Festival de Málaga: LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA, Big Bang Theory

Publicado el 13 abril 2018 por Cineenserio @cineenserio

Últimamente Mateo Gil ya no acompaña a Alejandro Amenabar. En el pasado era el guionista preferido para cada uno de sus proyectos y ahora ha dejado de serlo. Ha aprendido a volar solo y en el presente demuestra que es un fiel admirador de la serie de televisión Big Bang Theory ¿Por qué digo esto? Muy sencillo, su última película, Las leyes de la termodinámica huele mucho a la obra de Chuck Lorre y Bill Prady. No, no hay esta vez una camarera buenorra como vecina pero si una aspirante a actriz, guapísima hasta decir basta, que se enamora del cerebrito de la universidad, un profesor ayudante al que le hacen ojitos algunas estudiantes, como las que bebían los vientos de Indiana Jones en el primero de los largometrajes de la saga del arqueólogo más famoso del cine. Su amigo, un ligón empedernido que tiene la misma labia que Howard, el amigo friki de Leonard, va a dar la horma de su zapato. Demasiadas coincidencias para que no se verdad esta teoría mía sin Big Bang. Es por esto que parece y tenemos esa sensación, de que esa historia ya nos la han contado o al menos la hemos oído en boca de alguien cercano. La diferencia con la esta sitcom televisiva la encontramos en la forma de presentar las cosas y en como las digerimos, sin anestesia y todo pa´dentro.

La puesta de escena de Las leyes de la termodinámica no puede ser más original con videos documentales, no videos caseros como algunas comedietas norteamericanas o entrevistas a los personajes, en donde verdaderos expertos y doctores en la materia a tratar han visto como se ha hecho un corta y pega con sus ideas más realistas y experimentales. Todo lo que sucede a nuestro alrededor está motivado por una serie de leyes o explicaciones científicas que dejan en nada el libre albedrio olvidándose completamente de un destino elegido por nosotros. Todas nuestras acciones, comportamientos y demás situaciones que nos rodean están regidas por leyes universales como las de la termodinámica que hacen que nos convirtamos en elementos muy simples o partículas subátomicas cualquiera que nunca han oido hablar de las palabras humanidad o sentido. Lo que en principio descuadra un poco, lía mucho y acaba desesperando no son estas pequeñas intervenciones intercaladas en la propia historia sino la presentación que se hace de esta con flashbacks, prolepsis o escenas espejo que ya vimos en alguna película de este mismo género como (500) días juntos, del director Marc Webb.

¿Qué decir del reparto de Las leyes de la termodinámica? Pues que llegamos a empatizar con ellos y enamorarnos en cierta manera de su papel pues seguramente hemos vivido situaciones análogas o escenitas semejantes en algún momento de nuestra vida. Chino Darín tira de tópicos argentinos, su nueva novía juega bien sus cartas aguantando lo imposible y mucho más con tal de conseguir que ese bala perdida asiente su cabeza hueca. Los otros dos lados de este cuadrado perfecto son una pareja irreconocible y fantástica que no tienen nada en común y que están abocados al desastre más absoluto, como ese barco que flota en el cubo y acaba hundiéndose quemado por las circunstancias. Elena es una mulata desordenada y con una vida social muy rica que siempre está rodeada de guapos pretendientes con los que nadie en su sano juicio podría competir y menos Manel que basa toda su vida en estas teorías científicas que van a hacerle más mal que bien tal y como le avisa su profesor de tesis, un Josep María Pou que impresiona con su ley de Coughlin o expertos consejos basados en la experiencia visual de campo.

Es muy triste pensar que tenemos muy poco que hacer en esto de la vida y que no podemos ser capaces de manejar nuestro futuro. No sé si alguien o algo maneja la barca de mi vida pero me gustaría creer que solo yo puedo dar un cero o más puntuación a lo que hago. El corazón en ocasiones o la cabeza deben superar a las fórmulas matemáticas o a esas ecuaciones con dificil solución. No hay que ser un Sheldon Cooper de la vida para llegar a conclusiones básicas o ver más allá de las apariencias, tampoco un Manel maniático y con destellos de un leve TOC curable. Yo paso de entropías, temperaturas febriles y energías invisibles ¿Y vosotros? Los primeros que lo van a tener muy claro o turbio serán los espectadores de la sesión inaugural del Festival de Málaga que han vivido en primicia el preestreno de Las leyes de la termodinámica.