Desde Macao hemos volado a Filipinas, el último reducto asiático antes del interminable Pacífico. A Carlos le queda una semana escasa antes de la vuelta a España, así que había que elegir bien a dónde iríamos.
Como decía al final del post anterior, hemos tenido algunos inconvenientes económicos, y es que cuando nos presentamos en el mostrador de Phillippine Airlines de Macao, la empleada nos exigió tener un billete de salida de Filipinas para permitirnos subir al avión, cosa que no sabíamos (la aerolínea no lo menciona cuando compras el billete). Además, pese a estar haciendo cola desde el comienzo del check-in llegamos al mostrador a tan sólo 15 minutos del cierre porque había sólo 2 personas facturando para todo el vuelo. Con esos 15 minutos de margen no tuvimos tiempo de comprar ningún vuelo por internet así que Carol y yo perdimos el vuelo mientras Carlos se iba él sólo rumbo a Manila. Nosotros tuvimos que pagar otro vuelo nuevo, por supuesto. A nuestra llegada a Filipinas ningún oficial de inmigración nos pidió ningún vuelo de salida, dicho sea de paso.
Quitando derroches económicos absurdos, llegamos a Cebu en avión tras reunirnos de nuevo los 3 en Manila (hablaré de la capital algún post más adelante).
A la ciudad de Cebu -la principal de la isla y la segunda en tamaño de Filipinas- le dedicamos una noche, no más, y creo que merecidamente porque ya habíamos tenido suficiente ciudad con Manila; vamos a las búsqueda de pueblos tranquilos y algo de mar para que Carlos pueda remojar sus rastas antes de volver a España.
A la mañana siguiente de llegar a Cebu nos marchamos de ella en autobús con dirección a Moalboal. No teníamos mucha idea de qué sitios podríamos visitar y éste parecía tan bueno como cualquier otro: población pequeña, playa, buen snorkel, buceo, tranquilidad… Allá que vamos!
Recorriendo la isla de Cebu en bus se ve que, al menos en las proximidades a la capital, hay bastante población por donde vayas, la vida gira en torno a la carretera y cuesta dejar atrás el continuo de casas sin cesar a ambos lados de ella. Finalmente cuando el bus abandona la costa este para cruzar hacia el oeste por una zona más montañosa las casas se empiezan a ir difuminando hasta tan sólo salpicar de vez en cuando el paisaje de vegetación verde y frondosa.
Al venir a Filipinas jugábamos con una cosa: el monzón. Sabemos que es temporada baja, que suele llover y que una playa sin sol no tiene la misma gracia, pero a cambio tenemos precios más bajos allá donde vamos. Pues bien, hoy es un buen ejemplo de por qué esos precios son más bajos: ha estado todo el día lloviendo, sin parar. La tormenta se nos echó encima por la mañana y no paró, rayos y truenos (y no es una expresión), parecía que Cebu se iba a romper a cachos y se nos iba a caer encima, quedó rebautizada como Ceboom!
Encontramos Moalboal, o más concretamente Panagsama (la zona de playa y turisteo), bastante tranquilo, perfecto para nuestros planes. Es un pequeño pueblo con más de una docena de alojamientos y dive centers en el que parece que casi todo gira alrededor del buceo. Nosotros nos limitamos a ver la zona, hacer snorkel y a no hacer nada (gran actividad… agotadora a veces), aunque es cierto que estuvimos tentados de hacer una inmersión, lástima que el dinero no sea infinito y haya que seleccionarlas con cuidado.
El tiempo osciló entre un día de lluvias y otro día con un sol de escándalo, el cual aprovechamos para ir hasta White Beach, a unos 7 km, y hacer varios snorkels que disfrutamos bastante. Impresionante el descomunal banco de sardinas a escasos 40 metros de nuestro alojamiento en Moalboal, miles de ellas!
Después de Moalboal hicimos otra maratón de transportes, queríamos llegar a la pequeña isla de Siquijor, al sur de la isla de Cebu. Los detalles de los transportes que hay que coger para llegar hasta allí los pongo en la pestaña de Datos Prácticos (arriba) para no aburrir más de la cuenta al personal. En Dumaguete, la capital de Negros y uno de las paradas en el viaje a Siquijor, nos dio tiempo a quedar a comer con Lara, la prima de Carol, y su novio Antonio (de vacaciones por Filipinas), en lo que seguramente haya sido la quedada más fugaz de todo el viaje.
Siquijor es una pequeña isla tranquila con una carretera perimetral de unos 70 kilómetros. Lo mejor es alquilar motos para recorrerla, y eso es lo que hicimos. Aquí conocimos a Jorge y Araceli, un par de valencianos que estaban también en su particular viaje largo por Asia; pasamos varios días con ellos muy a gusto.
