Fidel Castro dice que su sistema ya no sirve

Publicado el 10 septiembre 2010 por Romanas
Me piden que comente las últimas declaraciones de Castro, ésas en las que cuentan que ha dicho algo que parece increíble, que el sistema que él creó con todo el trabajo del mundo y que empecinadamente mantuvo durante todo este larguísimo tiempo ya no sirve para nada.Lo primero que hay que hacer es preguntarse si estas declaraciones son verdaderas, o sea, si realmente las ha hecho él o se trata de una grosera manipulación de algo que dijo en uno de esos giros del lenguaje que a veces se hacen.No es descabellado dudar si pensamos en las técnicas que el imperio  usaniano utiliza para intoxicar al mundo cuando y como le interesa.Yo hace ya mucho que no creo nada de lo que dicen los periódicos en todo  lo que se refiere a China, como antes no creía nada de lo que se refería a la URSS porque se trataba y se trata hoy del enemigo a batir y entonces vale todo, como ya nos contó tan cínicamente por cierto el hermano menor de John Foster Dulles, cuando era el Jefe supremo de la Cía: para vencer a nuestros enemigos políticos o económicos vale todo, absolutamente todo, espiar, intoxicar, drogar a la juventud, mentir, falsificar, asesinar, ejercer el terrorismo de Estado, etc., etc.Pero hay algo que puede inducirnos a creer este increíble mensaje: la constancia de la enorme inteligencia que atesora un personaje capaz de aguantar casi un siglo todas las asechanzas para acabar con él del país más poderoso de la historia.Castro es, sin duda, una de las mejores inteligencias de los últimos tiempos y posee, además, un valor a toda prueba y una honradez inatacable: nadie ha logrado todavía demostrar que se haya aprovechado de su hegemonía política durante tanto tiempo.Ha dedicado toda su vida a realizar la que él ha considerado una misión histórica: llevar a cabo una revolución auténticamente marxista en su país: de cada uno según su capacidad, o sea, todos somos realmente iguales para formarnos y para trabajar, pero podemos ser desiguales por mor de nuestras circunstancias personales, a cada uno según sus necesidades, o sea, nada de caridad sino mera justicia. El sueño de Marx hecho realidad en un minúsculo país situado, qué ironía, justamente al lado del emporio del capitalismo ultracapitalista más salvaje.Pero ésta sólo era la primera parte, de la primera parte, como diría ese otro Marx, Groucho, para que no tengan definitivamente razón los que dicen que el marxismo sólo sirve para repartir la miseria, hay que hacer otra nueva revolución: crear riqueza, con igualdad siempre, pero con la abundancia necesaria para que el sistema no sea realmente un ejemplo del desarrollo de lo miserable.Ésta sea tal vez la lección que aprendió su hermano Raúl cuando estuvo cierto tiempo, recientemente en China.Yo no me considero capaz de valorar la importancia del bloqueo sobre las condiciones económicas de Cuba. No tengo los conocimientos necesarios para ello, pero lo que sí tengo claro es que el viejo león, el líder más íntegro que ha producido nuestra raza en los últimos tiempos, está dispuesto, antes de morirse, a volver a echarse al monte y librar su última batalla: intentar que su pueblo, que su gente, viva tan bien como se merece y si para ello hay que abrir su economía a los mercados de toda índole que se abran de una puñetera vez si es que su gigantesco y criminal vecino lo deja.Por eso él va a intentarlo y ya lo ha dicho: este sistema que nos ha traído hasta aquí, con todo honor y decencia, ya no nos sirve para más, ahora, debemos intentar otra cosa. Si nos dejan.Ahí, queda el desafío del viejo león que un día se atrevió a iniciar la revolución con un pequeño puñado de hombres desde Sierra Maestra.Ojalá lo consiga.
P/S: Después de colgar aquí este post he tenido la mala ocurrencia de leer el que Saco coloca en su columna de Público bajo el título Fidelix, Raúlix, Cheguevarix. Lamentable que un tipo que se disfraza de izquierdas, intente reírse de uno de los más honrados intentos de crear una sociedad no sólo nueva sino también justa. Mentiríamos si dijéramos que nos ha sorprendido.