Hay algunos lugares a los uno no se cansa de volver y por los que no parecen pasar los años. Hace 30 años que visité Monfragüe por primera vez, coincidiendo con la última visita del cometa Halley, al que pudimos ver desde la entrada de la tienda de campaña en una noche de la semana santa de 1984. Han cambiado muchas cosas desde entonces, cómo la declaración de este espacio como Parque Nacional, con la que se consiguió definitivamente el grado de protección que este espacio merecía por derecho propio.
Incomprensiblemente, el giro dado en los últimos meses a la gestión de los Parques Nacionales, permitiendo cacerías en su interior y autorizando algunos usos turísticos prohibidos hasta ahora, ha vuelto a poner de manifiesto el verdadero interés de los políticos en la conservación de la naturaleza y su ignorancia sobre lo que significa el Medio Ambiente.
Desde esa primera visita, he vuelto a Monfragüe en muchas ocasiones, en algunas incluso me he desviado de mi ruta para estar sólo una hora asomado al Salto del Gitano antes de seguir viaje. Para alguien del norte, viajar a Extremadura, y a Monfragüe en particular, es algo muy especial. La vegetación es completamente diferente, el olor de las jaras, las encinas y alcornoques, y la fauna, sobre todo las aves, pero también los anfibios y los reptiles, hacen que nos parezca que hemos cambiado de país e incluso de continente.
Además de estas visitas particulares, desde hace 4 años, nuestros amigos de la asociación Ardeidas, seguramente la asociación ornitológica y conservacionista más importante de Castilla la Mancha, con sede en Talavera de la Reina, nos invitan a pasar un fin de semana con ellos en este lugar mágico, y el pasado fin de semana acudimos a la cita con más ganas que nunca. El año pasado no pudimos bajar por un asunto personal y ya teníamos muchas ganas de estar con ellos aunque fuera solo un par de días. Es un auténtico lujo sentirse como uno más entre ellos, ver y disfrutar de Monfragüe y compartir mesa, risas y conversaciones con un grupo de amigos de todas las edades, que sienten la misma pasión que nosotros por la naturaleza.
Y por supuesto la reina de las aves de Monfragüe, el Águila imperial ibérica (Aquila adalberti), que aunque se hizo de rogar, al final apareció sobrevolando la zona donde tenía su nido, y donde dos pequeños pollos asomaban la cabeza de vez en cuando entre las ramas de la encina donde se encontraban.
Los buitres leonados (Gyps fulvus) tienen en Monfragüe una de sus mayores colonias a nivel mundial, y pudimos verlos en casi todos los sitios. Desde el mirador del Salto del Gitano, en la mayoría de los nidos ya se veían pollos crecidos. Por el contrario, las cigüeñas negras (Ciconia nigra) que tienen un nido en la peña y otro en una isla del río, parecen estar mucho más atrasadas que en años pasados y mientras que una pareja estaba incubando la otra parecía que ni siquiera tenía huevos.
Los alimoches (Neophron percnopterus) tampoco fallaron a la cita, tanto en la Portilla del Tietar como en el Salto del Gitano. Sólo faltó el Quebrantahuesos para completar el pocker de buitres ibéricos y no hubiera sido raro verlo, ya que un ejemplar inmaduro apareció se dejó ver en este último lugar hace tan sólo un par de semanas.
Pero aparte de mirar para las aves, también aproveché para buscar otros animales que no veo en el resto del año. Esta vez no tuve suerte con los reptiles, que no quisieron hacer acto de presencia a pesar de mis esfuerzos por encontrarlos. Pero bajo una piedra me encontré con este escorpión (Buthus occitanus) que aunque muy común en el sur, es muy escaso o esta ausente en la mayoría de las zonas del norte peninsular. Así que aproveché para hacerle unas fotos y dejarlo tranquilo donde lo había encontrado.
En la charca que se encontraba a escasos metros de los chozos de Villarreal de San Carlos donde dormiamos, las ranas se encontraban en plena actividad reproductora. Ranas verdes (Pelophylax perezi), Ranitas meridionales (Hyla meridionalis) y unos pocos Sapillos pintojos (Discoglossus galganoi) se juntaban para cantar poco después de anochecer, mientras por la orilla, una enorme hembra de Sapo común (Bufo spinosus) merodea ba en busca de comida. Tuvimos tiempo incluso de ver los satélites de Júpiter y los anillos de Saturno,a pesar de que la luna estaba casi llena. Muchos de los allí estaban, nunca los habían visto y se quedaron tan sorprendidos como me quedé yo la primera vez que pude ver con mis propios ojos que esos anillos que veía en los libros y en los programas de televisión, realmente se podían ver perfectamente con un telescopio.
El fin de semana se acabó tan pronto que casi no nos dimos cuenta, y a la mañana del tercer día llegó la hora de las despedidas, y no quiero dejar esta entrada sin agradecer de nuevo a todos los miembros de Ardeidas por los buenos momentos que pasamos juntos estos días. Muchas gracias por acoger a esta pequeña avanzadilla del norte y ya sabéis donde encontrarnos cuando os apetezca cambiar las encinas por los hayedos y los acantilados del norte. Y a vosotros, Migue, Paloma, Jose y Conchi, un abrazo muy fuerte, nos vemos pronto.
LISTA DE ESPECIES OBSERVADAS.Aves (46): Águila imperial, Buitre negro, Alimoche, Buitre leonado, Águila calzada, Milano negro, Ratonero común, Cernícalo común, Halcón peregrino, Cigüeña negra, Cigüeña blanca, Garza real, Perdiz roja, Triguero, Alondra común, Cogujada común, Pinzón común, Ruiseñor común, Collalba rubia, Escribano montesino, Estornino negro, Chotacabras gris, Alcaudón común, Carbonero común, Herrerillo común, Mito, Escribano montesino, Avión común, Golondrina común, Avión roquero, Vencejo común, Avión zapador, Chotacabras, Mirlo, Zorzal común, Gorrión común, Roquero solitario, Curruca capirotada, Paloma torcaz, Paloma bravía, Lavandera blanca, Lavandera cascadeña, Urraca, Rabilargo, Críalo, Cuervo común.Mamíferos (2): zorro, ciervoAnfibios (5): Rana verde, Ranita meridional, Sapillo pintojo, Sapo común, Tritón ibéricoReptiles (4): Salamanquesa común, Galápago leproso, Lagartija colilarga
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