Ha sido la primera vez que hemos empezado el año juntos fuera de España y la experiencia ha sido inolvidable. Buscábamos un sitio en el que ninguno de los dos hubiésemos estado, que no hiciera excesivo frío en estas fechas y que no estuviese muy lejos dada la brevedad de las vacaciones; y entre los posibles candidatos al final ganó La Toscana. Tres días frenéticos y completísimos recorriendo el triángulo Pisa-Siena-Florencia. Lo más aconsejable es alquilar un coche y recorrer las sinuosas carreteras que unen infinidad de pueblecitos entre las colinas y los valles.
Como el primer día aterrizábamos en Pisa ya bien entrada la tarde, decidimos buscarnos un hotelito a medio camino entre el aeropuerto y Siena. Al menos una de las noches queríamos dormir en mitad de la campiña toscana para disfrutar a la mañana siguiente del magnífico paisaje de viñedos y olivos y así fue como acabamos en esta preciosa y hogareña casona en el pueblo de GAMBASSI TERME. El municipio en sí carece de especial interés pero sus alrededores son dignos de portada de revista.
En Villa della Certosa nos recibieron sus simpatiquísimas dueñas quienes a la mañana siguiente te ofrecían este desayuno-buffet muy completo y casero. Hasta ahora nunca habíamos recomendado un hotel, pero en este caso por su relación calidad-precio merece que lo apuntéis si viajáis a Toscana porque es un lugar con encanto.
Les pedimos consejo para la cena y acabamos en la Osteria Pinchiorba en el centro del pueblo (Via Volterrana, 3) donde degustamos esta magnífica tabla de productos típicos de la Toscana y dos platos de pasta fresca muy sabrosos: Tagliatelle con ragú y setas y Pisci al pomodoro picante.
Vuelta al coche y next stop.....SIENA. La leyenda cuenta que la ciudad fue fundada por los hijos de Remo (el hermano de Rómulo quien fundó Roma) y es por ello que la ciudad está repleta de estatuas de la famosa loba amamantando a los dos hermanos.
Las calles empedradas, las Iglesias, sus palazzos, los ventanales de rejas verdes, la Catedral y el baptisterio de marcado estilo gótico, la Piazza del Campo... Siena hay que callejearla y perderse para descubrir algunos de sus rincones escondidos y con tanto encanto. El tráfico está restringido en el centro de la ciudad, por lo que hay varios parkings en torno al casco histórico. (A 1,5€ la hora aproximadamente).
Trattoria bastante concurrida y muy recomendada para los que busquen huir de los sitios creados especialmente para turistas.
Y...de nuevo carretera para poder empezar el año en la maravillosa FLORENCIA. ¡Qué decir de esta ciudad! No creo que haya nadie en el mundo que pueda afirmar que no le ha gustado; pasear por la cuna de los Médici es como hacerlo por una ciudad de cuento.
Al ser una fecha tan señalada resultó imposible encontrar un sitio en el que no tuvieses que contratar el 'menu di capodanno' para la cena del 31 y al final conseguimos uno relativamente económico en un restaurante muy coqueto y de cocina innovadora que después de los 8 platos nos hizo empezar el año con algún kilo más. Bastante recomendable para variar un poco de las pizzas y la pasta. Se llama Baccarossa en Via Ghibellina 46, calle con numerosos restaurantes y todos con muy buena pinta. De hecho, al día siguiente volvimos a comer por la zona.
Dos curiosidades: La primera es que a diferencia de nuestras doce campanadas o de los italianos del sur y su plato de lentejas a medianoche, en este caso no ocurre nada especial con el cambio de año. Directamente abren el champán y 'Auguri' para todo el mundo. Y la segunda, que Florencia fue capital de Italia desde 1865 a 1871 (aunque algunas asegurasen que siempre había sido Roma).
Nos recorrimos toda la hermosa ciudad, cruzamos el Ponte Vecchio y pudimos visitar la Iglesia de Santa María di Fiore, pero la imponente catedral y su baptisterio así como los Uffizi y la galería de la Academia (donde se encuentra el David de Miguel Ángel) estaban cerrados por ser festivos. Con lo cual, habrá que volver.
Cerrado estaba igualmente el restaurante que todos nuestros conocidos nos habían señalado como imprescindible en la ciudad: La trattoria Mario (Via Rossina, 2, cerca de la plaza del Mercado) así que fuimos a nuestra segunda recomendación: Il gatto e la volpe (Via Ghibellina,151) que destaca por sus excelentes pizzas de masa fina, como ésta de salchicha frankfurt y bratwurst.
Los spaguetti a la napolitana y la lasagna bolognesa también estaban de muerte. Y el tiramisú del final...sin palabras! Eso sí, los spaguetti napolitana sólo recomendables a los amantes del picante.
Lo mejor de todo es que ofrecen calidad en sus productos a precios razonables, saliendo a unos 20 euros por persona con copita de vino incluída.
Antes de volver al hotel cercano al aeropuerto, hicimos las dos últimas paradas: PISA, en la que no merece la pena pasar más de dos horas, pues lo único destacable es la archiconocida torre inclinada y LUCCA, pequeño pueblecito que nos sorprendió por su vida, lo cuidado que estaba, la preciosa decoración navideña y la gran cantidad de tiendas originales por todas sus callejuelas. Lucca es toda una ciudad amurallada, rodeada por riachuelos y con distintas entradas. Tiene numerosas plazas, destacando la de la foto, donde incluso las fachadas de las casas están curvadas para completar la circunferencia.
En definitiva, un viaje inolvidable y absolutamente recomendable para cualquier época del año aunque quizás lo ideal sea en primavera aprovechando la magia del campo y su naturaleza.Esperamos que hayáis empezado el 2013 genial y que continúe aún mejor!!
¡FELIZ SEMANA!
http://www.villadellacertosa.it/
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http://trattoria-mario.com/