Brevísima historia de la Copa de Europa
En 1954, el periodista francés Gabriel Hanot había acudido a cubrir para el periódico L´equipe el encuentro de fútbol entre el Honved de Budapest y el Wolverhampton y emocionado por lo visto, decidió proponer a su director la organización de un torneo europeo entre clubes. La ida resulto todo un éxito, y de esa particular manera surgió la copa de Europa de fútbol. Ante el éxito inmediato de la competición, la FIBA decide imitar el sistema y encarga a la federación checoslovaca el estudio de una formula atractiva de competición. En Junio de 1957, durante el transcurso del eurobasket de Bulgaria, se aprueba definitivamente el germen de la nueva competición que comenzara en los primeros meses de 1958.
Como curiosidad hay que recalcar que el diario francés dono el trofeo que se otorgaría al campeón durante muchos años, una preciosa canasta (hoy en día se entrega al campeón de la eurochallange).
A lo largo de los años el sistema de competición iría cambiando, y con ello su desenlace: pasando de la final a doble partido (con repetición en caso de empate), a la final a partido único o a la actual final four (que ya se experimento a finales de los años 60).
En lo deportivo la competición arranca con un claro dominio soviético, el AsK Riga dirigido por Gomelsky y liderado por el gigantón Krunmich se alza con los tres primeros títulos y caen en la cuarta final ante el TSKA.
En 1962 se disputa la primera final a partido único que se salda con victoria de los georgianos del Dinamo de Tbilisi ante el Real Madrid. El año siguiente se recupera la final a doble partido, e incluso se necesita partido de desempate, ya que el TSKA vence en Moscú por 17 puntos la misma renta que traía de desventaja de Madrid. En el desempate los 26 puntos de Volnov se tornan decisivos. En 1964 el Real Madrid es el primer equipo no soviético que se alza con el torneo, en parte porque los soviéticos al ser año olímpico habían declinado participar. Por fin, e 1965 un equipo de la URSS, el TSKA, es derrotado y el Madrid se alza con su segunda copa de Europa. En lo que queda de década lo haría por dos veces más (1967 y 68) completando el palmares el Milán del “senador” Bradley (1966) y de nuevo el TSKA (1969, la única final con prorroga (s) de la historia.
Hablar de la Copa de Europa en los 70, solo puede remitir a un nombre: Varese. En una racha difícilmente igualable, los varesinos disputaron las 10 finales de la década, consiguiendo 5 títulos. Dirigidos por el mítico profesor Nikolic primero (3 títulos) y por Sandro Gamba después (2 títulos) el mítico Ignis ejerció un dominio absoluto. El sobrio base Aldo Ossola y el gran Dino Meneghin permanecieron en el equipo los 10 años (Dino se perdió la final del 75 por una lesión en la mano), y junto a ellos la rapidez del mexicano Raga, el tiro de Morse o la calidad de los Yelverton, Flaborea o Bisson fueron dando cuerpo a la hegemonía más absoluta que la copa de Europa ha conocido. El Real Madrid (74 y 78) y el TSkA (71), mantuvieron su status y, a finales de la década, el Maccabi de Berkowitz y el Bosna de Delibasic se sumaron al palmares.
Los 80 arrancan con un nuevo triunfo madridista gracias a un gran Rafa Rullan y continúan con un nuevo éxito macabeo. A los israelíes los suceden en el palmares los italianos del Cantu, representantes de una ciudad pequeña pero para nada inexpertos, entre el 73 y el 81 habían disputado 8 finales (3 de Korac y 5 de Recopa), dirigidos por el gran Marzorati y que repetirian titulo en medio de la polémica. La FIBA tenía decidido suprimir la invitación de participar en la edición del año siguiente al campeón, si este no lograba plaza en su competición domestica, con el fin de evitar finales con representantes de un mismo país (a día de hoy en sus competiciones, cuando dos equipos de una misma liga llegan a una final four deben enfrentarse, por).
Pues bien, al final decidió dilatar la medida (la idea ya había partido de Stankovic cuando Joventut y R.Madrid coincidieron en la liguilla del 79), con tanta fortuna que el Cantu (que había sucumbido en el tercer partido de los cuartos de final de la LEGA ante el Synudine de Bolonia por 100-102) y el Milan se encontraron en la final del 83, con una nueva victoria de los de Cantú. El dominio trasalpino continuo en el 84, donde la “libélula” Wright comenzó a sentar las bases de la maldición barcelonista en la máxima competición europea.
Los dos años siguientes, 85 y 86, el gran protagonista sería Drazen Petrovic que guiaba a la Cibona a dos títulos y al que la nueva norma, impedía defender el tercero tras caer en la competición domestica ante el Zadar de los Petranovic, Vrankovic o Popovic. La última edición pre-final four deparó la victoria de los “viejos” del Tracer de Milan, coronando la gran labor de un Dan Peterson que ponía, temporalmente como hemos visto recientemente, punto y final a su carrera.
10- 1987 LA GRAN REMONTADA
Cerraba el breve repaso a la historia de la Copa de Europa, con el triunfo del Tracer de Milan, un triunfo cuyo momento más delicado estuvo…. en la eliminatoria previa a la liguilla semifinal. Por increíble que parezca, la mayor hazaña de los milanistas esa temporada, llego en una eliminatoria a cara de perro con el Aris de Salónica. En la ida jugada en Grecia, los Gallis y cia acumularon una ventaja de 31 puntos en medio de un ambiente infernal (98-67), que daba paso a todo tipo de comentarios acerca del ocaso de Meneghin o de la decadencia de McCadoo. Pero los italianos siempre se guardan un as en la manga, y en un Palatrussardi a reventar y con una presión que rayaba lo ilegal (el gran karate-press) consumaban la mayor remontada de la historia de la copa de Europa (83-49) y ponían la primera piedra de sus dos títulos consecutivos.
9- 1965 LA PRIMERA DERROTA SOVIÉTICA
En 1964 Real Madrid había tenido el honor de ser el primer equipo no soviético en levantar la Copa de Europa, pero sin embargo aquella victoria llevaba un pequeño asterisco y es que, como sería habitual a lo largo de toda su singladura, los soviéticos declinaban participar en las competiciones europeas los años olímpicos. Con estas premisas la final del 65 entre el TSKA y el Real Madrid llegaba cargada de expectación, y con una novedad: esta vez el primer partido se disputaba en Moscú. Con un enorme Clifford Luyk (28 ptos.) los madrileños resistían y se traían de vuelta una desventaja de tan “solo” 7 puntos. En la vuelta, con un frontón de Fiesta Alegre (no confundir con Vistalegre) abarrotado la velocidad de Emiliano rompía a los rusos y permitía el primer título con mayúsculas de un Real Madrid que con el 76-62 final, podía proclamarse ya a ciencia cierta como el mejor equipo de Europa.
8- 1963 UNA FINAL A TRES PARTIDOS
No, no es que la final se jugara en formato play-off, pero casi se le podía considerar un antecedente. Por aquel entonces la final se disputaba a doble partido, y en caso de empate, se celebraba un nuevo encuentro que había de dirimir el campeón. En estas premisas el Real Madrid viajaba a Moscú, con una renta de 17 puntos adquirida en el primer partido, que no parecía tanta si se tiene en cuenta que los blancos habían llegado a disponer de hasta 30. En Moscú, el TSKA salio a por todas y a falta de 20 seg., parecía ser el campeón gracias a los 20 puntos que ya acumulaba de ventaja, pero el pequeño Durand anotó un tiro libre y tiro a fallar el segundo de tal manera que Burgess se hizo con el rebote ofensivo y forzó el tercer partido, y con él, aunque los moscovitas no dieron opción en el desenlace, la final pasaba a la historia como la más “larga” de la historia.
