Título original: Filth
Duración: 97 min.
Director: John S. Baird
Nacionalidad: Reino Unido
Género: Thriller, Comedia negra
Sinopsis: El detective Bruce Robertson (James McAvoy) es el detective de policía más maleducado, pervertido, misántropo y adicto a las drogas y al sexo de Edimburgo.
A pesar de ello, Robertson quiere un ascenso. Claramente es la persona adecuada para el trabajo; el resto de sus colegas son idiotas. Desafortunadamente, ha habido un asesinato y el jefe de Bruce quiere resultados. No hay problema. Él está al mando y cuando resuelva el caso y consiga el ascenso su mujer volverá con él.
Mientras que avanza la película, me doy cuenta que la investigación en sí, es un simple recurso narrativo para ahondar en la personalidad autodestructiva de su protagonista: James McAvoy, un detective de la policía de Edimburgo al que le ha abandonado su mujer debido a su afición a la cocaína, alcohol y follarse a todo bicho viviente que se le ponga por delante.
Lamentablemente, detrás de toda esa parafernalia, la película no tiene más historia que rascar, sólo podemos quedarnos con la colosal actuación de su protagonista que sostiene el conjunto que tanto nos suena a ese cine criminal tantas veces ya rodado en los últimos años
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