He aquí la primer entrega de las tres que destacan, a juicio de GENERACIÓN PERDIDA 2.0, los nombres más significativos de la década que despedimos. En esta se compilan las seis clásicas Bellas Artes y las tres modernas. El porqué de estos nombres y no otros, son competencia exclusiva del autor, que razones tiene tantas para defender a cada uno como para no hacerlo. Veamos:ARQUITECTURA: Rem Koolhaas.DANZA: Ulyana Lopatkina.ESCULTURA: Damien Hirst.LITERATURA: La carretera, de Cormac McCarthy.MÚSICA: The Strokes.PINTURA: Bansky.CINE: Dut yeung nin wa (Deseando amar (In the mood for love)), de Wong Kar-wai.FOTOGRAFÍA: Líbano, de Spencer Platt.CÓMIC: Joe Sacco. Y ahora una pequeña explicación a modo de disculpa.Por mucho que uno crea que con Murakami, Coetzee y Kadaré, la palabra escrita ha estado a salvo estos años, el título de McCarthy es inolvidable, una Odisea del tiempo de las cenizas, tan fascinante como los bailes de la ucraniana Lopatkina, una leyenda en su treintena, o intentar descifrar los edificios de Koolhaas o la necrofilia incendiaria, en formol o diamantes, del terrible Hirst. Contra The Strokes se puede dispara fácilmente, de hecho Arcade Fire, Franz Ferdinand, Vampire Weekend o Arctic Monkeys han representado el sonido de su época con la misma contundencia y desparpajo, pero el quinteto neoyorquino ha demostrado que partiendo de casi nada se puede crear un sonido propio, sin olvidarnos que en la antigüedad el teatro y la música eran una misma belleza, cosa esta de las tablas, y las pasarelas, de la que ellos van sobrados. Por otra parte, que sigamos sin apenas saber nada de la piel de Bansky nos dice que, ¿pureza o merchandising?, sus pinturas y otras acciones colaterales y subversivas siguen incorruptas y corrompiendo en UK, Cisjordania o las librerías. Sus murales callejeros conciencian y causa estupor, y todo Arte debe ser revolucionario o dejar de intentarlo.
Entre los méritos modernos, Wong Kar-wai, director de quien alguien dijo que después de ver sus películas era imposible ver otro cine, se hizo eterno con Dut yeung nin wa. Era 2001 y la década fílmica comenzaba a girar en torno a Asia. Cambiando al octavo arte, el World Press Photo de Spencer Platt sigue pareciendo tan absurdo como demoledor: el 15 de agosto de 2006, un grupo de jóvenes y guapos libaneses se pasea en coche por el sur de Beirut tras el bombardeo del ejército israelí. Observada con detenimiento descubres que hay más asco en tu mirada hacia los paseantes que en la de ellos hacia las ruinas, pura pose para la cámara indiscreta. Y, para terminar este ligero estudio, ningún lector de tebeos, cómics, historietas, novelas gráficas, o como se llamen mañana, pondrá en duda el buen momento que atraviesa el sector. Manga aparte, y mientras el mundo espera otro Watchmen, otro Maus, los reportajes bélicos en tinta oscura de Sacco son, paradoja, un refugio para estos tiempos de crisis.