7- 1965 RADIVOJ KORAC, EL CHAMBERLAIN EUROPEO
El acta del partido Si bien es cierto que el baloncesto es un deporte de equipo, no lo es menos el hecho de que las grandes hazañas individuales lo hacen más grande. Cuando, el dos de Marzo de 1965, Wilt Chamberlain le endosaba la friolera de 100 puntos a los Knicks, entraba de lleno en la historia del deporte y su mítica foto levantando el dedo índice mientras sujetaba un cartel con el número 100 se convertía en la imagen más recordada de la época.
Pocos años después, el genial ala-pivot zurdo del OKK Belgrado, Radivoj Korac, emulaba a Chamberlain y sometía al impotente equipo de Estocolmo anotando la friolera de 99 puntos en un record que permanecerá por siempre en los anales de oro del basket europeo. Tras anotar “tan solo” 34 puntos en la primera mitad, el mítico pelirrojo se desataba en una segunda parte de locura donde solo la ignorancia del registro impidió una cifra aún más notable.
En lo que al resto de competiciones europeas se refiere, el record lo ostentan los 144 puntos que Zdenko Babic (incluidos 28 triples) le endosaba en 1985 al Happoel Limasol…en un encuentro cuya intrahistoria es mucho más apasionante que el propio record anotador. A nivel de clubes, y aunque es difícil precisar según que registros, caben destacar los 153 puntos anotados por el actual técnico del Besiktas, el turco Erman Kunter allá por 1988 cuando militaba en el Fenerbahce.
http://www.youtube.com/watch?v=Ee3IS94yGk4
6- 1962 LA PRIMERA “FINAL”
En una época en la que las finales se disputaban a doble partido, una cláusula daba lugar a la primera final como tal propiamente dicha. Cansada de problemas diplomáticos, la FIBA había estipulado que, en caso de problema, la final se celebraría en campo neutral, así que cuando, una vez más, el general Franco se negaba a que un equipo soviético viajara a España, se opto porque la final entre los georgianos del Dinamo de Tbilisi y el Real Madrid se disputara en Ginebra. Los soviéticos montaron en cólera, pero una generosa indemnización del siempre sibilino Raimundo Saporta calmo los ánimos permitiendo la primera final a partido único de toda la historia. Al final, victoria soviética por 90-83 y acercamiento de posturas, que permitió que al año siguiente el “ejercito rojo” del TSKA jugara en España.
5- 1979 LA GRAN RACHA (LOS LIBRES DE PRADA)
Si hay un record difícil de igualar, ese es el del conjunto del Varese que durante los años 70, disputo la 10 finales del máximo torneo continental sumando 5 títulos. De todas las clasificaciones para las finales, la más agónica, sin duda, fue la del 79 (aunque como final la del 72 ante la Jugoplastika no tuvo precio). En la última jornada de la liguilla semifinal, Real Madrid y Varese se disputaban el paso a la final, el vencedor la disputaría y el perdedor se iría a su casa. En medio de una guerra de nervios (el Varese se presentó de blanco aduciendo haber olvidado su uniforme titular, obligando así al Madrid ha jugar con su uniforme reserva), una canasta de Yelverton mandaba el partido a una prórroga en la que el marcador se movía con cuentagotas. De tal manera que a falta de un solo segundo y con un punto abajo, el pivot donostiarra Prada era objeto de falta. Por aquel entonces aun permanecía en vigor la regla del 3*2, con lo que Prada tenía hasta tres oportunidades, con un acierto una nueva prórroga, con 2 la gloria…. Y sin embargo, fallo los tres con lo que el Varese cerraba su década mágica accediendo a una nueva final.
4- 1979 DELIBASIC METE A VARAJIC EN LA HISTORIA
Tras el claro dominio soviético en los años 60, Yugoslavia había tomado el relevo generacional aupada por el talento de los Slavnic, Kikanovic, Cosic o Dalipagic, pero le faltaba la guinda a nivel de club, ya que si, bien había sumado 5 títulos de la Korac y uno de la Recopa, la Copa de Europa seguía resistiéndose de tal manera, que el subcampeonato de la Jugoplastika en 1972 era el mayor éxito hasta la fecha. Nada hacia presagiar que la edición de 1979 fuera a ser diferente, pero contra todo pronostico el sorprendente y joven Bosna Sarajevo de Bogdan Tanjevic conseguía colarse en la final, aupado por su trío mágico: Delibasic, Varajic y Radovanovic. Sin embargo el partido decisivo pasaría a la historia, y no solo por el primer triunfo yugoslavo sino por la mayor exhibición individual que una final viera: Zarko Varajic anotaba 45 puntos, por dos motivos fundamentales: su gran tiro exterior y, sobre todo, la impagable colección de pases magistrales que el mago de Tuzla, Mirza Delibasic, le tenía a bien brindar sin por ello descuidar el ataque (30 puntos)
3- 1986 EL GRAN DUELO
La URSS versus Yugoslavia, Lituania vs. Croacia, Zalgiris contra Cibona pero sobre todo Petrovic contra Sabonis, la final de 1986 disputada en Budapest concentraba la mayor expectación posible. Frente a frente, las dos grandes potencias europeas pero sobre todo los dos grandes iconos baloncestisticos de los 80. Por un lado el genial Drazen, que ya había saboreado las mieles del triunfo el año anterior, y por otro el zar lituano que buscaba su consagración absoluta tras su exultante Eurobasket el año anterior. El partido discurría con más tensión que juego, igualdad en el marcador y cierta ventaja para Sabonis en el duelo particular, hasta que estallo la tormenta: Nakic robaba un balón y en pleno contraataque recibía una falta de Krapikas, a la que respondía soltando el brazo cuando de la nada aparecía Sabonis para tomarse la justicia por su mano golpeando al pivot croata lo que le suponía la descalificación y ,lo que es peor, enterraba las opciones del Zalgiris abriendo de par en par las puertas de la revalidad para los de Zagreb.
2- 1962 LA AUTOCANASTA DE ALOCEN
Que Pedro Ferrandiz ha sido uno de los grandes genios del basket europeo nadie lo puede negar y menos repasando alguna de sus “creaciones”. A principios de los 60, las eliminatorias a doble vuelta contaban con una particularidad: pese a que lo que importaba era el resultado global, si en el primer partido había empate se disputaba una prorroga. El 18 de Enero de 1962, Varese y Real Madrid se enfrentaban en el primer partido de los octavos de final, y tras más de 30 minutos los blancos dominaban con cierta holgura. Pero los problemas de faltas y el cansancio unidos a la gran actuación del húngaro Toth llevaban la igualada al marcador a falta de 2 segundos, ante lo que Ferrandiz decidía solicitar un tiempo muerto. Con el americano Hightower lesionado y con varios jugadores eliminados, la perspectiva de una prorroga se revelaba inquietante. Así pues, Don Pedro ordeno la jugada clave, saque de fondo para Alocen que anotaba en su propia canasta y una leve derrota por dos puntos, fácilmente recortables en la vuelta. Los varesinos tras unos primeros instantes de júbilo, montaron en cólera pero sus protestas solo sirvieron para que la FIBA, enunciara un nuevo artículo por el que una autocanasta sería sancionada con gravedad. Años más tarde el belga Dierckx intento repetir la historia propiciando que definitivamente se adoptara el modelo actual.
