Fiesta Mariana de la Natividad…

Por Perfumedecristo R. Elisabet

“CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA”. 

Oración:
¡Oh! Santísima Virgen Niña, que viniendo al mundo consolaste la tierra que en Ti saludó la aurora de la Redención por los prodigios de gracia que derramaste entre nosotros, escucha piadosa mis súplicas.

En las penas que me afligen y especialmente en la necesidad que en este momento me oprime, toda mi esperanza está en Ti, ¡oh dulce Virgencita! Muéstrame pues que el tesoro de gracias que dispensas es inagotable, porque ilimitado es tu poder sobre el Corazón paternal de Dios.

Escucha ¡oh Virgen Niña! mi ardiente súplica y alabaré eternamente la bondad de tu Corazón …

¡Que grande gozo e incomparable alegría debe tener todo el mundo el día de vuestro sagrado nacimiento, ¡oh niña benditísima! pues con la luz que vos, como alba divina, le trajisteis, se bañó de nueva claridad y comenzó a respirar! A toda la Santísima Trinidad alegrasteis con vuestro nacimiento; al Padre por haber nacido su dulce esposa, al Hijo porque habías de ser su Madre, y al Espíritu Santo porque erais su templo, y por su virtud habíais de concebir en vuestro vientre virginal al Verbo Eterno.

Los santos patriarcas vieron en este día cumplidos sus deseos; los profetas acabadas aquellas sombras y figuras debajo de las cuales tantas veces os dibujaron y pintaron, los ángeles su Reina y Señora, y los hombres de honra, ornamento y gloria de todo el linaje humano; y finalmente, todos los judíos y gentiles, justos y pecadores tienen hoy causa de particular regocijo, por haber salido a luz la que había de darnos al que es luz y vida del mundo.

Hoy nace una clara estrella,  tan divina y celestial,  que, con ser estrella, es tal,  que el mismo sol nace de ella.

De Ana y de Joaquín, oriente  de aquella estrella divina,  sale luz clara y digna  de ser pura eternamente;  el alba más clara y bella  no le puede ser igual,  que, con ser estrella, es tal,  que el mismo Sol nace de ella.

No le iguala lumbre alguna  de cuantas bordan el cielo,  porque es el humilde suelo  de sus pies la blanca luna:  nace en el suelo tan bella  y con luz tan celestial,  que, con ser estrella, es tal,  que el mismo Sol nace de ella.

Gloria al Padre, y gloria al Hijo,  gloria al Espíritu Santo,  por los siglos de los siglos. Amén.

Feliz Cumpleaños Madre!