Greenpeace denuncia que con los objetivos de reducción de emisiones presentados se alcanzarán 3ºc
Ayer finalizó el plazo para que los diferentes países firmantes del “Acuerdo” de Copenhague presentaran sus objetivos de reducción de emisiones y, según el análisis realizado por Greenpeace, el contenido actual del acuerdo queda lejos del objetivo que se había marcado: “emprender las acciones para evitar que el calentamiento global supere los 2ºC”, el límite crítico para evitar los peores impactos del cambio climático (1).Greenpeace considera un rotundo fracaso la debilidad de los compromisos de reducción de emisiones presentados. Esta fragilidad confirma que dicho acuerdo no sólo carece del consenso necesario que habría permitido su aprobación en el seno de Naciones Unidas, sino que los países que lo firmaron tampoco se lo toman en serio. Por esta razón han presentado los mismos compromisos de reducción que ya pusieron sobre la mesa en Copenhague, sabiendo que son totalmente insuficientes para frenar el cambio climático.
En este sentido, la organización ecologista alerta de que la suma de los compromisos que integran el “Acuerdo” representa un aumento de la temperatura global de más de 3ºC, en comparación con los niveles preindustriales, que se sitúa lejos de los 2ºC que la ciencia ha establecido como límite infranqueable (2). Greenpeace analiza las repercusiones de los objetivos de reducción de emisiones presentados hasta la fecha en el informe The third degree (3), en el que se pone de manifiesto que sólo con un aumento de 1,5ºC los impactos sociales, ambientales y económicos serían devastadores.
“Este acuerdo se negoció y firmó al margen del procedimiento de Naciones Unidas por lo que muchos países no quisieron ratificarlo en la sesión plenaria final de la cumbre de Copenhague”, ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña de cambio climático y energía de Greenpeace. “Los países que lo firmaron han desaprovechado este mes de enero en el que tenían que aumentar sus compromisos de reducción de emisiones, si querían demostrar al mundo que este acuerdo no es sólo un lavado de cara”.
Greenpeace califica el “Acuerdo” de Copenhague como una débil declaración política y se pregunta si, tras fallar en su primera tarea (aportar compromisos de reducciones ambiciosos), los países firmantes serán capaces de comprometerse a las cifras de apoyo financiero necesarias -tanto a corto como a largo plazo- para afrontar la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo.
En este sentido, Greenpeace recuerda que los países industrializados deberían alcanzar una reducción de emisiones del 40% para 2020 (tomando como referencia los niveles de 1990) para asegurar que el calentamiento global permanece por debajo de los 2ºC y que, además de que los objetivos presentados hasta la fecha oscilan sólo entre el 11% y el 19%, existe un elevado riesgo de que la utilización de créditos obtenidos de la protección de los bosques para compensar emisiones contribuya a debilitar estos objetivos todavía más.
Además de las reducciones de emisiones de los países industrializados, la organización ecologista recuerda la necesidad de que los países en desarrollo desvíen entre un 15% y un 30% su ritmo de crecimiento de emisiones, desafío que sólo podrán afrontar con el apoyo financiero de los países industrializados: 110.000M de euros para proteger los bosques, invertir en energías limpias y adaptarse a los impactos del cambio climático que ya son inevitables.
Paralelamente a la crítica a los países industrializados por su falta de voluntad climática, Greenpeace felicita iniciativas como la de la República de las Islas Marshall, una de las zonas habitadas del planeta más afectadas por el aumento del nivel del mar, que pese a tratarse de un país en desarrollo se ha comprometido a reducir sus emisiones en un 40% para 2020 en un intento de hacer todo lo posible por impedir su desaparición del mapa.
“Hoy se ha dado otro paso en falso en la lucha contra el cambio climático y no podemos perder más tiempo. Hay que empezar a trabajar para alcanzar en México el acuerdo ambicioso, justo y legalmente vinculante que el planeta necesita. Este acuerdo es posible pero si países como Dinamarca siguen rebajando las expectativas tendrán que responder de un eventual fracaso en México ante los millones de víctimas que el cambio climático va a provocar en todo el mundo” ha concluido Vila.
En este sentido, Greenpeace ha hecho un llamamiento al Gobierno de México para que continúe jugando un papel importante en las negociaciones y refuerce su liderazgo en positivo de cara a la cumbre para asegurar que el resultado de la COP16 no se queda por debajo de sus posibilidades reales, como sucedió en Copenhague.
Notas:
(1) Acuerdo de Copenhague, FCCC/CP/2009/L.7, 18/12/2009.
http://unfccc.int/resource/docs/2009/cop15/eng/l07.pdf
(2) Estudio preliminar sobre los compromisos de reducción de emisiones presentados por los países del Anexo I del Protocolo de Kioto y las acciones voluntarias y objetivos políticos anunciados por algunos países que no forman parte de dicho Anexo I. 15/12/2009 (Nota: las dos páginas finales de este documento corresponden a los objetivos de reducción de emisiones de los diferentes gobiernos anteriores a Copenhague).http://www.greenpeace.org/international/press/reports/unfccc-secretariat-pledges-ass
(3) El Tercer Grado. Documento resumen. Greenpeace Internacional. 1/02/2010. http://www.greenpeace.org/international/press/reports/the-third-degree— Greenpeace