El vicegobernador neuquino admitió las tensiones dentro del gobierno y del MPN, pero aseguró que trabaja para generar consensos.
Ni Felipe Sapag, ni Jorge Sapag, ni Omar Gutiérrez. La única referencia partidaria en la moderna y vidriada oficina que desde hace 14 meses ocupa el vicegobernador Rolando Figueroa es una imagen de Elías Sapag, el histórico senador del MPN, hombre recordado por sus destrezas políticas y cultor permanente del arte de la negociación.
Acaso en ese rol se imagina el propio Figueroa, pese a los cortocircuitos que ocasionaron varias de sus opiniones en el primer año de gestión junto a Gutiérrez. "Tengo una función componedora," aseguró en una entrevista con "Río Negro". Sostuvo que ese papel lo encuentra activo tanto dentro como fuera de la Legislatura con el objetivo de "garantizar la gobernabilidad".
P-Esta semana le tocó enfrentar una situación compleja al interior del bloque del MPN, con cambio de autoridades incluida. ¿Cómo se resolvió?
R- Cuando nosotros asumimos, Omar Gutiérrez y yo definimos que la presidencia del bloque iba a ser por un año. Al primer presidente, Mario Pilatti, lo elegimos nosotros. Al terminar íbamos a evaluar cómo se sentía y en función de eso evaluar cambios. Eso fue lo que pasó. Él es el mejor cuadro técnico que tenemos. En la evaluación de un reemplazo empezó a sonar Maximiliano Caparroz, que es un cuadro joven y que es cirujano, con lo cual sabe bancarse las presiones.
P-Pero hubo tensiones en el interior del bloque. La figura de Pilatti fue discutida hasta públicamente.
R-Somos un movimiento en donde existen 12 personas diferentes. Nunca vamos a poder convencer a todos. Hay disputas internas pero no arriesgamos la gobernabilidad. Y este año van a seguir esas tensiones, sobre todo en un lugar donde tenemos que consensuar porque somos minoría.
P-¿Qué rol juega usted en ese escenario?
R- Un rol componedor. Tanto adentro como afuera del bloque de diputados
P-¿Se siente cómodo con ese trabajo puertas adentro? También se lo ve afuera ejerciendo un rol más político.
R-Tengo un doble rol. Soy vicegobernador, tengo que mediar en lo que requiere la Legislatura, pero también formo parte del Ejecutivo. Tengo que estar presente con un pie en cada lugar. También soy presidente de la Convención del MPN, no puedo abandonar la calle.
P-¿Y cuando se tiene que hacer cargo del Ejecutivo?
R- Me siento cómodo. Sé que tiene sus bemoles: no tengo la responsabilidad de conducir pero sí de acompañar y ser leal. Estoy dispuesto a eso.
P- Tuvo varias diferencias públicas con Gutiérrez. ¿Lo ve como algo natural?
R-Nos conocemos hace 30 años. Somos diferentes, tenemos visiones diferentes. Pero jugamos en el mismo equipo. Nunca pondríamos en juego la gobernabilidad. Aún opinando distinto vamos por la unidad.
P-La Legislatura permite un trampolín en las carreras políticas. ¿Aspira a eso?
R- La gente nos pone donde tenemos que estar. Tengo 47 años, no tengo apuro ni para irme a mi casa ni para hacer lo que sea.
P- Usted es muy crítico del gobierno de Macri, mientras que el gobernador lo acompaña. ¿Cómo resuelven esa tensión?
R- El MPN no arriesga la gobernabilidad, es innegociable. Yo tengo mi pensamiento peronista, porque nací así. Y sí, muchas veces tengo posiciones políticas distintas sobre el gobierno nacional porque pienso así.
"Me siento cómodo, como vice. Sé que tiene sus bemoles; no tengo la responsabilidad de conducir pero sí de acompañar y ser leal".
"Con Gutiérrez nos conocemos hace 30 años. Somos diferentes, pero jugamos en el mismo equipo. Aún opinando distinto vamos por la unidad".