Carlos Cano era una persona que yo admiraba, su socialismo andalucista, su sencillez, su vida vivida, su militancia social, su defensa de los más necesitados, él fue el que cantó aquella copla: Política no seas saboría/y arrimat'un poco al querer/que no se t'escape la vía/por esa hería qu'abre el poder... Se acerca el fin de Julio, en Agosto publicaré solo algunas cositas llamémosle veraniegas, me queda finalizar un poco este particular curso político bloguero. Y no hay mayor reflejo de estos tiempos que esa canción de Carlos Cano. La política, escrita con minúsculas, ni si quiera llega a merecer una letra más grande para distinguirla de la que con mayúsculas nos ilusionó cuando éramos jóvenes; es cosa de unos pocos, el socialismo descafeinado, la lucha de clases convertida en la jungla del "sálvese quien pueda", los líderes actuales se parecen más a aquellos vendedores de elixires de las películas del Oeste americano y los más listos recuerdan mi película favorita de Coppola, ya saben cuál. La democracia amordazada por el verdadero poder del Capital. Y mientras unos magrebíes cruzaban esta semana el Estrecho en una lancha de juguete buscando su particular Dorado (noticia desapercibida en los medios). Así he terminado este curso político, el futuro que viene encima no puede ser más desolador, ni si quiera se da la oportunidad a los militantes de unas elecciones primarias para que participen en las tomas de decisiones de los partidos, las encuestas hacen temer de Guatemala a Guatepeor, y la izquierda social dormida, atenazada, dividida,... Cuando uno lleva media vida haciendo travesías del desierto, acaba gastándose y sin fuerzas para ser crítico entre los críticos. Espero que a la vuelta esto pueda tener visos de mejora, nos queda la movilización y que somos más. Buenas vacaciones, prometo venir más optimista.
Carlos Cano era una persona que yo admiraba, su socialismo andalucista, su sencillez, su vida vivida, su militancia social, su defensa de los más necesitados, él fue el que cantó aquella copla: Política no seas saboría/y arrimat'un poco al querer/que no se t'escape la vía/por esa hería qu'abre el poder... Se acerca el fin de Julio, en Agosto publicaré solo algunas cositas llamémosle veraniegas, me queda finalizar un poco este particular curso político bloguero. Y no hay mayor reflejo de estos tiempos que esa canción de Carlos Cano. La política, escrita con minúsculas, ni si quiera llega a merecer una letra más grande para distinguirla de la que con mayúsculas nos ilusionó cuando éramos jóvenes; es cosa de unos pocos, el socialismo descafeinado, la lucha de clases convertida en la jungla del "sálvese quien pueda", los líderes actuales se parecen más a aquellos vendedores de elixires de las películas del Oeste americano y los más listos recuerdan mi película favorita de Coppola, ya saben cuál. La democracia amordazada por el verdadero poder del Capital. Y mientras unos magrebíes cruzaban esta semana el Estrecho en una lancha de juguete buscando su particular Dorado (noticia desapercibida en los medios). Así he terminado este curso político, el futuro que viene encima no puede ser más desolador, ni si quiera se da la oportunidad a los militantes de unas elecciones primarias para que participen en las tomas de decisiones de los partidos, las encuestas hacen temer de Guatemala a Guatepeor, y la izquierda social dormida, atenazada, dividida,... Cuando uno lleva media vida haciendo travesías del desierto, acaba gastándose y sin fuerzas para ser crítico entre los críticos. Espero que a la vuelta esto pueda tener visos de mejora, nos queda la movilización y que somos más. Buenas vacaciones, prometo venir más optimista.