1. 1969 LAS PRORROGAS PARA LOS “LOCALES”
Desde que en 1966 la FIBA adoptara definitivamente el modelo de final a partido único, solo una ha tenido que recurrir a la prorroga para dilucidarse. Esa final no es otra que la de 1969, que, para más emoción, se vio abocada a una doble. Los dos mejores equipos del momento, TSKA y Real Madrid, llegaban a la final de Barcelona con una autoridad incontestable. Dada la rivalidad entre blancos y “cules”, se esperaba que el público local tomara partido por los moscovitas, pero al contrario de lo esperado se volcaba desde inicio con los locales hasta que algo sucedió…. Tras forzar Lipso la prorroga con una canasta en el último segundo del tiempo reglamentario, esta comenzaba con ligero dominio blanco pese al dominador juego de Andreiev. Tras un clamoroso fallo de Aiken y una perdida de Emiliano, un claro contraataque ruso era frenado por los árbitros señalando unos inexistentes pasos, lo que daba pie a otra prorroga. Los jugadores rusos montaban en cólera y con ellos, el público hasta entonces madridista viraba sus ánimos y convertía la segunda prorroga en un infierno para los merengues que acababan por ser superados 103-99, en una de las mejores finales de la historia.
LA FINAL FOUR
En 1988 la FIBA decide tomar, a imagen y semejanza de la NCAA, la idea de una final a cuatro. La idea ya tenía antecedentes ya que a finales de los 60 ya se había experimentado (bajo el nombre de fase final), aunque la idea no cuajo ante las protestas de los equipos que veían menguadas sus taquillas al perder el encuentro de semifinales.
1966 Milan-Bolonia
Sf Slavia Praga 103 AEK Atenas 73 (Zidek 31???)
Simenthal Milan 68 TSKA Moscú 57 (¿? )
3 y 4º TSKA 85 AEK 62 (¿?)
Final Milan 77 Slavia 72 (Thoren 21 Vianello 21 Zidek 22)
1967 Madrid
Sf Simenthal Milan 103 Slavia Praga 97 (Robbins 33 Zednicek 23)
Real Madrid 88 Olimpia Ljubiana 86 ( Aiken 31 Daneu 24)
3 y 4º Slavia Praga 88 Olimpia 83 (Zednicek 29 Daneu 39)
Final Real Madrid 91 Simenthal Milan 83 (Emiliano 29 Chubin 32)
Así pues en 1988 nace la moderna final four. El sistema de competición permanece casi intacto, tras sucesivas eliminatorias una liguilla entre los mejores da paso al acto final, y si hasta entonces los dos mejores se disputaban el título ahora pasaban a 4. Como curiosidad cabe resaltar que los dos primeros clasificados de la liguilla (Partizan y Aris) quedaron eliminados en semifinales, cuando de haberlo echo el año anterior hubieran disputado la gran final. La primera final four fue todo un éxito y deparó un nuevo titulo milanista liderado por el gran McCadoo.
1988 Gante
Sf Maccabi 87 Partizan 82 (Magee 34 Divac 21)
Tracer Milan 87 Aris 82 (McCadoo 39 Gallis 28)
3 y 4º Partizan 105 Aris 93 (Gallis 41 Divac 31)
Final Tracer 90 Maccabi 84(McCado 25 Jamchy 24)
Tras el éxito del Tracer, llegaría el dominio balcánico: primero global con los tres títulos consecutivos de la Jugoplastika y el del Partizan, y posteriormente desde los banquillos. Aferrados a un baloncesto control y excesivamente mecanizado, Maljkovic, Obradovic e Ivkovic monopolizan los títulos del 93 al 97 (Limoges, Joventut, Madrid y Olympiacos). La racha la rompe el Kinder Bolonia de Messina, aunque lo hace aferrado a las mismas armas. Hay que resaltar que en 1992 había nacido la Liga europea, dando un nuevo paso hacia la globalización baloncestistica al permitir la participación de varios equipos de un mismo país.
1989 Munich
Sf Maccabi 99 Aris 86(Magee 29 Yannakis 25)
Jugoplastica 89 Barcelona 77(Kukoc 24 Sibiliio 15)
3 y 4º Aris 88 Barcelona 71(Gallis 36 Norris 18)
Final Jugoplastica 75 Maccabi 69( Radja 20 Jamchy 25)
1990 Zaragoza
Sf Barcelona 104 Aris 83(Epi 24 Gallis 26)
Jugoplastica 101 Limoges 83 (Perasovic 24 Ostrowski 21)
3 y 4º Limoges 103 Aris 91 (Ostrowski 26 Gallis 43)
Final Jugoplastica 72 Barcelona 67 (Kukoc 20 Norris 18)
1991 Paris
Sf Barcelona 101 Maccabi 67 (Montero 25 Horton 16)
Pop 84 Split 93 Scavolini 87 (Savic 25 Daye 29)
3 y 4º Maccabi 83 Scavolini 81 (Jamchy 22 Cook 19)
Final Pop 84 Split 70 Barcelona 65 (Savic 27 Trumbo 12)
1992 Estambul
Sf Joventut 91 Estudiantes 69 (Villacampa 28 Pinone 18)
Partizan 82 Milan 75 (Danilovic 22 Dawkins 21)
3 y 4º Milan 99 Estudiantes 81 (Rogers 20 Winslow 21)
Final Partizan 71 Joventut 70 (Danilovic 25 Pressley 20)
1993 Atenas
Sf Limoges 62 R.Madrid 52 (Young 20 Sabonis 19)
Benetton 79 PAOK 77 (Rusconi 23 Prelevic 21)
3 y 4º Paok 76 Madrid 70 (Barlow 20 Biriukov 16)
Final Limoges 59 Benetton 55 (Young 18 Teagle 19)
1994 Tel Aviv
Sf Olimpiakos 77 Panathinaikos 72 (Paspalj 22 Volkov 32)
Joventut 79 Barcelona 65 (Villacampa 20 Epi 23)
3 y 4º Panathinaikos 100 Barcelona 83 (Gallis 30 Roberts 19)
Final Joventut 59 Olimpiakos 57(Ferran 17 Paspalj 15)
1995 Zaragoza
Sf Madrid 62 Limoges 49(Sabonis 21 Kempton 12)
Olympiakos 58 Panathinaikos 52 (E. Johnson 27 Paspalj 17)
3 y 4º Panathinaikos 91 Limoges 87 (Alvertis 29 Young 24)
Final R.Madrid 73 Olympiakos 61(Sabonis 23 Volkov 15)
1996 Paris
Sf Panathinaikos 81 CSKA 77 (Wilkins 35 Karaseev 23)
Barcelona 76 R.Madrid 66 (Karnisovas 24 Arlauckas 22)
3 y 4º CSKA 74 R.Madrid 73(Vetra 22 Savic 22)
Final Panathinaikos 67 Barcelona 66 (Alvertis 17 Karnisovas 23)
1997 Roma
Sf Olympiacos 74 Olimpija Ljubljana 65 (Rivers 28 Stepania 12)
Barcelona 77 Villaurbane 70 (Djordjevic 17 Rudd 20)
3 y 4º Olimpija 86 Villaurbane 79 (Milic 17 Digbeu 22)
Final Olimpiakos 73 Barcelona 58 (Rivers 26 Jimenez 16)
1998 Barcelona
Sf Kinder 83 Partizan 61 (savic 23 Brkic 17)
AEK 69 Benetton 66(Anderson 21 Williams 22)
3 y 4º Benetton 96 Partizan 89 (Williams 24 Drobnjak 22)
Final Kinder 58 AEK 44 (Danilovic 13 Lasa 7)
Tras los años de racaneria, el sorprendente Zalgiris (quizás no tanto ya que venía de ganar la Saporta de manera brillante el año anterior) insuflaba un soplo de aire fresco, con su basket de conceptos libres y tiro exterior liderado por el mágico Tyus Edney, bien apoyado en Bowie y Stombergas. El 2000 traía un nuevo varapalo para el Barcelona y un nuevo título para Obradovic.
