Jorge Luis Borges.Ficciones.Lumen. Barcelona, 2019.
Cuando se cumplen setenta y cinco años de la primera edición de Ficciones, Lumen publica una cuidada edición de ese libro imprescindible en los que Borges reunió los siete relatos de El jardín de senderos que se bifurcan (1941) y los nueve de Artificios (1944).
La memoria eidética de Funes en un memorable relato que Borges definió como “una larga metáfora del insomnio”; Pierre Menard, autor de un Quijote fragmentario, “más sutil e infinitamente más rico que el de Cervantes”, en un relato que es un ejercicio de crítica que funda la metaficción desde una nueva poética de la lectura; la trama policial que es una metáfora de la trama del tiempo en El jardín de senderos que se bifurcan; la evocación de la utopía triple en Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, un relato vertiginoso y complejo; el azar que rige el universo en La lotería en Babilonia; el libro como metáfora del mundo en las galerías hexagonales de la biblioteca infinita de Babel; el tiempo relativo de El milagro secreto; el diseño de un plan en el que el asesino atrapa al detective en La muerte y la brújula; la convivencia en una misma persona del héroe y el traidor en La forma de la espada, Tres versiones de Judas, Tema del traidor y del héroe o La muerte y la brújula...
Junto con El Sur -"acaso mi mejor cuento", decía Borges en el prólogo-, que cerraba el libro con su final abierto, son algunos de los dieciséis relatos en los que la memoria y la identidad, el tiempo y el espacio, el sueño y la razón, la vida y la escritura, el caos y la pesadilla, el espejismo y la realidad no son sino variantes del enigma indescifrable del mundo y la existencia.
Un enigma en el que se suman lo trivial y lo trágico, la mística y la erudición, la invención fantástica y la trama policial, la venganza y el insomnio o los libros imaginarios convocados por Borges en una prosa que reúne la exactitud y la elocuencia, la sugerencia y el rigor.
En muchos de estos cuentos, híbridos de ficción y ensayo, el eje es la búsqueda del centro y el laberinto es la metáfora polivalente del mundo o del infinito.
Cuentos en los que confluyen el pasado y el futuro, la lectura y la escritura, los vivos y los muertos, la realidad y la ficción, los espejos y el sueño, la vida y la literatura, los laberintos y las bibliotecas, el puñal y la filosofía, el tiempo circular y la creación como un jardín de senderos que se bifurcan.
El mundo, en suma, cifrado en un volumen que contiene en su inventario de asombros y perplejidades el universo en una de las representaciones más estilizadas y perennes de la literatura del siglo XX.
Santos Domínguez