Creo que en 4 días de Festival de Cine de Málaga, ya me he transformado en todo un profesional del cine argentino, es por eso que yo me pregunto “¿están todos los argentinos chiflados como su cine pretende representar?”.
Matrimonio es el viaje emocional de una pareja que lleva 20 años juntos y se han dejado arrastrar por las sirenas de la rutina, llevándolos a una deriva emocional alejados el uno del otro. Permitanme que use semejante tonadilla poética para hacer una breve sinopsis de la película, pero estamos ante un largometraje adaptado levemente sobre el texto de Ulysses de James Joyce, así que podrán imaginarse como es la narración y el resto del viaje emocional.
Para empezar, no se puede arrancar una película con los pensamientos de un tipo, sólo con el uso de la voz en off, ya que hace que los minutos esenciales de conexión entre metraje y espectador, se pierdan y fluyan como lágrimas en la lluvia, que diría aquel. No contentos con eso, y cuando sólo llevamos un tercio del visionado total, decides que ya sabes que es lo que va a pasar en los dos tercios restante, que ya no te interesa y qué haces allí, o al menos eso me preguntaba yo mientras buscaba la salida de incendios.
Pero centrémonos un poco más en la narración del texto, ¿de verdad era esto necesario? Porque esta es mi mayor duda; desconozco si Carlos Jaureguialzo ha pretendido hacer un Memento del amor, o por si el contrario, buscaba innovar tanto que le ha salido rana el experimento.
De todos modos, la película no deja tan mal sabor de boca como cabría esperar en un principio, y es aquí donde reside, tal vez, el encanto de ésta.
MATRIMONIO SE PROYECTA EL 24 DE ABRIL A LAS 20 H. EN EL CINE ALBÉNIZ DENTRO DE LA SECCIÓN TERRITORIO LATINOAMERICANO DEL FESTIVAL DE CINE ESPAÑOL DE MÁLAGA