Cuando estábamos en esta isla nos llegaron noticias de un tifón llamado Kalmaegi que justo entraba en Filipinas golpeando la isla de Luzon. Ha causado algunos destrozos e incluso ha dejado 24 muertos en el país. Pese a estar nosotros en las Central Visayas, bastante alejados de su epicentro, sufrimos un día de fuertes lluvias incesantes y no pudimos hacer absolutamente nada. Aquí están por desgracia acostumbrados a este tipo de tifones, por suerte no ha sido nada comparado con el terrible tifón Yolanda del año pasado.
Cuando el clima nos lo permitió visitamos algunas zonas de Siquijor como un par de zonas de interior con cascadas, algún pueblos, varias playas e incluso nos llevamos un peeling de pies gratuito a cargo de los peces de un estanque bajo un gran banyan tree; había que sacarle partido a la moto y es un gustazo recorrer a dos ruedas la carretera que rodea la isla, sin apenas tráfico y bastante bien asfaltada.
Siquijor nos dejó muy buena impresión, aparte de los huesos calados. Se respira ambiente tranquilo y en realidad le estamos encontrando el gusto a esto de viajar en temporada baja, no encuentras casi nadie en ningún sitio y siempre puedes regatear más por los precios de alojamientos y transportes.
Tras Siquijor, un ferry nos lleva a Tagbilarán, la capital de la isla de Bohol. Allí nos quedaremos Jorge, Araceli, Carol y yo, mientras Carlos emprende su particular tour de force para volver a España; pasará ratos amenos en su ferry nocturno y sus consiguientes 4 aviones consecutivos hasta llegar a Madrid. Feliz vuelta al trabajo! Nosotros nos vemos en el próximo capítulo filipino, siempre que el monzón nos lo permita!
Con nuestras motos por Siquijor
Alojamiento
Alojamiento
- Cebú : La segunda mayor ciudad del país no es barata para dormir, además de ser bastante grande como para buscar a pie alojamientos más económicos. Nos quedamos en el Cebu Guesthouse, por 600 php (10,50 €) la habitación doble. Pequeña, sin mucha ventilación, sin baño y sin desayuno incluido, no fue el sitio que más nos gustó. A Carlos aún le fue peor al ir sólo: pagó 350 (6 €) php en dormitorio compartido. Había wifi en las zonas comunes.
- Moalboal: Nos alojamos donde Cora, una señora implacable pero seria. El sitio se llama Cora’s Palm Court, y lo más que conseguimos fue una habitación triple por 900 php (16 €). Con baño dentro, ventilador, sin desayuno incluido y con wifi. Tiene un pequeño patio común con vistas (y acceso) a la playa. Se puede hacer snorkel ahí mismo. Cora te puede conseguir casi cualquier cosa -transporte, masajes…- pero por nuestra experiencia es algo más caro que si lo buscas por tu cuenta.
- Siquijor: Aquí ya encontramos una buena oferta, guiados por Lara, la prima de Carol. La zona que elegimos para quedarnos fue la zona de San Juan, con varios alojamientos es una de las zonas con más playas en la isla. Buena elección, además en esta época del año estaba muy tranquila y de hecho costaba encontrar sitios de comida económica (y no económica). Nos alojamos en el Casa Miranda y una habitación doble nos costaba 300 php (5 €). La habitación era muy pequeña y básica, pero tenía su propio baño y un ventilador, por ese precio no podías pedir más. Además, la gente que llevaba el sitio era encantadora y las zonas comunes muy cómodas y habitables. Tenía wifi. Nos alquilaron motos por 250 php/día (4 €) después de regatearles, comenzaban en 300 pero no pudimos rebajarles más que a 250. A cambio nos la dejaron más tiempo de las 48 horas establecidas (2 días).
Afueras de Casa Miranda – Siquijor
Habitaciones de Casa Miranda – Siquijor
Transporte
Transporte
- Manila – Cebú
Avión con Phillippine Airlines. 2325 PHP solo ida (40 €). Pese a la mala experiencia con ellos para entrar en Filipinas, este vuelo ya lo teníamos reservado, así que volamos con ellos.
- Cebu – Moalboal
Desde la terminal sur de Cebu salen los autobuses hacia Moalboal.
El precio del bus local es de 107 pesos (2 €) y tarda unas 4 horas.
Para llegar a la terminar sur de Cebu un taxi entre 3 nos costó 75 php (1,30 €).
Desde el sitio de Moalboal en el que te deja el autobús, que es en la carretera principal, debes coger un triciclo hasta Panagsama, la zona de alojamientos, a unos 5-7 km. El precio para los 3 fue de 100 php (1,75 €).
- Moalboal – Siquijor
El viaje conlleva varias fases, y nos llevó todo el día:
Primero un triciclo hasta la carretera principal de Moalboal, alrededor de los 100 pesos (1,75 €)
Después un autobús hasta Santander, en el sur de la isla de Cebú. Nos costó 107 pesos (1,87 €) por persona y tardó unas 3 horas.
