Bodega: Vinos Sanz. DO Rueda
Crianza: Crianza sobre lías.
Precio: 10,50 €
ELECCIÓN DE: Orlando Lumbreras, Comunicador y Sumiller, Responsable de 3 Copas 1 Vino
Quería traer, desde hace tiempo, un vino de la aromática sauvingon blanc a 3 Copas . Pero reconozco que no es fácil encontrar un vino realmetne emocionante de esta variedad, en nuestra península. Esta variedad, procedente del valle del Loira, en Francia, se aclimató muy bien a los distintos climas de nuestro país, sobre todo en la comarca de Rueda; y pese a que encontramos muchos vinos monovarietales más que aceptables, realmente emotivos, seductores son pocos los que he disfrutado. Uno de ellos es este Finca la Colina 2010 que elabora Vinos Sanz y que hoy traigo hasta las páginas (virtuales, internautas) de 3 Copas 1 Vino, dentro de la web www.viajerosdelvino.com
Vinos Sanz es una de las bodegas históricas de la Denominación de Origen Rueda; seguramente la más antigua de la región. Desde 1870, generación tras generación han mimado un viñedo que siempre han trabajado a mano. La historia habla de una familia de La Seca (Valladolid), los Donatos, como fundadores de la bodega y máximos convencidos del potencial de aquella uva blanca que tenían en sus tierras, la verdejo, que comercializaban por arrobas al precio de 12-13 reales.
Si Vinos Sanz fueron precursores en la denominación, también fueron unos adelantados a su época a la hora de plantar la variedad Sauvigon Blanc. Sin duda alguna, las viñas que tienen plantadas en la Finca La Colina son las más viejas de las sauvignon que se pueden encontrar en la comarca de La Seca; fechadas en 1980, se plantaron coincidiendo con la creación de la denominación de origen.
Hoy en día la selección para este vino franco y lleno de carácter es muy exhaustiva y el resultado, un vino placentero, enérgico y seductor, que sin duda alguna irá mejorando con el trascurso de los meses. Si ahora resulta emocionante, dentro de unos meses, puede ser glorioso.
La variedad Sauvignon Blan, es originaria de Francia, de la región del Alto Valle del Loire, pero desde hace tiempo viene vinificándose en España con estupendos resultados. Como ejemplo os contaré que en la última edición del Concurso Internacional de Sauvignon Blanc, celebrado en Francia, tres vinos españoles se alzaron con una Medalla de Oro; dos eran del Penedés y el tercero de Castilla León.
Sauvignon es una palabra francesa que significa “viña salvaje” y este término, tan impactante, le viene como anillo al dedo al vino que hoy nos llega a la mesa de cata de mano de nuestro amigo Orlando Lumbreras. Y no es porque precisamente sea un vino agresivo, sino porque lo que sí es, es un vino muy llamativo, y sobre todo en su fase aromática.
La bodega Vinos Sanz, en la D.O. Rueda, ha hecho un excelente trabajo con las uvas de Sauvignon Blanc procedentes de su viña de Finca la Colina, ubicada en una de las parcelas más altas y fría del municipio de La Seca, en Valladolid y que fue plantada en 1980, justo el año en que la D.O. Rueda inició su andadura oficial. Esta denominación se ha hecho famosa por elaborar magistralmente dos variedades de uvas blancas, la Verdejo y la Sauvignon Blanc, y sus vinos, tanto monovarietales como en combinación de ambas uvas, son hoy por hoy, unos de los más consumidos en nuestro país.
Pero es que méritos para ello les sobran, y este es el caso de nuestro Finca La Colina Sauvignon Blanc 2010.
De su cata, a 7º de temperatura, hemos de destacar lo siguiente:
Fase visual: Tiene un color amarillo verdoso con reflejos dorados, limpio y brillante, con densa lágrima.
Fase olfativa: Su aroma es realmente intenso, muy característico, limpio, predominando las sensaciones frutales (frutas tropicales y ciruelas maduras) acompañadas de notas de hinojo, pámpano, laurel y toques vegetales; todo ello en un conjunto muy llamativo.
Fase gustativa: Es un vino de buena densidad, intenso, con cierta dulzura en el paso de boca, pero matizada por un toque amargoso que le da prestancia. Muy frutal, nos llegan aromas a ciruelas, albaricoque y banana, ligeramente salino y con una buena acidez que da brío al conjunto y que se hace también presente en el final del trago, dejándonos un recuerdo bastante persistente.
En resumen, nos encontramos ante un vino blanco muy llamativo en nariz, expresivo y casi exuberante, algo a tener en consideración a la hora de buscar su combinación con la gastronomía, y que en boca tiene carácter, con buena untuosidad, equilibrado y fresco. Un vino que a mí me apetecería especialmente para acompañar el aperitivo previo a una comida de cierta importancia y que, una vez puestos, puede perfectamente acompañar cualquier comida de las habituales del verano.
Mi puntuación: 8,2 puntos
Mi buen amigo Orlando, me ha propuesto catar Finca la Colina Sauvignon. Él, que conoce perfectamente mis debilidades, ha escogido un vino elaborado a partir de mi uva blanca favorita. Una uva con personalidad propia, que se muestra con matices muy diferenciados en función del viñedo, edad y sobre todo, por su momento de vendimia. Es una de las uvas más divertidas por sus posibilidades, que te permite obtener vinos herbáceos, con fuertes toques de pepino y pimiento hasta vinos sobremadurados con excesos de recuerdos de animal (algunos definimos estos aromas sobremadurados como pipí de gato). Sin embargo, el momento cumbre de vendimia para mí es un término medio, donde los matices aromáticos dominantes reflejan fruta tropical con notas cítricas.
