El grupo automovilístico Fiat anunció ayer miércoles el cambio de nombre por el de “Fiat Chrysler Automobiles” y el traslado de su sede legal a Holanda mientras la fiscal se encuentra en Gran Bretaña, con lo que dejó de ser italiana.
El nuevo grupo automovilístico nace de la fusión de la casa italiana Fiat con la estadounidense Chrysler, tras hacerse el grupo turinés con el control del 100% de su socio de Detroit en enero. Cotizará en las bolsas de Nueva York y de Milán y mantendrá su actual organización, basada en cuatro regiones claves, precisó en un comunicado.
“Se abre un nuevo capítulo de nuestra historia“, afirmó el presidente de Fiat, John Elkann, según informa la nota.
Con esta fusión se unen “dos organizaciones con una gran historia en la industria mundial del automóvil y con triunfos diferentes pero a la vez complementarios“, reconoce el heredero italiano en el comunicado.
“Hoy es el día más importante de mi carrera“, confesó por su parte el administrador delegado, Sergio Marchionne, por crear un “fabricante mundial, al nivel de nuestros mejores rivales“, agregó.
El objetivo es competir con marcas tales como General Motors, Ford Motors, Toyota y Volkswagen.
La firma garantizará el mantenimiento de “todas sus actividades“, entre ellas sus fábricas, así como sus efectivos, una decisión muy esperada en Italia, donde nació hace más de 100 años y país que temía el cierre de importantes sedes.
“En mayo próximo, el grupo presentará un nuevo plan estratégico se presentado a inicios de mayo del 2014“, anunció la nota.
La firma presentó también su nuevo logo, un simple gráfico con las letras FCA (Fiat Chrysler Automobiles) en azul, color histórico de la marca italiana, único elemento que hace referencia al pasado.
“Es una decisión sorprendente y simbólica. Un golpe al corazón para generaciones enteras que nacieron con el mito de la marca turinesa. Confío en que no vaya a ser un golpe a la economía de Italia, país que ha ayudado siempre a la firma en sus momentos difíciles“, comentó Michele Meta, diputado del Partido Democrático y presidente de la comisión Transporte de la Cámara de Diputados.
El nacimiento del nuevo grupo no disipa la decepción de los mercados tras la publicación del beneficio de 2013, de 943 millones de euros, inferior a los mil millones de euros esperados.
El título Fiat tuvo que ser suspendido este miércoles en la Bolsa de Milán debido a la fuerte caída registrada al inicio de la tarde.
Chrysler, cuyos buenos resultados serán integrados a los de la matriz, registró 2.757 millones de dólares anual (+65%), convirtiéndose en pieza clave. Sin Chrysler, Fiat sería deficitaria con pérdidas por 911 millones de euros.
La nueva empresa espera operar en un sector más alto y más rentable con sus marcas Alfa Romeo, Maserati y Jeep. Marchionne permanecerá como administrador delegado de Fiat y su subsidiaria Chrysler hasta por lo menos 2017, según adelantó Elkann.
“Tenemos un acuerdo por al menos tres años“, dijo a la prensa a mediados de enero durante el salón del automóvil de Detroit.
La automotriz italiana Fiat recortó su estimación de ganancias para 2014 poco después de tomar el control pleno de la unidad estadounidense Chrysler, ya que un enfriamiento en su importante mercado de Latinoamérica afecta a las ganancias.
Fiat presentó el miércoles unos resultados del cuarto trimestre por debajo de las expectativas de los analistas, que hicieron retroceder a sus acciones en un 4 por ciento. Dijo también que no pagaría un dividendo por sus ganancias en 2013 para preservar dinero después de completar su adquisición de Chrysler, lo que crearía la séptima mayor automotriz del mundo.
“Los resultados fueron decepcionantes y no cumplieron con las expectativas. Fiat es una historia de reestructuraciones. Requiere tiempo“, dijo Gabriele Roghi, jefe de inversión de Invest Banca.
Latinoamérica y Chrysler se han vuelto cada vez más importantes para Fiat mientras sus negocios en Europa luchan con seis años de depresión en ventas de automotores. Sin embargo, sus operaciones en Brasil, que representan alrededor de un quinto de las ganancias estructurales de Fiat, se vieron golpeadas por la finalización de los incentivos a la venta de autos y por efectos cambiarios.