1999 Munich
Sf Zalgiris 87 Olimpiakos 71 (Bowie 19 Tarlac 15)
Kinder 62 Teamsystem 57 (Nesterovic 16 Myers 18)
3 y 4º Olympiakos 74 Teamsystem 63 (Komazec 13 Jaric 17)
Final Zalgiris 82 Kinder 74 (Bowie 17 Rigadeau 27)
2000 Salonica
Sf Maccabi 65 Barcelona 51 (Huffman 24 Goldwire 13)
Panathinaikos 81 Efes Pilsen 71 (Bodiroga 22 Turkoglou 15)
3 y 4º Efes Pilsen 75 Barcelona 69 (Besok 22 Rentzias 29)
Final Panathinaikos 73 Maccabi 67 (Rebraca 20 Huffman 26)
Tras años de enfrentamientos, la FIBA y la ULEB rompían sus relaciones y organizaban torneos separados. La Suproliga de la FIBA, poseía menos nivel medio, pero conservaba la final four y a tres de los participantes del año anterior en Salónica. En Paris, y con el Panathinaikos como claro favorito, el Maccabi con un gran Mcdonald y un dominante Huffman daba la sorpresa
2001
Euroliga Kinder Bolonia 3 Tau 2 (Play off)
Suproliga Paris
SF Panathinaikos 74 Efes Pilsen 66(Bodiroga 22 Mulaomerovic 25)
Maccabi 86 Cska 80 (Mcdonald 17 Kirilenko 23)
3 y 4º Efes Pilsen 91 CSKA 85 (Drobnajk 25 Kirilenko y Morgunov16)
Final Maccabi 81 Panathinaikos 67 (McDonald 21 Bodiroga 27)
La mayor bonanza económica de la ULEB, hace que finalmente los clubes se agrupen en su Euroliga. La primera final de la reunificación cuenta con el Kinder como claro favorito, pero en una gran segunda parte el Panathinaikos le da la vuelta y se hace con su tercer titulo. El año siguiente el Barcelona cierra su mala racha (5 subcampeonatos) y ante su público logra su primer titulo de la mano de Bodiroga. En 2004 el Maccabi, también como local, se lleva el título con una gran exhibición ofensiva y en 2005 lo revalida haciendo gala de un basket alegre y rápido. Los macabeos llegan a soñar con ser el tercer equipo en conseguir un tercer titulo consecutivo, pero el CSKA se interpone en el camino. En 2007, en una final plena de intensidad el Panathinaikos volvía a lo más alto ante un CSKA, que recuperaba un año después su titulo en Madrid, volviéndolo a perder un año después en una extraña final ante el Panathinaikos del omnipresente Obradovic.
Finalmente, en 2010, el Barcelona lograba su segundo título de una manera incontestable dominando la competición como pocas veces se ha visto (solo dos derrotas) y desplegando un baloncesto cercano al “total”. Un año después, en la propia ciudad condal, el Panathinaikos de, como no, Zeljko Obradovic recuperaba su condición de campeón continental tras derrotar a los anfitriones en los play-off de cuartos y a Siena y Maccabi en la propia final four, de la mano de un Dimitris Diamantidis que se convertía en el primer jugador de la historia en aunar en una misma temporada los Mvp´s de la fase regular y la final four. El testigo del Pao, lo recogían sus queridos vecinos del Pireo que, guiados por Papanikolau y Spanoulis, daban la vuelta a una final increíble ante el Cska.
2002 Bolonia
Sf Kinder Bolonia 90 Benneton 82 ( Charlie Bell 19 Jaric 18)
Panathinaikos 83 Maccabi 75 (Bodiroga 26 Burnstein 18)
Final Panathinaikos 89 Kinder 83(Kutlay 22 Ginobili 27)
2003 Barcelona
Sf Benetton 65 Siena 62(Garbajosa 14 Stefanov 17)
Barcelona 76 CSKA 71 (Fucka 21 Holden 21)
3 y 4º Siena 79 Cska 78 (Ford 19 Songaila 15)
Final Barcelona 76 Benetton 65 (Bodiroga 20 Edney 16)
2004 Tel Aviv
Sf Maccabi 93 CSKA 85 (Parker 27 Marcus Brown 23)
Skipper Bolonia 103 Siena 102 (Delfino 27 Thornton 26)
3 y 4º CSKA 97 Siena 94 (Brown 27 Vanterpool 18)
Final Maccabi 118 Skipper 74 (Parker 21 Vujanic 21)
2005 Moscu
SF CSKA 78 Tau 85 (Holden 20 Macijauskas 23)
Maccabi 91 Panathinaikos 82 (Sharp 20 Kutklay 17)
3 y 4º Cska 91 Panathinaikos 94 (Brown 21 Batiste 28)
Final Maccabi 90 Tau 78(Jasikevicius 22 Scola 21)
2006 Praga
SF Maccabi 85 Tau 70 (Baston 20 Scola 15)
CSKA 84 Barcelona 75 (Williams 24 Papaloukas y Holden 19)
3 y 4º Tau 87 Barcelona 82 (Drobnajk 17 Fucka 20)
Final CSKA 73 Maccabi 69 (Papaloukas 18 Solomon 20)
2007 Atenas
SF CSKA 62 Unicaja 50 (Langdon 13 Cabezas 13)
Panathinaikos 67 Tau 53 (Batiste y Becirovic 15 Erdogan 11)
3 y 4º Unicaja 76 Tau 74 (Tusek 18 Rakocevic 16)
Final Panathinaikos 93 CSKA 91 (Siskauskas 20 Papaloukas 23)
2008 Madrid
SF Siena 85 Maccabi 92 (McIntyre 26, A. García 17)
Tau 79 CSKA 83 ( Rakocevic 19, Andersen y Siskauskas 16)
3 y 4º Siena 97 Tau 93 (K. Lavrinovic 19, Mickeal 15)
Final CSKA 91 Maccabi 77 (Langdon 21, Bynum 23)
2009 Berlín
SF Olympiacos 82 Panathinaikos 84 (Greer 18, Pekovic 20)
Barcelona 78 CSKA 82 (Andersen 24, Siskauskas 29)
3 y 4º Olympiacos 79 Barcelona 95 (Greer 19, Andersen 20)
Final CSKA 71 Panathinaikos 73 (Spanoulis y Fotsis 13, Holden 14)
2010 Paris
SF Barcelona 64 CSKA Moscú 54 (Fran Vazquez 11, Siskauskas 19)
Olympiacos 83 Partizan 80 (Kleiza 19,McCalebb 21)
3 y 4º CSKA 90 Partizan 88 (Langdon 32, Roberts 18)
Final Barcelona 86 Olympiacos 68 (Navarro 21, Childress 15)
2011 Barcelona
SF Maccabi 82 Real Madrid 63 (Eidson 19, Tomic 17) Panathinaikos 77 Siena 69 (Calathes 17, Kaukenas 13)
3 y 4º Real Madrid 62 Siena 80 (Llull 23, Lavrinovic 17)Final Maccabi 70 Panathinaikos 78 (Eidson 17, Batiste 18)
2012 Istambul
SF Cska 66 Panathinaikos 64 (Kirilenko 17, Jasikevicius 19) Olympiacos 68 Barcelona 64 (Spanoulis 21, Navarro 18)
3 y 4º Barcelona 74 Panathinaikos 69 (Huertas 21, Diamantidis 17)Final Olympiacos 62 Cska 61 (Papanikolau 18, Teodosic 15)
10 GRANDES MOMENTOS DE LA HISTORIA DE LA FINAL FOUR
10- 1966 EL SENADOR SE LLEVA LA PRIMERA
Adoptada como modelo experimental y llamada entonces fase final, la primera final a 4 tuvo lugar a caballo entre Milán y Bolonia y terminaría con el primer título para el basket italiano. El Milán había diseñado un equipo competitivo, aunque sin opciones claras para llegar lejos cuando un golpe de suerte cambio su sino. Bil Bradley, mejor jugador de los juegos del 64, venía a completar sus estudios a Oxford. Tras unas intensas gestiones, los milanistas conseguían que Bradley viajara los días de partido para jugar la Copa de Europa. Sin entrenar, sin apenas conocer a sus compañeros, el enorme talento de Bradley se sobrepuso a todo y llevo a los lombardos a lo más alto.http://www.youtube.com/watch?v=sDhqNR3Y_ik
Un año más tarde se repetiría experiencia con el Real Madrid imponiéndose como local al propio Milano y en la semifinal al Olimpija de Ljubljana de un heroico Ivo Daneu.
