Fidel le habla al nuevo gabinete de maduro.

Publicado el 22 agosto 2014 por Jmartoranoster

Rosa Natalia

En el 88 aniversario de uno de los políticos más influyentes de la historia contemporánea y en las vísperas del nombramiento del nuevo gabinete del Gobierno Bolivariano, hemos traído algunos fragmentos de los discursos de Fidel Castro, compilados por  la Editorial Pueblo y Educación, en el libro “Fidel Castro Ideología y trabajo político 1959-1986”.

Nos enfocamos en el tercer capítulo: La educación moral y la lucha contra los comportamientos antisociales y las actitudes inconsecuentes con la ideología socialista. Estos fragmentos resultan imprescindibles para un verdadero sacudón dentro de la Revolución Bolivariana. Comencemos.

“Estoy convencido de que no nos debilita el que lavemos los trapos al aire libre. Estoy convencido de que lo que nos asfixia, nos infecta, nos ahoga, es no lavar nunca los trapos sucios por temor de que el enemigo se entere allá en Miami, o allá los imperialistas y utilicen esto para atacarnos. Estoy convencido, pero convencido como de pocas cosas, de que airear libremente todos estos problemas dentro de la crítica socialista revolucionaria, que no está inspirada en todas las porquerías del capitalismo, nos da una fuerza tremenda. Estoy convencido. (1)

Creo que los problemas hay que resolverlos también con moral, con honor, con principios y por ello es necesario apelar –y seria demagógico no hacerlo- al sentido del deber de nuestros compatriotas y de nuestros trabajadores.

Creo que esta son debilidades –a las que me estoy refiriendo-, todas las que he mencionado aquí. Ese es nuestro enemigo ahora, esos son los que están haciendo el trabajo de los mercenarios, todos esos que buscan privilegios, prebendas, desvían recursos, que quieren embolsillarse dinero que no han ganado con el sudor de su frente, haciendo chanchullos y haciendo especulaciones. De todo eso hay en la viña del Señor. No son mayoría, ni mucho menos; pero tenemos el deber de combatirlos, porque esas minorías pueden hacer esas cosas solo cuando la mayoría es pasiva, indolente y no tiene espíritu crítico. Y conozco el espíritu crítico de nuestro pueblo, conozco las cualidades de nuestro pueblo.

Creo que aquí también se hizo evidente que la Revolución ha tenido una posición demasiado generosa con ciertos elementos y que la Revolución ha sido demasiado tolerante con ciertos vicios y ciertas deformaciones en el campo; ya dije como durante años que aquí había gente que se le cortaba toda la caña, que se le hacía todo y le entregaban un cheque en su casa.

Ya aquí quedo establecido con toda claridad, el deseo de los cooperativistas de que todos esos elementos que utilizan en la tierra de una manera incorrecta y que llevan a cabo prácticas de arrendamiento de la tierra para lucrarse del trabajo de los demás, deben ser expropiados o confiscados. (2)

¿Quiénes nos pueden explotar hoy? Hoy nos pueden explotar los que pretendan tener privilegios sobre los demás. El privilegio puede ser un factor de explotación del pueblo trabajador. Contra toda manifestación de privilegio tenemos que luchar siempre enérgicamente. Es necesario que los hombres que dirigen sean ejemplo en el trabajo y en el sacrificio. Y esto lo debemos lograr en toda la línea. (3)

Nuestra ética revolucionaria no admite el privilegio, el amiguismo, bajo ningún precepto. Eso lo exige la ética nueva de nuestro pueblo. (4)

