El pasado fin de semana hemos vivido una de esas experiencias que ya han pasado a formar parte de mis más selectos recuerdos. Nos reunimos en Madrid un grupo de amigos virtuales. De la mayoría ni tan siquiera conocía el nombre y mucho menos su cara o su voz, sólo un nick que permitiría identificarnos y reconocernos unos a otros.
De todo el grupo sólo conocía a Sele. Tuvimos la ocasión de coincidir en un Templo de Nikko en el lejano Japón y la vitalidad que transmite no me dejó indiferente. Ahora he tenido el gusto de conocer a otras personas de diferentes lugares, de diferentes edades, de profesiones diversas, seguidores de equipos de fútbol rivales e ideologías varias. Pero todos con un fuerte nexo en común: una pasión por viajar que para muchos es difícil de comprender y que llega a rozar la adicción.
Hacía tiempo que se hablaba de un posible encuentro entre los miembros del foro de viajes Lonely Planet, y fue Sele, decidido como nadie, quien lanzó el anzuelo. Junto con Rebeca han organizado un fin de semana estupendo y nos han dado una buena lección de generosidad.
Hemos tenido la oportunidad de intercambiar experiencias con gente estupenda y todos sin excepción, personas abiertas, sencillas y francas, con los que desde el primer momento hemos compartido buen humor, simpatía y muchas ganas de hablar.
Un tiempo espléndido que nos ha permitido disfrutar de la monumentalidad de Madrid, de su Historia, de su gastronomía, del ambiente en el Parque del Retiro y sobretodo de unos amigos que han pasado a ser algo más que un simple nick detrás de una pantalla de ordenador.
Gracias a todos por hacerme sentir tan a gusto.