El honor de abrir el Festival no podía recaer en otro que no fuera su organizador y promotor. El charro InBlauk desplegó su repertorio presentando nueva formación desde la última vez que lo habíamos visto en directo, con un sonido más eléctrico del que dio buena muestra con un variado arsenal de guitarras, pero sin renunciar de ningún modo a su origen acústico. Sin embargo, siempre que veo a InBlauk tengo la sensación de que de nuevo y tristemente se hace realidad el refrán “no ser profeta en su tierra”, porque lo que está consiguiendo este artista no lo ha hecho nadie de esta zona y creo que no está lo suficientemente reconocido. Con el ánimo de que esto cambie y que siga tocando tan bien y organizando estos eventos que tanto nos gustan, desde aquí va todo nuestro apoyo y buenos deseos en su carrera.