Otra forma en que a veces la familia influye negativamente es que, por una forma o por otra, de una forma o de otra, o porque hicieron un viaje al extranjero, o porque algún compañero le trajo un regalo, inmediatamente adornan al niño con las cositas que vino de afuera. Bueno, si le trajo un regalo, déjelo en casa, ¡déjelo en casa! Si le pudo conseguir algo, que por lo menos lo deje en casa, y no le permita al joven que se aparezca en aquella escuela con aquel regalo super especial que los demás no tienen, o que no pueden tener. No parece que estas son ideas; conceptos, realidades sobre las cuales debemos estar muy alertas, porque esas cosas tienden a crear un poco de vanidad tienden a crear un poco de superioridad. Tienden a deformar el carácter, y son influencias negativas. De estas cosas, por lo general, no se habla, pero hay que hablar, porque todas esas cosas tienen influencia negativa en el joven. (5)

Y ya no solo luchamos por erradicar los vicios y las instituciones que tienen una relación negativa del hombre con los medios de producción, sino que tratamos de llevar la conciencia del hombre a su grado más alto. Ya no es solo la lucha contra las instituciones que esclavizan al hombre, sino contra el egoísmo que esclaviza todavía a muchos hombres, contra los individualismos que apartan a algunos hombres de la fuerza de la colectividad. Es decir, ya no solo pretendemos liberar al hombre de la tiranía que las cosas ejercían sobre el hombre, sino de las ideas seculares que todavía tiranizan al hombre. (6)

Si solo la ganancia fuera el estímulo de la conducta humana, habrían sido mejores ministros los que robaban o los que ganaban grandes sueldos; si fuese cierto eso de que solo el interés egoísta puede ser móvil de la conducta humana, no habría existido hoy Revolución, porque los hombres que cayeron en los campos de batalla no cobran sueldo, los hombres que dieron su vida por esta Revolución, no lo hacían por el móvil de obtener una ganancia; y los hombres que han llevado adelante la Revolución con toda honestidad, no se habrían enfrentado nunca a los grandes señores del oro, como se han enfrentado los hombres de la Revolución, y habrían podido ¡más el oro que el ideal! Pero la propia Revolución demuestra que ¡el ideal pude mucho más que el oro! Si el oro pudiera mucho más que el idea, los grandes intereses extranjeros nos habrían barrido del mapa; si el oro pudiera más que el ideal, la patria estuviera perdida, porque el oro es lo que le sobra a nuestros enemigos para comprar conciencia y sin embargo, ¡todo el oro de nuestro enemigos no alcanza para comprar la conciencia de un revolucionario! (7)

El marxismo lo hemos aprendido de los libros, pero sobre todo lo hemos aprendido en la vida. Y por eso somos cada vez mas socialistas, somos cada vez mas marxistas y lucharemos cada vez con más fervor por un mundo de hombre buenos, de hombres generosos, por un pueblo que sea como una gran familia, en que cada hombre y cada mujer no tenga un hermano sino que tenga millones de hermanos, millones de hijos, millones de madres y padres, porque no somos como los capitalistas que creen que el hombre es una fiera, no pensamos como los capitalistas que creen que el hombre es un lobo, egoísta y brutal; sino porque creemos en el hombre, en los sentimientos del hombre, en la bondad que se puede encerrar en el corazón de un hombre, y porque creemos que esos sentimientos son susceptibles de crecer ilimitada e indefinidamente. Por eso podemos llamarnos luchadores, por el comunismo, luchadores por ese mundo mejor, y tener seguridad de que lo alcanzaremos. (8)

Pero también nuestra Revolución debe caracterizarse por ser inflexible y aplicar el principio de que vale más siempre el pueblo, y los intereses del pueblo están por encima de las consideraciones que pueda merecernos un compañero. Las consideraciones hacia el pueblo han de estar siempre por encima de las consideraciones individuales. Muchas veces hay un compañero que es incompetente en un cargo, y no se le haría ningún daño cambiándolo para otro. Desde luego, para otro que no esté más alto. Porque hay los casos conocidos de los que caen hacia arriba. (9)