El problema es que estamos en un país cálido, donde la maduración de esta uva se realiza a velocidad vertiginosa obligando a vendimiarla antes de tiempo sino quieres los perfumes de sobremaduración. Por ello es la uva mejor asentada en el Valle del Loira (Francia), donde por la composición del terreno y su clima templado en época de maduración, se obtienen vinos sin color con matices muy calizos, marcados, que envuelven a las notas cítricas tropicales que allí esta uva nos muestra. ¿Que por qué comento todo esto? Muy sencillo, quizás este vino patrio que hoy nos trae Orlando sea el que más me recuerda a los vinos del Loira, salvando las distancias lógicas e insalvables del terroir.
Elaborado a partir de las cepas de Sauvignon Blanc más viejas de la D.O. Rueda, este vino del que solamente se elaboran unas 30.000 botellas destaca por unos colores pálidos con reflejos levemente dorados. En nariz es muy aromático, invadiendo la habitación donde se haya abierto la botella de aromas de frutos tropicales como el mango y el maracuyá, redondeados con aromas cítricos tropicales como la piña. En boca es goloso en el ataque, con una fina acidez que aligera el paso untuoso propio de una crianza sobre lías. El final es muy largo y placentero, volviendo a la retronasal los aromas de frutos tropicales antes descritos.
92 puntos.
La clave para evitar las sensaciones de sobremaduración es la orientación del viñedo, la pendiente de la finca y sobre todo, la edad avanzada de las cepas. Posiblemente el mejor sauvignon blanc joven español que yo he probado. Ideal para combinar con arroces y verduras.
OPINIÓN Y CATA DE: Luz Divina Merchán, Enóloga y Sumiller, Responsable de QueLujo Gastronomía y Vinos.
De esta última está elaborado el vino del que hoy hablamos un vino blanco joven, monovarietal, de la selección de viñas de Sauvignon blanc de la Finca La Colina.
Botella del tipo borgoña, con etiqueta clásica. Creo que no beneficia a la hora de que el consumidor se interese por el vino. Aún así, lo que sí es cierto, es que en el etiquetado viene la información detallada del vino (variedad, añada, DO, elaboración, cata y armonía).
Al abrirlo presenta un tapón de corcho natural limpio, donde salen ya los aromas varietales.
Visualmente es amarillo limón claro, muy brillante y limpio.
En nariz, a copa parada aromas limpios de intensidad aromática elevada, notas 100% varietales a sudor, olor intenso que recuerda a componente amoniacal (es por ello que la llaman pis de gato. Está tan extendida esta característica aromática que Coopers Creek, bodega en la zona vinícola de Huapai y Kumeu en Nueva Zelanda, tiene un vino Sauvignon Blanc 2007 en donde en su etiqueta verde está representada la figura de un gato) y notas herbáceas.
Al mover, la intensidad aromática se incrementa, los aromas son los mismos encontrados a copa parada, aunque ese olor recordando a sudor va desapareciendo dejando bien presente las notas herbáceas, cuando sales al campo recién llovido…
En boca, entrada dulce, glicérico, untuoso, con buena acidez, paso en boca largo, un final un poco amargo, persistente, con recuerdos a la lo que he olido, salinos, ardiente.
A los 20′ de en copa:
A copa parada continúan aromas varietales y aromas que me hacen trasladarme a un jardín de plantas verdes.
Al mover, ese jardín se hace más presente. La intensidad aromática sigue siendo elevada.
En boca igual, sensación muy agradable al paladar. Evidentemente la temperatura ha subido y el alcohol se hace presente en mayor medida
Un vino que lo tomaría con carnes blancas, pescados grasos. Yo lo he probado con una empanada de vieiras y estaba fabuloso.
Es un vino que tiene un perfil que gusta a la mayoría, es fácil de beber, muy aromático, agradable en el paladar y con un precio muy bueno.
A esto hay que añadirle el éxito que ha tenido esta añada en varios concursos donde se presentó, medalla de plata Concurso Mundial de Bruselas y doble Oro en los Vinos favoritos de la Mujer 2011 (oro para el jurado profesional y oro para el jurado amateur).
Si sois amantes de los vinos de Rueda, sin duda, Finca La Colina es uno de los que tenéis que tener en cuenta. Vinos Sanz son propietarios de esta parcela perteneciente a la localidad de La Seca en Valladolid, la que muchos consideran la Meca de este tipo de vino.
Controversias a parte, el vino de Rueda es el más consumido por nosotros los madrileños, en su mayoría Verdejo, pero hoy toca hablar de la otra variedad culmen de esta D.O. el Sauvignon Blanc, variedad inconfundible que cuenta con fanáticos admiradores y también con grandes detractores.
Finca la Colina Sauvignon Blanc 2010, con su botella de borgoña viene vestida con su clásica etiqueta, se presenta con el nombre de la parcela que a su vez define este vino.
Tapada con un corcho natural de los pocos que quedarán cerrando los vinos de esta denominación de origen, su color es entre verde y amarillo clarito.
Lo más curioso de los vinos de esta variedad viene siempre en su fase olfativa, ya que los adjetivos que se oyen sobre estos aromas son siempre muy variopintos; para mí este vino en concreto es de los Sauvigon Blanc más frescos de este país, y por eso sus aromas principales son verdes, hojas de parra, hierba recién segada, y en segundo plano recuerda a las chucherías de sabor a melón y una marcada mineralidad de grafito, siempre lincado al recuerdo de los lapiceros mordidos en el colegio.
La boca es súper fresca debido a la gran acidez que tiene este vino, donde el recuerdo del verdor esta presente y nos sorprende el toque untuoso y glicerico.
Vinazo para los amantes de esta variedad.
A maridad con Merluza al horno rellena de verdura y gratinado de alioli.
Mi puntuación: 90 puntos