quiera vistas al norte, sur, este u oeste. 

por fin, hicimos cima


Merece la pena acercarse a estos palcos naturales y admirar de nuevo el horizonte.
Desde un punto: el Atlántico, el cabo Prioriño y el desértico puerto exterior de Ferrol cuya construcción destrozó la costa para beneficio de alguno.

Cabo prioriño y el triste puerto exterior de Ferrol


Desde otro punto, donde también quedan restos de construcciones defensivas militares, la batería de Peña Bailadora, tenemos las vistas al interior de la ría de Ferrol: el Castillo de San Felipe, Castillo de la Palma, la propia ciudad de Ferrol, Mugardos,…

Castillo de San Felipe


Castillo de La Palma


Restos de las instalaciones militares


Al fondo Ferrol


Mugardos, ahí empezamos la ruta


otra vista de la ría


Desde aquí te sientes don Google Earth, todo se ve a vista de satélite… bueno por lo menos a vista de halcón. 

ya sólo queda bajar


La subida ha merecido la pena.

Terecera parte: Desde Montefaro bajada a Mugardos


Llevamos ya 16 km y es hora de regresar, tras unas fotos del paisaje toca volver a Mugardos, pero ahora, prácticamente todo el camino restante es de bajada.
Salimos de la batería y empezamos a bajar, dejamos atrás el monasterio y ahora no bajamos por donde subimos sino que cogemos otro camino a la izquierda que baja directamente hasta la Redonda. Este camino/carretera va entre la naturaleza. Por el lado izquierdo: eucaliptos, robles, castaños, la alfombra marrón y amarilla que ha dejado el otoño en el suelo.

Camino de vuelta


alfombra otoñal


bosque encantado


Por el lado derecho vamos viendo, cada vez más cerca: la ría, el puerto de Ferrol, Mugardos…

Bajada, ¡¡sin frenos!!


Tras la larga y empinada bajada llegamos a la ensenada de O Baño, ya a nivel del mar. Los últimos dos kilómetros son por el mismo camino del inicio. Pequeña subidita en Rua Peteiro y de nuevo bajada hasta llegar a la Casa del Reloj, la lonja de Mugardos al final del puerto pesquero. Por este tramo final, vamos pasando por la puerta de todos los bares y pulperías que ahora, hora del aperitivo, si están más animados de parroquianos y turistas.
Unos estiramientos, unas fotos…

por ma que empujaba, no pudo con el muro


Nasas. Al fondo Montefaro, desde allí hemos bajado


gaviota posadora


casitas y barquitas de Mugardos


… y para rematar la faena y recuperación de las sales minerales perdidas: una Estrella Galicia en el Chipi.

Tan importante como el ejercicio es la recuperación...


Ay señor, jubílame pronto!!