9- 2005 EL TRIPLE DE MACHE
Tras perder dos final four de manera consecutiva ante los anfitriones (Barcelona 2003 y Maccabi 2004), el CSKA había conseguido llevar a Moscú la celebración de 2005. Con un equipo construido con una sola idea, durante más de 40 partidos permaneció invicto mostrando una solidez inédita en Europa desde los tiempos de Sergei Belov. La racha terminaba por romperse en un intrascendente partido ante el Barcelona, pero nada parecía poder hacer sombra a la máquina rusa en la final four. La primera victima para el ansiado título debía ser el Tau, pero un enorme Scola y el “carácter Baskonia” mantenían la incertidumbre. Con los locales al borde del colapso, un saque de fondo con apenas unos segundos de posesión derivaba en un monumental triple lateral de Macijauskas que confirmaba una de las grandes sorpresas de la historia de la final four.
8- 2003 EL FIN DE UNA MALDICION
Cuando la “libélula” Wright y sus imposibles driblings hundieron al Barcelona en la final de 1984, comenzaba una maldición que tardaría casi 20 años en quebrarse. 5 subcampeonatos y 7 final four después el carácter ganador de Dejan Bodiroga en la pista y de Sveteslav Pesic en el banquillo barría todos los fantasmas del pasado en medio de un Palau Sant Jordi abarrotado y preso de la euforia.
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http://www.youtube.com/watch?v=5ChSgCMB0uE
7- 1994 EL GRAN CORNY
Si hay una plaza eminentemente baloncestistica, esa es Badalona, adalid eterna del juego de la canasta entendido como un ejercicio de cantera, juventud y riesgo. Dos años atrás la penya se había quedado a las puertas de la gloria, pero en Tel Aviv y en medio de un mar de nervios, el enorme (en todos los sentidos) Corny Thompson se elevaba a falta de unos segundos y clavaba el triple crucial que hacia justicia a la ciudad del basket.
http://www.youtube.com/watch?v=cWBQplNBU-A
6- 2007 LA GRAN FINAL
Tras las semifinales de 2007, el viejo regusto al caduco basket-control de los 90 había dejado un poso de desconsuelo en una audiencia ávida de algo más que exiguos resultados. Con las dos mejores plantillas de Europa frente a frente, la final habría de borrar las malas sensaciones del penúltimo acto. Tensión, nervios, dureza, tiros imposibles, defensas al límite pero sobre todo calidad brindaron más de 2 horas de un espectáculo único: La versatilidad de Siskauskas, el carácter de Diamantidis, la obstinación de Papaloukas o el “hambre” de Smodis fueron los ingredientes de una de las mejores finales de la historia.
http://www.youtube.com/watch?v=Q19lGZmn0wQ
5- 2002 TOCALA OTRA VEZ ZELJKO
Bolonia estaba preparada para que la final four de la reconciliación, fuera también la de la consagración de su escuadra. La potente Kinder de 2001 se había reforzado con Becirovic y Granger que, unidos a Jaric, Ginobili, Smodis... conformaban un equipo poco menos que intratable. Enfrente el Panathinaikos de Obradovic, que esta vez parecía menos fiero, impresión que parecía confirmarse cuando los boloñeses se marchaban por 13 puntos de diferencia. Pero Zelimir siempre guarda otra vuelta de tuerca más: Bodiroga o Alvertis de falsos cuatros y todo el espacio de la zona para el joven Papadopoulos. El joven center, inédito durante casi toda la temporada, se hacía el rey de la zona mientras que Bodiroga, bien secundado por un inspirado Kutlay, tomaba el mando para dar un nuevo título al mejor entrenador de Europa, en la que posiblemente haya sido la mejor final four hasta la fecha.
4- 1996 LA GRAN POLÉMICA
Dotado de unas condiciones innegables para el juego pero indolente hasta la desesperación, Stojan Vrankovic fue el protagonista de la jugada más polémica de la historia de la final-four, cuando en un acto impensable ,dada su habitual desidia, se levantaba de su caída en medio campo para correr hasta su aro y poner el tapón más famoso que se recuerde. La historia había arrancado mucho antes con el morbo en el duelo entre Maljkovic y Aito, que parecía tener controlado el primero con su juego lento y pausado. Pero a falta de unos pocos minutos y con 10 puntos abajo, Reneses daba entrada a dos bases y conseguía cambiar el ritmo del partido. Así a falta de unos segundos, Montero robaba el balón decisivo, trastabillaba, rozaba los pasos y cuando dejaba la bola de la victoria en el tablero aparecía el enorme brazo de Vrankovic para hurgar más en la vieja herida cule. El tapón fue manifiestamente ilegal, pero lo más curioso del caso es que nada de aquello debería haber valido porque, en el anterior ataque, los griegos habían consumido 34 segundos sin que nadie se percatara de que la bocina hubiera saltado. La indignación fue grande e incluso la FIBA dio la razón al Barcelona, pero el trofeo voló a Atenas.
