Ayer y casi de sorpresa por una invitación de última hora pude disfrutar del festival Mad Live, patrocinado por Sony, y con un cartel bastante apetecible a priori. De la organización decir que estaba bastante bien, excepto el detalle de no dejarte salir fuera del recinto, y consumir dentro con sus precios bastante más caros, por lo que si llegabas pronto, ya no podías salir hasta que te fueras. Desde luego mi reclamo eran The National, los cabeza de cartel y grupo al que adoro.Nada más llegar empezaron Belako, la banda del País Vasco compuesta por 2 chicos y 2 chicas que me dejaron un gran sabor de boca. Su propuesta rompedora de post-punk, rock alternativo estilo noventero y pinceladas de hardcore, es de lo más llamativa y que encima canten casi todos menos el batería le da mucha riqueza a esta joven banda. Sonaron Stop contradictions, No folks, Molly and Pete, Monday, Southern sea, etc...
A continuación llegaban The Orwells cuyo disco de este año Disgraceland está bastante bien, pero ya desde el primer momento noté una cosa que sabía sería un lastre en su actuación, y eran las poses y la tontería que tiene encima el cantante de la banda, aún así el sonido fue bueno aunque cayendo algo en la monotonía a medida que avanzaba la actuación. Sonaron del último disco Dirty sheets, The righteous one, Let it burn o Bathroom tile blues y de las antíguas Suspended, In my bed, etc...De Grises he de decir que me gustaron, aunque admito que fue el momento de relax, reposición de fuerzas y demás, y no pude oír su concierto entero, pero su propuesta de electro-rock me gustó bastante.
Salieron al escenario Mando Diao, cuyo giro en su último álbum es tan grande, que no parecen ellos. Pero lo peor de los suecos es que han cambiado su indumentaria ya que antes eran unos chavales rockeritos con sus chupas negras, botas de rock and roll, y ahora parecen Hare Krishnas en Eurovisión, pero sobre todo es un grupo que para mi ha perdido su esencia, porque se puede variasry evolucionar pero sin perder la calidad, y anoche vi que eran ellos, pero no lo eran, esas voces rotas de las dos cantantes han pasado a mejor vida, y parece como si sus conciertos se hayan convertido en un rato para ir a la discoteca.Sonaron Sweet wet dreams, Money doesn't make you a man y Black saturday de su nuevo y prescindible trabajo. De las antiguas, Gloria y Dance with somebody de aquel buen Give me fire! donde coqueteaban con la electrónica todavía bien, más antíguas y medio destrozadas por su actual estado discotequero God Knows, Down in the past, Mr.Moon y Long before rock 'n' roll (que casi ni la identifiqué).
Y llegó un regreso muy esperado por mi, el de la banda madrileña Cycle que ha recuperado a su primer cantante Luke Donovan. Empezaron de menos a más y acabaron arrasando. Luke algo gordete (ya se pondrá en forma) sigue siendo un excepcional cantante, su química con La China Patino es indudable, y ella es el animal de escenario de siempre. David Kano ha acertado de pleno en volver a lo grande. Despacharon su nuevo tema Saturday girl (impresionante) y recordaron gemas de su primer disco como Perfect pervert, Apple tree, Confusión!!! o Mechanical... una actuación que me puso muy contento.
Como penúltimos de la noche estaban los británicos The Kooks, cuyo cantante va de estrellita de las nenas (había mucho público jovencito que iba a verlos), pero a diferencia del cantante de Orwells, este tipo canta bien, no hace el idiota y la banda suena como un reloj. Desfilaron temas de todos sus discos, así de su último trabajo de este año que presentaban sonaron Around town, Bad habit, Down, Forgive & forget y See me now. De anteriores trabajos Junk of the heart (happy) del anterior, Always where I need to be de aquel gran Konk, y del primero sus ya míticas See the world, Ooh La, Eddie's gun y Naïve.
Y llegó el gran momento de la noche cuando The National, la banda de Ohio, afincada en Brooklyn salieron a escena bajo la sintonía del Riders on the storm de The Doors. Un año casi justo hacía que los vi en la plaza de Vistalegre, y lo de ayer no sé si decir que fue igual o incluso más intenso, ya que esta vez los vi mucho más de cerca y eso desde luego hace que lo disfrutes mucho más. La banda es una delicia, Matt a la voz es un genio, aunque se cabree, tire el micro y se golpee con él en la cabeza, tire botellas llenas al aire, patee la copa que bebe, es un animal tranquilo y violento de escenario a la vez. Los hermanos Dessner a las guitarras (y uno de ellos al piano) son simplemente espectaculares, y qué decir de los otros hermanos Devendorf al bajo y esa batería descomunal que lleva los ritmos como un metrónomo.
Tocaron un fantástico repertorio basado en su 3 últimos trabajos, así de Trouble will find me sonaron Don't swallow the cap (que abrió el concierto), I should live in salt, Sea of love, I need my girl (maravillosa), This is the last time, Pink rabbits y Graceless.De su fantástico High Violet disfrutamos y de qué manera de Afraid of everyone, Conversation 16, Sorrow, England, Terrible love y esa maravilla final a capela de Vanderlyle Crybaby Geeks con el público haciendo los coros.De discos anteriores pudimos oír Fake Empire, Mistaken for strangers, Squalor Victoria (increíble), Slow show y Ada de Boxer además de Mr.November del Alligator, momento en que Matt empezó a mezclarse con el público mientras cantaba.Qué delicia de concierto, que melancolía tan gloriosa llevada hasta límites insospechados, y que bien me hace sentir esta banda cuando los veo en vivo.
Os dejo con el vídeo de Fireproof de The National que ayer no tocaron, pero que me encanta.