Posible diálogo imposible. Alrededores de la Plaza de Colón, Madrid.
Foto: AJR, 2019.
El amor se complica la vida cuanto puede,
su misión es volverla apasionante,
no en vano los artistas suelen pintarlo ciego,
loco amor que nos cura y que nos hiere. Pero es también la calma apasionada,
la mano que acaricia las arrugas
y las vuelve ternura, suave acorde
que se alza entre tus ojos y la muerte. Los amores que cantan dicen nombres
y llenan el espacio de acrobacias
osadas y quizás algo fingidas. Detrás, vivo en la sombra,
alguien está escuchando
la lengua tensa del amor que calla.