http://www.youtube.com/watch?v=CLbzRibkqEI3- 1999 UN SOPLO DE AIRE FRESCO
La inesperada victoria del Limoges en 1993, había alimentado el nacimiento de un nuevo concepto baloncestistico apoyado en el absoluto control del ritmo, el uso de las manos y, en definitiva, el cercenamiento de la creatividad. Liderado por los técnicos balcánicos, Etore Messina había tomado el relevo ganando la edición del 98 con unos miserables 58 puntos y su equipo, el Kinder de Bolonia, llegaba a la final four de Munich como claro favorito (pese a contar con un Danilovic tocado y no marchar excesivamente bien en la lega). Pero, por suerte, no siempre los pronósticos se cumplen y un descarado Zalgiris liderado por Edney, enloquecía la final y a base de contraataques llevaba 15 puntos de diferencia al descanso. La tímida reacción boloñesa en la segunda parte fue estéril y el título viajo a Kaunas acompañado por el corazón de los románticos del deporte. Para el recuerdo queda la memorable retransmisión de Ramón Trecet en RTVE “cotangente de Pi…”
2- 1989 JUVENTUD DIVINO TESORO
Es posible que los ya inmortales versos del poeta nicaragüense resulten un tanto manidos, pero no lo es menos que nada mejor para describir la maravillosa irrupción que Munich vivió en 1989. Llegaba el Barcelona como absoluto favorito a la final four cuando en semifinales se cruzo un grupo de jovenzuelos de Split, liderados por Bozidar Maljkovic y que interpretaban un juego preciso y preciosista como pocos. Así durante tres años, la Jugoplastika, que en 1972 ya se había quedado a las puertas del título con un postrero lanzamiento de Solman, labro su merecidísima condición de equipo de leyenda, creando tendencia y anunciando una nueva era para el baloncesto europeo con un equilibrio entra la solvencia defensiva y el talento individual no visto anteriormente. Los tres títulos consecutivos emulaban a los pretéritos triunfos del ASK de Riga, pero la dureza de la época daba especial significado a la hazaña de los croatas, convirtiéndolos, muy probablemente, en el mejor equipo de la historia del basket europeo.
http://www.youtube.com/watch?v=mJ4hYIzj1Fs
1. 1992 A SANGRE FRIA
A lo largo de la historia, multitud de jugadores han destacado por su especial sangre fría en los momentos más difíciles. De entre todos ellos quizás sea Djordjevic uno de los más recordados. Corría el año 92 y la final four viajaba a la maravillosa Estambul que bañada por sus tres mares olía a especias y magia, a caos y belleza, olía en definitiva a algo grande. Cuando a falta de pocos segundos para el final, Tomás Jofresa anotaba una suspensión frontal toda Europa daba por seguro que el título viajaba a Badalona, pero el Partizan saco rápido y entonces Aleksandar emprendió una carrera suicida que le llevo a la esquina, desde donde se levantó y con un escorzo imposible anotaba el triple ganador más espectacular que se recuerde, y la canasta ganadora por excelencia…hasta que justo 20 años después y en la misma ciudad Giorgios Printezis completaba la más increíble remontada de la era final four ante un atonito y autocomplaciente Cska. http://www.youtube.com/watch?v=VT4_j32jtP4
http://www.youtube.com/watch?v=EOpMWEwUYgo
FINAL FOUR 2013
LA CIUDAD:
En sintonía con la búsqueda continua de la euroliga por encontrar nuevos mercados, la final four de 2013 aterriza en Londres, sin duda una de las ciudades más deseadas pero a la vez más esquivas con el basket continental. Con la posibilidad abierta de acoger la edición de 2014, el momento crucial de la temporada en la euroliga tendrá su sede en el impresionante O2 que ya acogiera la fase final de los recientes juegos olímpicos.
EL PABELLON: Inaugurado en junio de 2007 y con una capacidad para casi 20.000 espectadores, el O2 Arena es el segundo recinto con más capacidad del Reino Unido, solo por detrás del Manchester Arena.
http://www.theo2.co.uk/
LIFE ON MARS: EL BALONCESTO EN LONDRES
Con el permiso de Rory Gallagher y los seis albums que editó en tan solo tres años tras abandonar Taste, es muy posible que en toda la historia del rock no se haya dado una sucesión tan brillante de discos como la protagonizada por David Bowie a principios de los años setenta. En apenas tres años, David Robert Jones publicaba “The man who sold the world”, “Hunky Dory” y el que es para quien esto escribe el mejor disco de la década: “The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars”. Sacado a la luz a mediados de 1.972, Ziggy Stardust es un álbum conceptual que gravita en torno a la camaleónica figura de su protagonista, un extraterrestre bisexual de imagen andrógina en el que Bowie consigue volcar su pasión por el Kabuki llevando la esencia del teatro más emblemático del Japón hasta escenarios íntimamente ligados a la ciencia ficción. Esta pasión del cantante de Brixton, ya había quedado reflejada un año antes en canciones como “Starman” o, sobre todo, “Life on Mars?” un delicioso tema surrealista destinado a convertirse en un clásico instantáneo, como bien prueba su utilización en anuncios, bandas sonoras o como título de una de las mejores series de televisión de la última década.
Creada por la BBC y magníficamente protagonizada por John Simm, en un papel a la altura del que ya protagonizara en “State of Play”, “Life on Mars” narraba las peripecias del inspector de policía Sam Tyler, quien tras ser atropellado mientras escucha la canción de Bowie, despierta misteriosamente en 1.973. Jugando con lo onírico y lo cómico, la serie funcionaba como excelente metáfora del sentimiento de perdida a la par que el cambio de época permitía a los guionistas pasar por alto cualquier atisbo de corrección política, reflejando a la perfección la sensación de extrañeza de su protagonista en un mundo para él casi irreal. Tras dos temporadas de éxito tanto de audiencia como de crítica, la serie conocería una versión homónima en Estados Unidos protagonizada entre otros por Harvey Keitel y Michael Imperioli (el gran Chris de Los Soprano), así como un spin-off titulado “Ashes to ashes” en otro evidente guiño a la obra de Bowie.
Sin llegar a los extremos que conlleva un viaje en el tiempo, no resulta descabellado trazar un paralelismo entre las posibilidades de la vida en Marte y los éxitos del baloncesto británico, al menos a nivel de club. Si bien, a nivel de selección, el imán de los pasados juegos de Londres fue lo suficientemente potente para configurar una selección competitiva y plenamente reconocible en el panorama europeo durante el último lustro. La consolidación de los equipos de las islas a nivel europeo sigue siendo a día de hoy poco menos que una quimera…aunque eso si, al igual que Marte tuvo sus crónicas, el british basket también gozo de alguna que otra hazaña, quizás hoy olvidada pero no por ello menos interesante.
LONDON CALLING
Si tuviésemos que elegir el aspecto más repetido en el viejo anhelo de construir una verdadera liga europea a imagen y semejanza de la nba, es muy probable que muchos optáramos por la casi obsesiva búsqueda de la presencia en los grandes mercados, y más en concreto de tres ciudades cuya relación con el basket nunca ha terminado de ser fluida: Roma, Paris y Londres. De menos a más, la capital italiana tuvo la suerte de ver como su equipo más emblemático se proclamaba campeón de Europa en 1.984, un año después de conseguir el que aun hoy es su único título liguero, pese a lo cual puede decirse que en los últimos años no ha estado tan lejana de la elite, aunque, eso si, sin lograr la estabilidad necesaria para codearse con los pesos pesados del viejo continente. Por su parte, la capital gala contempló su último título liguero en 1.997 con un Racing de Paris cuyo anterior éxito databa del casi prehistórico 1.954, aunque entre medias el Paris Uc lograra dicho galardón en 1963. En cualquier caso, los problemas romanos y parisinos se quedan en meras nimiedades a poco que se les compare con la implantación del baloncesto en la ciudad del Támesis. La reciente designación de Londres como sede de la final four de 2.013 (incluso con una opción preferencial para 2.014) supone una nueva muestra del interés de la euroliga por captar la atención del público de la city en busca de la consolidación de un proyecto que permita germinar un equipo de alto nivel. De hecho las dos primeras ediciones de la era “Uleb” ya tuvieron en su día representante londinense: el London Towers.
