Tercer y último día del macrofestival Mad Cool, donde toda la atención estaba puesta, por lo menos de mi parte (y la de mi amigo Addison de Witt que vino de Bilbao), en el concierto del más grande, osea Neil Young, acompañado de Promise of the Real, que no sólo confirmó las expectativas sino que las superó y con creces, y ahora os contaré porqué. De los tres días de conciertos, este era sin duda el más desigual en cuanto al cartel, destacaba Tío Neil por encima de todos y luego había cosas sueltas, pero a mucha... mucha... pero mucha distancia del canadiense. Por derecho propio, Young y su concierto no sólo han sido históricos, sino que por descontado se ha convertido en el mejor concierto de este enorme festival. Band of Horses ocupan el segundo lugar en mi corazón y The Who el tercero.
Llegamos a la campa con el concierto de The London Souls empezado en el escenario 2, y con más calor que días atrás, pero lo disfruté muchísimo. Dos tipos en el escenario, Tash Neal a la guitarra y voz, y Chris St. Hilaire a la batería. Muy en onda The Black Keys, aunque luego en disco su paleta se amplía y tienen más registros, no sólo el rock blues, sino funky y demás territorios musicales. Venían a presentar su último trabajo del año pasado, el tercero ya, de título Here come the girls (sugerente título sin duda) del que tocaron Steady, Honey, The River, etc., algunas nuevas y una versión de Ohio de Neil Young que me encantó. Desde luego una de las gratísimas sorpresas del festival bajo mi punto de vista, ya que no los conocía.
Abría el escenario 1 Gary Clark Jr., el gran guitarrista de Austin, Texas, que en formación de cuarteto nos deleitó con un buen concierto, en el que sus sólos a las seis cuerdas nos hicieron disfrutar mucho al respetable. Tocó siete temas, ya que muchos de ellos se alargaban por su deriva hacia el lucimiento personal, así cayeron Bright Lights, Travis County, Our Love, Cold Blooded, Shake, Church y The Healing. Como ya ocurriera en mi caso paticular hace 3 años en Biarritz, fue la plataforma perfecta para luego ver a Neil Young.
Y salió a escena, todavía de día, Neil Young, el canadiense afincado en Estados Unidos, precedido por unas chicas que sembraban un supuesto campo, y que luego sus semillas eran barridas por los personajes de Monsanto. Tío Neil tiene 70 tacos, y ya les gustaría a muchos poder estar en la forma que tiene él a esa edad, sin duda ha llegado a viejo mejor que nadie y lo de anoche no deja lugar a las dudas. 2h 30m de concierto demoledores, pausado y emocional al principio, salvaje y con un fuego imperecedero en su interior que le hacen traspasar cualquier frontera y convertirse por derecho propio en el más grande en las otras dos partes del extenso concierto. Neil tiene barra libre en los festivales, y se nota, nadie toca más tiempo, pero en su caso puedo decir que hasta se hace corto, por mi que hubiera tocado 4 horas, no me hubiese importado lo más mínimo.
Y sacó la Old Black Tío Neil, para despachar una tercera parte del concierto que fue la más salvaje que le recuerdo, y sin duda la que te hace adorarle por los siglos de los siglos, grandeza a paladas, y donde ya estás de rodillas porque el disfrute no se puede ni explicar. La selección fue de quitarse el sombrero, Down by the river fue majestuosa, con sus paradas, sus momentos de hacer gemir la guitarra, todo, brutal. Pero claro ahí no quedó la cosa, y había que darle cera al mítico Ragged Glory con los Crazy Horse y cayó Mansion on the hill, bellísima, cargó y quemó el festival con la mítica Like a Hurricane, descansó con Western hero de aquel disco noventero con Crazy Horse Sleep with angels, para terminar con Rockin' in the free world del Freedom para éxtasis absoluto del personal, tema que parecía que nunca quería acabar y que a nadie importó que durara y durara. Ya en los bises me ganó del todo con Love and only love y la banda completamente desatada. Hubo momentos de auténtica levitación cuando Neil hacía gemir su guitarra, los 4 chicos se le unían y aquello era un akelarre musical. Ver a esos 4 chavales botando junto a Neil Young al acabar la actuación, como 5 amigos que se lo han pasado de vicio, demuestra que desde anoche hay un antes y un después. CONCIERTO MÍTICO.
Después de la furia y el abrasador concierto de Neil Young había que tener la inteligencia y la elegancia de irse a otros territorios más calmados y disfrutar de algo patrio, y eso hicimos, fuimos a ver a Xoel López y su concierto en el escenario 3. En formación de quinteto, con Xoel a la voz y guitarra, teclados, bajo, batería y corista, el gallego despachó temas de sus dos discos en solitario más algunos de Deluxe. Así cayeron de Paramales Yo sólo quería que me llevaras a bailar, Todo lo que merezcas, A serea e o mariñeiro y Ningún hombre, ningún lugar. De Atlántico pudimos escuchar Hombre de ninguna parte, Tierra, El asaltante de estaciones, Por el viejo barrio (Plegaria) y De Piedras y arena mojada que cerró el show. De su antigua formación Deluxe pudimos disfrutar de ese himno que es Que no, Reconstrucción, Ver en la oscuridad e Historia Universal (El amor no es lo que piensas) muy favorita mía.
Os dejo con dos vídeos.Primero Neil Young & Promise of the Real y Alabama en el Farm Aid de 2015 muy parecido a como sonó anoche.
Y el tema Steady de los London Souls en vivo en 2015 también.