El trabajo político no es recitarle un catecismo a la gente sobre Marx y Lenin todos los días, sino ser capaz de despertar las motivaciones humanas y morales de los hombres. Para decirlo con una frase grafica, compañeros: buscar “la semilla escondida” que hay en cada hombre. Apropiándome de la frase del documental sobre “la semilla escondida”, porque cada hombre la tiene. Y puede tener también una mala semilla escondida, si empezamos a cultivar la mala semilla, podemos crear monstruos. No creo que nadie nació siendo o dejando de ser revolucionario, depende de cómo cultive las cualidades de aquel hombre, los aspectos positivos que todo hombre tiene. Entre ellos, yo los he visto que son delincuentes y les da una gran vergüenza que los demás sepan que son delincuentes. La vergüenza es una de las semillas escondidas en los seres humanos, casi sin excepción. Hay que saber cultivar la vergüenza de los hombres, hay que saber cultivar el honor de los hombres, la dignidad de los hombres, los mejores atributos que tiene el hombre. Para mi es claro. (10)

Y es precisamente con ese resorte que los hombres y los pueblos han sido capaces de realizar hechos extraordinarios. La estimación que cada hombre tiene de sí mismo, su sentido de honor, su sentido de la dignidad, el aprecio que siente por el concepto que los demás puedan tener de él. Y es muy difícil casi anormal encontrarse con un hombre que realmente carezca de pundonor, de honor, de dignidad, de vergüenza. Y podríamos decir que el deber fundamental de los hombres que dirigen es saber apelar a esa condición del hombre, a ese sentido de honor y sentido de dignidad del hombre. Porque es el único resorte, la única fuerza, pero por fortuna el resorte decisivo, la fuerza fundamental de los pueblos. (11)

 La Revolución es eso: es la gran unión de todas las personas honradas, la unión de todas las personas útiles, de todas las personas estudiosas, de todas las personas dignas, de todas las personas que producen… ¿Qué es la Revolución sino la gran rebelión de los obreros y de los campesinos, de los buenos y los honrados y los útiles contra los parásitos, los explotadores y los manganzones y los holgazanes, los vividores? …Así como hay parásitos mas difíciles que otros y que necesitan un tratamiento largo el parasitismo social es el tipo de parasitismo que necesita un cuidadoso tratamiento y es de los más difíciles de erradicar”. (12)

Fidel Castro

Fuentes:

1 Intervenciones durante los debates y sus conclusiones en el II Pleno del comité Central del partido Comunista de Cuba, La Habana 17-19 julio. Cuba –Socialista 6 (5) septiembre-octubre de 1986.

2 Segundo Encuentro Nacional de Cooperativas de producción agropecuaria. La Habana 18 de mayo. Cuba Socialista 6 (5) septiembre-octubre de 1986.

3 Plenaria Provincial de la CTC, La Habana 2-3 de septiembre. Ediciones COR (13) 1970.

4 Acto de clausura del XVII aniversario de los CDR, 28 de septiembre, La Habana, 1977.

5 Inauguración de la escuela vocacional Federico Engels, pinar del Rio, 27 de Enero, Ediciones OR (enero marzo, La Habana 1978).

6 Conmemoración de los 100 años de lucha de Oriente, 10 de Octubre. Ediciones COR (21). La Habana 1968.

7 Congreso de Trabajadores de la Construcción. La habana, 29 de mayo. Obra Revolucionaria (5) 1960.

8 Séptimo aniversario del asalto al Cuartel Moncada, Las Villas, 26 de julio. Ediciones OR (17). La Habana, 1965.

9 Primer Encuentro Nacional de Emulación, La Habana 6 de marzo. Obra Revolucionaria (8). La Habana 1964.

10 Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba, La Habana 2 de diciembre. Suplemento Granma 5 de diciembre de 1986.

11 Centenario de la caída del mayor general Ignacio Agramonte, Camaguey, 11 de mayo. Ediciones OR (5). La Habana 1973.

12 Primer aniversario de los CDR, La Habana, 28 de septiembre. Obra Revolucionaria (37) 1961.