El equipo de las torres, llamado originalmente Tower Hamlets, se había consolidado a finales de los años 90 como uno de los principales conjuntos de la todavía precaria competición británica logrando su primer título en la temporada 95/96 y todo ello coincidiendo con su primera aparición en competiciones europeas. Dentro de su modestia, el debut de los londinenses en la copa Korac, patrocinado entonces por Haribo, tuvo una entrada positiva y es que comenzaban su singladura por el continente eliminando al ya mencionado Racing de Paris. En el debut europeo los puntos de Tony Windless y la completa aportación de Steve Bucknall certificaban un 68-57 que los 28 puntos de Stephane Risacher en la vuelta no lograban levantar. La segunda ronda sería el techo de un London Towers que se despedía dejando una buena imagen y derrotando en el primer partido a un Tofas Bursa, que en la vuelta a tierras otomanas dictaba sentencia con comodidad. Un año más tarde, los londinenses pasaban a disputar la copa Saporta, para, liderados por un enorme Danny Lewis, superar la fase de grupos antes de caer en el cruce ante el Saratov en una eliminatoria muy reñida, en la que el conjunto ingles caía por cinco puntos como local y arrancaba un insuficiente empate en tierras rusas, ante un equipo en el que destacaban los lituanos Einikis y Lukminas así como los hermanos Pashutin. En la misma copa Saporta, el Towers gozaría de dos experiencias más, la primera en la 97/98 donde lo más significativo era el triunfo sobre el Stefanel de Milan (a la postre finalista) y la 99/00 donde el equipo caía a las primeras de cambio, aunque a modo de satisfacción y de nuevo guiados por Lewis (25 puntos) conseguían de nuevo vencer a los milanistas, esta vez a domicilio (80-82). Así pues con este eximio bagaje, el London Towers arribaba a la primera edición de la nueva euroliga con muchas miradas puestas en su rendimiento pero pocas armas para defenderlo. Encuadrados en un grupo francamente fuerte, los londinenses terminarían como penúltimos superando tan solo al Frankfurt Skyliners en la clasificación y eso que el debut en la máxima competición no podía ser mejor. Con poco más de mil personas en las gradas, el Haribo debutaba aplastando al conjunto alemán por un claro 86-61 en el que destacaba la figura de tres jugadores: Steve Bucknall, gran emblema del basket británico durante casi tres lustros, Kendrick Warren y el que posteriormente llegaría a ser jugador de Gijón, Fuenlabrada o Estudiantes, Tom Wideman. El partido resultaría un espejismo y el equipo no volvería a conocer la victoria en toda la temporada… ni tampoco en la siguiente donde caerían en los 14 partidos disputados. A la falta de éxitos deportivos pronto se le añadiría la carestía de recursos económicos dando al traste con el que, hasta hoy, ha sido el último representante londinense en la máxima competición europea…aunque ni mucho menos había sido el primero.
Buceando en la pequeña gran historia del basket londinenses, nos encontramos que el primer representante en asomarse al continente no fue otro que el Central YMCA quien en la temporada 64/65 llegaba a participar en la copa de Europa, aunque eso si, en una travesía realmente corta y que no iría más allá de la primera eliminatoria. De esta manera el 10 de diciembre de 1964, el central caía en su pista por un digno 66-74 ante un Asvel Villaurbane, que en la primera parte había logrado una increíble ventaja de 44 puntos (22-66). En la vuelta, los galos ya no pecarían de semejante relajación destrozando a los esforzados ingleses por un claro 91-40, iniciando así una trayectoria que les llevaría hasta unos cuartos de final donde el Real Madrid sería su verdugo, mientras que en la competición francesa, el Asvel, no podría revalidar su condición de campeón al ceder por un solo triunfo ante el Denain del gran Jean-Pierre Staelens. Al central YMCA, le tomaría el testigo, tres años más tarde, el Vauxhall Motors, un equipo enclavado en Luton y vinculado a una empresa de automoción y cuyo papel no pasaría de mera comparsa en una eliminatoria ante un Azs-Varsovia que de la mano de la mano de su estrella, Adan Niemiec, endosaba sendas palizas a un club que al igual que su antecesor no volvería a asomarse a las competiciones europeas.
Un poco más duradera, dos años en realidad, sería la experiencia del siguiente representante de un baloncesto que no pasaba de ser un mero entretenimiento asociado bien a centros de trabajo o bien a pequeños reductos norteamericanos presentes en la capital. Así, el Epping Avenue de Leyton, encadenaría dos presencias consecutivas en la Copa de Europa de las temporadas 72/73 y 73/74, aunque si por algo es hoy “recordado” es por haber conseguido la primera victoria de un equipo londinense: y es que a las primeras de cambio, el equipo que dirigía Ken Clarke debutaba en la competición derrotando, de la mano de un Len Hoy que se iba hasta los 23 puntos, al Estella luxemburgués por 81-91 y encarrilando así una eliminatoria en la que la derrota como locales (69-71) no impedía certificar el pase a unos octavos de final donde el Real Madrid cercenaba el sueño con un contundente 229-109 en el global de los dos partidos, gracias a un Norbert Thimm que campaba a sus anchas. Al año siguiente, el Epping ya no podría repetir papel ya que el Solna sueco les derrotaba en los dos encuentros. El testigo de los de Leyton, lo tomaba el Embassy, un club enclavado en el municipio de Bromley, el de mayor superficie del gran Londres y sede de la Downe House darwiniania, y que con el tiempo adoptaría el “apellido” de Milton Keynes. Exentos de la primera ronda, el Embassy debutaba en la Copa de Europa de la temporada 75/76 cayendo como local por un digno 87-90 ante el Transol holandés. El equipo de Rótterdam estaba dirigido en el banquillo por Jan Bruin y en la pista por Jan Dekker, garantía de experiencia y artífices principales del contundente 117-66 con el que se saldaba la vuelta y con ella la única participación del Embassy en la máxima competición continental. Pese a ello, y a diferencia de sus antecesores, los de Bromley aun escribirían varias páginas en su devenir europeo acumulando hasta cuatro participaciones en la Recopa que les reportarían alguna que otra satisfacción, como la clasificación para la segunda ronda en el 75 tras eliminar al Leverkusen, la victoria en la ida del 76 ante el Villaurbane, o el meritorio empate a 88 ante el Barcelona en el 78 con la pareja Allen Bunting-Steve Schmitt volviendo locos a los jugadores de Eduardo Kucharski.