En el final de la ruta del bus tienes que coger un pequeño bus que te acerque más al puerto, son unos 10 minutos y cuesta unos 10 pesos (0,75 €).
Esto te deja en la carretera. Desde la carretera hasta el puerto puedes coger un triciclo o bajar caminando, que es lo que hicimos nosotros y son unos 5-10 minutos.
El ferry desde Santander (Cebu) a Dumaguete (Negros) nos costó 70 php por persona (1,22 €). Tarda menos de 1 hora.
El ferry no llega exactamente a Dumaguete, si no a un puerto a unos 5-10 kilómetros. Tuvimos la suerte de que un guiri se ofreció a llevarnos en la parte de atrás de su pick-up hasta el puerto donde salían los barcos hacia Siquijor, que es el propio puerto de Dumaguete.
Desde Dumaguete hay varios ferrys que te llevan hasta Siquijor. Nosotros cogimos uno de los baratos, que tardaba 2 horas, costaba 240 pesos (4,20 €) y era bastante incómodo.
Una vez en el puerto de Siquijor, el triciclo hasta el alojamiento (Casa Miranda) en la zona de San Juan nos costó 75 php (1,30 €), son unos 15 o 20 minutos.
Total del viaje del alojamiento de Moalboal al alojamiento de Siquijor: unas 10 horas y 395 pesos (7 €), repartidos en 20.000 medios de transporte diferentes.
Ferry Santander – Dumaguete
- Siquijor – Tagbilaran
Los ferrys de Siquijor hacia Cebu hacen parada primero en Tagbilaran (Bohol), que era justo donde íbamos. No salen todos los días. A Septiembre de 2014 están saliendo los martes, jueves y domingos.
Los precios oscilan según el tipo de billete que quieras: hay asiento y diferentes tipos de litera.
En asiento a Tagbilaran nos costó 220 pesos por cabeza (3,85 €) y la verdad es que no necesitas cama, son sólo 4 horas.
Hasta Cebu la litera más barata cuesta 360, sin aire acondicionado. Es mejor no coger aire acondicionado o si lo coges abrigarte muy bien, so pena de llegar convertido en el Yeti, con escarcha en el pelo.
El ferry sale a eso de las 19:00 del puerto de Larena (ciudad a 15 minutos al norte de Siquijor, la capital). En realidad salió a las 20:00, llegó a las 00:00 a Tagbilaran y posteriormente llegó hacia las 5:00 am a Cebu.
Asientos ferry Siquijor – Cebu
Literas Ferry Siquijor – Cebu
- Transporte en Filipinas
En grandes ciudades como Manila y Cebu, al ser 3, nos movimos en taxi. No es demasiado caro, por una carrera de unos 10 minutos no te deberían cobrar más de 100 pesos, pero siempre va con taxímetro y que nosotros viéramos fueron bastante honestos (salvo una experiencia traumática de Carlos al llegar al aeropuerto de Manila, mucho ojo!).
En sitios más pequeños hay triciclos (rebautizados por nosotros como motonabos). Negocias el precio de antemano y es más barato que los taxis, normalmente. En cualquier caso suele ser el taxi de las zonas más pequeñas, porque es lo único que hay. Aunque pienses que pueden ser sólo para dos personas pronto te darás cuenta de que caben muchos más, depende de lo que se aprieten.
Triciclo 1
Triciclo 2
Por último, el medio más popular de moverse es el jeepney. Tienen un par de bancos transversales en los que cabe mucha gente y hacen las veces de autobús. Suelen ser muy baratos, variando según el lugar.
Jeepney
Interior Jeepney
Visado Filipinas
Visado Filipinas
No hace falta visado para entrar a Filipinas. En principio tienes un mes de estancia sin solicitar ni pagar nada.
Si planeas ampliar tu estancia más allá de ese mes sí que tienes que solicitar una extensión una vez que estás aquí, y hay que pagar por ello: 3030 php (53 €). Además, nótese que la duración de la estancia gratuita ha cambiado: ahora son 30 días pero hasta el año pasado (2013) eran sólo 21 días.
Además, es supuestamente obligatorio poseer un billete de salida a la hora de entrar en el país. Hemos visto casos en los que lo pedían y casos en los que no. Como explicaba en el post, nuestra experiencia con esto no ha sido nada buena: por no tener el vuelo de salida comprado perdimos el vuelo de entrada a Filipinas, teniendo que pagar otro vuelo.
Nosotros, con las prisas de comprar el vuelo de salida para poder entrar, lo compramos 21 días después (con el cabreo ni nos planteamos extender el visado, bastante estábamos pagando) sin saber que el plazo gratuito se había extendido hasta 30 días, nos enteramos después. Una pena.
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