Fin de semana exprés a Bruselas y Gante

Por Mundoturistico

Cuando las ganas de viajar apremian y el tiempo escasea, la maquinaria debe ponerse pone a funcionar. El plan establecido es buscar un vuelo barato aunque sea solo para un fin de semana exprés, importarte tres pepinos si la gente puede o no puede acompañarte y ponerte las pilas cuando llega el viaje. El destino elegido fue Bélgica, Bruselas más concretamente, aunque luego planeé una escapada a Gante. El avión facilitó las cosas por un módico precio de 110 euros. Ante la imposibilidad de viajar de la gente, la solución fue sencilla: viajar sola. Y así me planté en el país…

Al llegar, la Grand Place era el lugar indicado para orientarme. Llegué pronto, viendo por primera vez el cómic de Tintín, cerca de la mencionada plaza principal y descubriendo las calles del centro de Bruselas, un casco antiguo coqueto que es sin duda su principal atractivo.

Lugares que no perderte en el centro de Bruselas

En la Grand Place el edificio más imponente es el Ayuntamiento con su torre de estilo gótico de 96 metros, aunque fachadas de las ‘casas’ de alrededor -muchas de ellas de gremios de trabajadores en el pasado- no se quedan atrás. Son realmente bonitas. Volvería a la plaza en más de una ocasión, pues me resultó también uno de los lugares más vivos de la urbe.

Otro de los lugares que no debes perderte, más por aquello del qué dirán es el Manneken Pis, un pequeño niño haciendo sus necesidades que es, quiérase o no, símbolo turístico de esta tierra. La razón forma parte de la leyenda y en realidad poco importa; quizás la conclusión más importante es que a veces necesitamos símbolos a veces absurdos para dar sentido a las cosas. Y estos acaban cobrando fuerza…

La tercera parada que recomiendo es acercarse al Delirium Tremens, una cervecería con varios salones donde poder disfrutar del rico líquido belga en sus múltiples formas. Es el típico bar de ambiente alternativo y decoración singular dónde podría pasarme encantada varios días. Teniendo en cuenta que estaba sola y que la cerveza belga tiene bastante graduación, preferí dejarlo en media hora larga y volverme al hotel a dormir un rato.

Aunque puede haber más visitas en Bruselas -el museo de Magritte o del Cómic; el Atomium, la Basílica del Sagrado Corazón…- yo preferí dedicarme a pasear varias veces su centro, comer un helado en la Grand Place y echar un vistazo a sus restaurantes a pesar de no iba a tener demasiado tiempo para entrar.

Al día siguiente me esperaba Gante, ciudad a la que decidí ir después de que todo el mundo me hablara de maravilla. Es una ciudad muy bonita y además tiene una historia interesante y mucha vida, por lo que descarté otras opciones como Brujas. No me arrepentí, sino todo lo contrario. Gante me enamoró.

Gante: excursión a una hora de Bruselas

Parece que 48 horas no darían para tanto, pero bien planificado, el tiempo siempre es mucho más del que parece. Después de visitar Bruselas y ver que no tenía tantas cosas que patear -mi modo preferido de hacer turismo- elegí entonces hacer una excursión el domingo. Gante es perfecta para ello porque está a una hora de Bruselas y como me agobiaba un poco el tema horarios, busqué una excursión en Internet y la encontré por un buen precio con Tours Buendía, una empresa que cuenta con free tours por la ciudad pero también otras opciones de pago como esta. Por 29 euros me llevaban en autobús y me contaban la historia de Gante, lo que me pareció un buen acuerdo. Lo recomiendo bastante.

Al viajar sola también y no contar con muchas visitas explicativas, un tour era perfecto para adquirir mayor conocimiento también sobre los lugares que visitaba. Además me gustó mucho cómo lo contó la guía que nos tocó. No solo me enteré de la historia de Gante y detalles curiosos, si no que disfruté de una actividad turística cuidada e interesante. ¡Y pasé un buen rato!

Así, comencé también a percatarme de la belleza, el carácter y la singularidad de Gante. Una ciudad universitaria, con una historia próspera y valiente y un regusto cultural que me hubiera gustado disfrutar a fuego lento. Quizás haber vivido un tiempo, también.

Fue una maravilla pasear por una ciudad tan bonita en la que la elegante arquitectura, las bicis, los canales y su ornamentación la hacen irresistible para la vista. Una gran suerte recorrerla con buen tiempo, disfrutando del ambientazo de las ciudades donde los rayos de sol tan escasos que aumentan su valor. Un placer escuchar su música callejera, a ritmo de Johnny Cash o de percusión generada con cosas inservibles. Una sorpresa sumergirme en sus iglesias barrocas y asistir a un baile de una mujer que parecía custodiar el lugar. Gante es un lugar especial; de eso no hay duda.

Sus principales monumentos son la catedral, que además es gratis; la Iglesia San Nicolás, abierta parcialmente para eventos culturales; y el Ayuntamiento, del que está separado su campanario -donde se puede subir para ver las vistas de la ciudad por unos 9 euros-, símbolo del poder civil en la ciudad. De esos tres edificios son las zonas elevadas que hacen que Gante se conozca como ‘La ciudad de las tres torres’ y que la estampa del hallazgo sea otra de las estampas más bellas de la ciudad.

Datos prácticos | Bruselas y Gante

Alojamiento. Me alojé en el albergue Es Hotel, cerca del centro de Bruselas aunque en un barrio con no demasiado buen ambiente. Si se quiere ahorrar no es una mala opción -20 euros- pero si no importa tanto el dinero, no lo recomiendo porque no hubiera salido de allí sola de noche.

Cómo moverse. Cómo ir del aeropuerto de Bruselas al centro: se va fácilmente en un tren de 20 minutos y con un precio de billete de nueve euros. Te deja en la Estación Central de Bruselas, desde donde si estás céntrico podrás llegar andando. Yo me moví todo andando. A la vuelta estad atentos para ver de qué andén sale el tren. A veces cambian el andén y no lo cuentan en inglés, por lo que o se pregunta o es difícil enterarse.

Dónde comer/beber. Os recomiendo comer en Kokob, un restaurante etíope con terraza donde todo estaba buenísimo y el servicio fue súper atento. Para beber hay cientos de lugares ya que la cerveza belga es un mundo infinito, pero sobre todo no debéis perderos el Delirium Tremens en Bruselas y la cervecería Tonguerlo en Gante.