El jurado del festival coronaba la fuerza del cine asiático otorgando el premio especial del jurado a la coreana “La memoria del asesino”, de Won-Shin-Yu.
The guiltyFestival de cine policiaco de Beaune 2018
Publicado el 05 junio 2018 por Revista PrÓtesis @RevistaPROTESIS
Sirva esta crónica sobre Beaune, ciudad donde Stéphane Audran deja huella, de despedida La enfermedad, una variante de la encefalopatía espongiforme, se lleva a sus vacas, penosamente intenta engañar a los servicios sanitarios. Las quema, luego inventa cualquier historia para distraer de su desaparición - la policía no le cree, su hermana tampoco. No interesa que las vacas sobrevivan. No interesa saber qué es lo que está acabando con el mundo rural; y tras el mundo rural, con la vida de ganaderos supervivientes como Pierre, y lo que su vida y su actividad representa para el mantenimiento de unos ecosistemas económicos, paisajísticos y culturales. La película es seca, dura y no incurre en sentimentalismos; en la última imagen Pierre abandona, sabe que ha perdido la batalla, se aleja de su granja, cruza una mirada de despedida y desesperación con una de sus vacas en el prado, continúa su camino: hacia otro lugar, hacia otra vida. No hubo tiempo para ver Río Negro, de Eric Zonka, con estreno previsto en Francia el 18 de julio, y que se anuncia como una de las películas negras más intensas de 2018.La película británica Jersey Affair, opera prima de Michael Pearce, devuelve el sabor de otro costado en la obra de Chabrol, el Atlántico como trasfondo de obsesivas historias negras en la vena de La bestia debe morir de Nicholas Blake. El Atlántico es poderoso y moldea las vidas de quienes viven junto a él con una fuerza de algún modo primitiva, tal vez neolítica. Esa fuerza está presente en la película, servida por excelentes interpretaciones de la joven actriz irlandesa Jessi Buckley y del joven y brillante cantautor folk británico Johnny Flynn. Es desbordada la pasión que la empuja a ella a huir de una tiránica y acrisoladamente heráldica familia enraizada en la tierra y el lugar para unirse a él, con algo primitivo en su interior, pero también con experiencia carcelaria y sospechoso de los asesinatos en serie que asolan a la isla. Hay algo paralelo en las extrañas corrientes del Atlántico y las extrañas corrientes que pasan por la mente de Jessi Buckley (guía turística de profesión) en la vida real. Sin embargo el guion no siempre logra atar en un diagrama lógico los diversos elementos de la narración. Y si uno comprende que el personaje de la chica está marcado por un mar cruel, sobre todo cuando comparece ante los policías que la van arrestar, no resulta del todo convincente su emergencia de las cenizas (tras el accidente del coche en el que huyen), como un fénix alzándose sobre el mal, para dejar una brutal explicación de cuál es en realidad la bestia, el asesino en serie, que asola el lugar. Esta deficiencia no es óbice para no disfrutar la energía y la frescura que despide la película. El tercer asesino (Kore Eda Hirokazu) Galardonada con el premio Beaune a la mejor película del festival, The looming storm, La tormenta inminente, de Don Yue, ratifica la fuerza del cine asiático y nos transporta a una ciudad de China en 1997, a pocos meses de la cesión de Hong Kong. Es una época turbulenta, Ya Guowei, jefe de seguridad de una gran empresa siderúrgica en el sur del país, investiga una serie de asesinatos de jóvenes obreras. Uno se pregunta si este cine chino no es el que mejor retiene el sabor del cine negro en sus orígenes. Esto es lo que podría haber sido Hammett en sus orígenes: lugares remotos de Estados Unidos, como Butte, en Montana (que inspiraría la ciudad infernal de “Cosecha de sangre”), donde mineros y obreros que sostienen la pujanza industrial del país hacen huelgas bajo la vigilancia de los detectives de la Pinkerton. Traspasado a China, el fruto podría ser por ejemplo esta película, que nos transmite una imagen de la China convertida en una potencia industrial, a qué precio. Una lluvia incesante, fatídica, subraya el precio humano, y ecológico, pagado por China para fabricar productos, acero en este caso, mientras el resto del mundo especula. La investigación se malogra, Yua no da con el auténtico asesino de las obreras. Muere un inocente, él es procesado. Y la película se vuelve épica cuando Yua sale de la cárcel años después. Vuelve a esa ciudad bajo la lluvia, y encuentra que la siderúrgica va a cerrar, de hecho la van a volar, y con ella vuela el sentido de toda una vida: el lugar donde recibió el premio al mejor obrero del año 1997. Y ese año, 1997, parece tan lejano. Como el suicidio de la mujer a la que quiso, en esa ciudad siderúrgica, bajo la lluvia. Cierra esta rápida reseña la película sorpresa del festival: la danesa El culpable, de Gustav Möller, con una memorable interpretación de Jakob Cederberg. La película se resuelve con un espléndido respeto a la unidad de tiempo, escenario y acción. Una mujer llama al servicio de emergencias 112 de la policía. La versión que cuenta es que la han secuestrado. El policía lo cree todo. Hará todo lo necesario para salvarla, armado únicamente con el casco de escucha del servicio 112, la posibilidad de poner en contacto a los diversos servicios, el manejo del GPS, y sin abandonar en ningún momento la sala donde se reciben las llamadas de emergencia. Magníficamente dosificado el guión, el vuelco total llega sin sobresaltos, pautado pero no menos sorprendente. Hay un crimen atroz y el asesino no es ni mucho menos quien a todos luces lo parece. Desde ese teléfono, consigue localizar el lugar donde se encuentra. Se limitan a felicitarle: buen trabajo. Espléndida película sobre la soledad del trabajo policial, sobre la violencia que entra en el cerebro como un meteorito caído desde una galaxia remota, y que de algún modo es preciso encajar en un marco humano, para darle sentido, para amañar un sucedáneo de justicia. Los premios literarios de Beaune recaían en Peter Farris, Last call for the living, mejor novela extranjera; Jacky Schwartzman (Demain c`est loin) mejor novela negra francesa; Charlotte Cahné (Fatale Descente) premio a la mejor primera novela de autor emergente.Ramón García