de Fofó y Miliki
ROBLÁN REVIENTA ANTES QUE FIDEL
LO que no perdonaría nunca Armando Roblán es haberse muerto antes que Fidel Castro.
UNO de sus más conocidos trabajos, su extraordinaria caracterización de Castro -la obra de teatro En los 90 Fidel revienta- que estuvo en cartelera durante una década, ya no volverá jamás a escena, porque su protagonista, Armando Roblán, está muerto a los 81 años. Abandonó la existencia este miércoles en Miami antes que su coetáneo, Fidel Castro, lo hiciera en La Habana. Es lo único, creo, que no perdonaría Roblán de toda su prolífica vida entre Cuba y el exilio.
Eran las 4:20 a.m. y antes que el alba asomara en la Florida, Armando Roblán quebró su último sispiro en su casa de Coral Gablesa víctima de un linfoma.
Su extenso trabajo en el teatro, la radio y la televisión en Cuba y en el exilio, es sobradamente conocido. Hoy lo exaltan todos los medios de la Florida, y con particular énfasis elnuevoherald.com
Roblán comenzó a imitar a Fidel Castro desde su llegada al poder en 1959 y en una ocasión incluso lo suplantó en una reunión del ASTA (Convención mundial de agentes de pasajes). Muchas veces fue confundido con el exgobernante cubano en sus giras por el país y quienes lo veían le hacían peticiones. Más tarde el gobierno le hizo exigencias de tipo político que él no podía cumplir y decidió marcharse de Cuba.
Ya en el exilio el actor comenzó a parodiar a Castro en numerosas obras de teatro y a la vez siguió cultivando la creación de otros personajes como Ñañito, El Indio y El Chino, entre otras caracterizaciones que popularizó en el programa Sábado Gigante, de Univisión.
Nació el 4 de febrero de 1931 en el pueblo de Bejucal, en el centro de la provincia de La Habana. Su verdadero nombre es Francisco Armando Rodríguez Blanco.
Comenzó su carrera de actor en los albores de la televisión cubana haciendo caricaturas e imitaciones en un programa de aficionados que presentaba Gaspar Pumarejo. El cómico Timoteo le hizo un garabato en un papel, el número tres, y este fue el punto de partida para dibujar la oreja del expresidente Grau San Martín, a quien también imitó repitiendo su famosa frase de “Amigos, las mujeres mandan”. Eso le hizo ganar el concurso que después lo llevó a posteriores triunfos profesionales.
Más adelante trabajó con los famosos payasos Gaby, Fofó y Miliki y perfeccionó imitaciones de otras figuras y personajes del mundo del espectáculo como Maurice Chevalier, Nat King Cole, Bola de Nieve, Chan Li Po, Liberace y el declamador Luis Carbonell, entre otras.
Roblán trabajó además en la televisión panameña donde fue considerado un innovador, y en la de Puerto Rico, en la que recibió una gran acogida. En Miami produjo, actuó y escribió numerosas obras del vernáculo cubano en el teatro Martí y en el Teatro Trail de la Calle Ocho.
Como actor de telenovelas, demostró su valía cuando la escritora Delia Fiallo le confió el personaje de Calvo, en Morelia (1995), grabada en Miami, uno de los éxitos de la cadena Univisión.
Años atrás, integró el elenco de La esquina del infierno (1963), considerada la primera telenovela panameña, junto con la vedette cubana Blanquita Amaro y otras figuras latinoamericanas.
Se puede decir que Roblán vivió metido en la piel de Castro, aunque lo aborreciera toda la vida. Así, el artista también dejó su huella en las películas Freedom Flight (2005), en la que personificó a Fidel Castro, tal como lo hizo en The Disciples (2000), Conexion Habana (1994) y en Camaleón: atentado a Castro (1992). A su filmografía se suma la comedia A mí qué me importa que explote Miami (1976), en la que alternó con Guillermo Alvarez Guedes y en la película mexicana El tesoro de Morgan (1971).
Toda la información en http://www.elnuevoherald.com/2013/01/09/1380325/fallecio-el-actor-armando-roblan.html#storylink=cpyw
EN LAS FOTOS QUE SIGUEN, Armando Roblán, antes de morir, y representado alrededor de 1961 con el presidente cubano, Fidel Castro.