Atrás quedaron el urgente desalojo por sustentación inestable de los viejos muros, el improvisado traslado de alumnos y materiales escolares, el año de provisionalidad en un centro ajeno en situación de realojo (aunque eso sí, con condiciones de alquiler muy ventajosas para aquel centro privado). Muy lejos están ya los problemas para expurgar y seleccionar en una semana (y sin dejar de impartir clases) el material didáctico acumulado en medio siglo de docencia, encontrar una empresa de mudanzas económica, instalar los materiales a toda prisa en el nuevo centro, coordinar el uso de espacios comunes (solo de "los permitidos", por supuesto), el ajuste horario para no coincidir con los alumnos "de pago", el transporte en autobuses cada día, los patios minúsculos, el deficiente uso de la calefacción, la complicada convivencia...
Ahora, el San Juan Bautista, va por el tercer año de su nueva etapa con edificios nuevos y equipo directivo renovado. Las jubilaciones han dado paso a nuevos maestros y, donde falta la experiencia, se compensa desarrollando actividades y un trabajo diario que anime al alumnado y le haga sentirse orgulloso de su pertenencia al centro.
Terminó la película, rodada a toda prisa, del Nuevo Nebrija. Del colegio llamado "Los Azules", tan cercano al cielo que le robó su color. Como antiguo profesor que allí estuvo le deseo una larga y provechosa vida.