Paralelamente a la irrupción del Embassy, en Sutton comenzaba a formarse la leyenda del Sutton BC, más conocido por el que fuera su nombre a partir de 1973. Así el Sutton & Cristal Palace se convertiría en el primer club del gran Londres en dibujar una continuidad que le llevaría a disputar siete ediciones de la Copa de Europa entre 1975 y 1983 así como a participar en otras ocho a medio camino entre la Recopa y la copa Korac. El debut de los de Sutton, de hecho, llegaba en la Recopa de la temporada 71/72 y lo hacía de la mejor forma, derrotando por partida doble al Gladsaxe danés en un gran partido de Gil Loescher. Ya en la segunda ronda, el Joventut de Badalona aplastaba en la ida a los pupilos de John Collins por un terrible 120-62 que no impedía que en la vuelta el Nacional Sports Centre gozara de una asistencia de casi 4.000 espectadores en una clara prueba de que aquel equipo, en el que por cierto, despuntaba Barry Huxley sobrino nieto del famoso autor de “Un mundo feliz”, sentaba las bases de algo importante. Tras caer en la primera ronda de la Recopa del 73 ante el Benfica y en la primera de la Korac del 74 ante un Brujas al que al menos arrancaban un triunfo, el Cristal Palace debutaba en la Copa de Europa en la 74/75 sufriendo un severo correctivo ante el mismo Transol que un año más tarde apearía al Embassy. La ligera decepción de verse fuera tan pronto y no revalidar el título local, pronto se veía olvidada ya que la 75/76 traía un nuevo paso adelante para el equipo de Sutton capaz esta vez de colarse en la liguilla de cuartos de final de la Recopa tras eliminar al Lier belga y al Galatasaray turco, siendo especial la eliminatoria ante los otomanos. Tras caer por 14 puntos en Istambul, el Cristal Palace conseguía congregar a 5.000 espectadores en su pista, devolviendo al conjunto otomano el infierno de la ida y logrando dar la vuelta a la eliminatoria de la mano de un excepcional Jim Guymon que firmaba 31 puntos. Encuadrados en un terrible grupo de cuartos de final, el Cristal comenzaba cayendo de manera clara en su visita al Estudiantes, pero en la segunda jornada protagonizaba una nueva hazaña venciendo en Milan al Cinzano de Pippo Faina por 82-89 con Martin Hall y Kenny Walton destacando por encima de los Silvester, Brumatti, Robbins y compañía. Tras la hazaña ante los milanistas, el Cristal derrotaba al Hagen como local y empataba en el inicio de la segunda vuelta ante el Estudiantes. Por aquel entonces, la copa Korac seguía un peculiar sistema donde pese al formato liguilla cada doble enfrentamiento particular era tomado como un solo partido y el “ganador” global sumaba un triunfo. Así pues, en la segunda jornada de la segunda fase al equipo de Stewart Marquis una derrota por menos de siete puntos ante el coloso italiano prácticamente les dejaba en semifinales. Con un Brumatti desatado el Olimpia comenzaba el partido con un 2-19 que parecía dejar el partido visto para sentencia, pero una furibunda reacción local dejaba las cosas al descanso mucho más igualadas (39-45). El segundo tiempo, se convertía en un toma y daca donde finalmente los lombardos se llevaban el gato al agua por 73-81 sobreviviendo en un torneo que acabarían por levantar tras imponerse en la final de Turín por 88-83 a un Aspo Tours que en las semifinales había sobrevivido a una de las legendarias remontadas del Estudiantes. Tras la proeza, el Cristal Palace consolidaría su hegemonía local e iniciaría una racha de cinco presencias consecutivas en la Copa de Europa que se abría en la 76/77 con un más que digno segundo puesto en la liguilla inicial gracias a un balance de tres victorias y tres derrotas quedando solo por detrás del Real Madrid. Tom Wisman se había hecho cargo del banquillo y aunque Jim Guymon continuaba siendo el principal estilete ofensivo, el equipo se mostraba mucho más profundo y reforzado en buena parte por el generoso patrocinio de Cinzano, ya que la famosa marca del millón y medio de botellas en “El secreto de santa Vittoria”, había decidido invertir en el club ingles tras su gran papel ante los milanistas el año anterior. Pese al impulso inicial, el Cristal Palace encadena dos temporadas sin conocer el triunfo, hasta que, en la 79/80 finaliza el grupo inicial con 4 triunfos y solo dos derrotas, cayendo tan solo ante un Real Madrid que a la postre se proclamará campeón. Con un juego más vistoso que en años anteriores, los de Sutton respiran al ritmo que marca un jugador que terminaría por convertirse en una auténtica leyenda local: Alton Byrd. Pequeño y eléctrico, Byrd había acumulado records de asistencias y robos en el instituto antes de dar el salto a la universidad de Columbia. Elegido en la décima ronda del draft por los Celtics, su falta de talla le cerraba las puertas del sueño nba abriéndole las de una Inglaterra en la que durante casi tres lustros sentaría magisterio, llegando a nacionalizarse y convertirse en la estrella de la selección, hasta el punto de llegar a protagonizar un articulo de Sports Ilustrated, en el que la prestigiosa publicación jugaba con el nombre de la famosa novela de Mark Twain “Un Yankee en la corte del rey Arturo” (1). Un año más tarde, el Cristal vuelve a caer en la primera ronda no sin antes sumar otro par de muescas victoriosas ante el Aspo Tours y el Panathinaikos, pese a lo cual la temporada se cierra de manera amarga al no conseguir revalidar un título nacional que vuelven a recuperar un año más tarde. Tras el paréntesis en una recopa donde superan dos rondas, la 82/83 supone la última presencia del Palace en la máxima competición continental (posteriormente disputarían las Koracs del 84, 85 y 96), y lo hace con un más que digno papel. De inicio el equipo que ahora dirige Dan palmer, supera la ronda inicial venciendo en los dos encuentros al Saturn Colonia encontrado como rival en la previa de la liguilla al Real Madrid de la dupla Delibasic-Dalipagic. Los blancos acuden a la eliminatoria como claros favoritos, pero aun con el susto en el cuerpo tras la eliminatoria ante el Alvik sueco, quien tras ceder por tan solo seis puntos como local (93-99) se plantaba al descanso de la vuelta en Madrid con una renta de 14 puntos (38-52). Finalmente en el que acabaría por ser uno de los mejores partidos de Dalipagic como jugador blanco, los de Lolo Sainz superaban la eliminatoria al caer por tan solo tres puntos (92-95) no sin antes sufrir todo tipo de pesadillas con la figura de Mike Flynn, un estadounidense nacido en Casablanca, formado en Kentucky, con tres años de experiencia en los Pacers y que cerraría la eliminatoria con 66 puntos anotados. Y sin embargo, pese a las precauciones blancas, el Cristal, liderado por un John Johnson que se va hasta los 32 tantos, logra la hazaña y se impone en el partido de ida por 89-81. Una semana más tarde el club blanco no tiene piedad y resuelve en tan solo veinte minutos una eliminatoria, que no obstante, pasa a ser casi leyenda entre los seguidores londinenses.
Tras la concurrida trayectoria del Cristal Palace, Londres encontraría su siguiente representante en la Copa de Europa apenas tres años después, en la figura de un Kingston BC que cae a las primeras de cambio ante el Maccabi Tel Aviv. Tras dos participaciones en la Recopa, siendo especialmente fructífera la del 88 donde superan dos rondas y logran arañar dos triunfos al IMT vigente campeón copero en Yugoslavia, el Kingston vuelve a la Copa de Europa en la temporada 90/91 y lo hace a lo grande. Basados en un juego de transición y velocidad y caracterizándose como un equipo netamente ofensivo, el Kingston va creciendo de la mano de un Alton Byrd tan capaz de anotar como de surtir a los voraces Alan Cunninghan y Martin Clarck. Tras superar al Den Helder holandés, los pupilos de Kevin Cadle se juegan el pase a la liguilla ante un Cska de Moscú al que, tras una gloriosa segunda mitad, barren por 93-77 cimentando un pase a cuartos de final que en la capital rusa no llega a correr peligro. Ya en la liguilla, el Kingston debuta cayendo en sus cuatro primeros partidos, pero dejando su sello de competitividad como bien puede atestiguar el Pop 84 de Toni Kukoc, doble campeón de Europa y que solo puede vencer por dos puntos (con 28 del propio Kukoc) en el coqueto pabellón londinense…el mismo que ve caer a equipos como el Scavolini, el Aris de Salónica, el Limoges o el Maccabi. Un año después el sueño del Kingston terminaría por difuminarse definitivamente al caer en la primera ronda ante el Maes Pils. La historia europea londinense se cierra, hasta el momento, con otro efímero pasajero: los London Leopards (eliminados en la primera ronda de la Korac del año 2000).