Nuestro paso el día anterior por la laguna glaciar de Jokulsarlon había dejado el listón muy alto en el viaje, así que veríamos como podía seguir sorprendiéndonos Islandia.
15 de Agosto de 2013
Dejábamos Höfn y avanzamos por la Ring Road hasta Djúpivogur, un pequeño pueblo pesquero en la bahía de Berujordur. Se trata del puerto más antiguo de los fiordos del este, y un punto para empezar apreciarlos. Nosotros aprovechamos para hacer una breve parada, estirar las piernas y dar una vuelta por el pueblo, aunque sinceramente no nos llamó mucho la atención.
Las distancias no son muy grandes pero el hecho de ser carreteras, a veces con tramos no muy buenos, y los límites tan bajos de velocidad hace que los kilómetros se hagan un poco eternos, y más si uno se plantea hacerlo por la serpenteante costa. La idea que llevábamos para ese día era llegar hasta Egilsstaldir, hacer alguna excursión por esa zona y dormir allí, así al día siguiente estaríamos más cerca de Detifoss y Myvatn, dos puntos fuertes también de este viaje a Islandia, que vimos demasiado lejos para hacer en el mismo día.
Después de acomodarnos y hacernos algo de comer, aprovechamos que había parado de llover para acercarnos a las cascadas de Hengifoss y Litlanesfoss situadas al sur de Egilsstadir, a unos 35kms.
Hengifoss
Unas cascadas bonitas que no llamaron excesivamente nuestra atención después de haber visto Gulfoss, Skogarfoss o Svartifoss. De todas formas es una buena excursión para hacer si se para en el camino por esta zona, y nos valió para seguir manteniendo el ritmo diario de trekkings jejeje
Podíamos dar el día por finalizado, así que volvíamos a nuestro hogar, dulce hogar... y a disfrutar de nuestra maravillosa cabaña a los pies del lago Lagarfljot, que como todos los rincones de esta enigmática tierra esconde una leyenda, y es que en las oscuras aguas vive un terrible monstruo que se ha dejado ver en varias ocasiones y dicen que la última fue en 1987...
16 de Agosto de 2013
Salimos desde Egisstaldir dirección Myvatn por la nº1 y el terreno se empezó a volver más árido y desértico. Nuestro objetivo del día, Jokulsarglúfur, que forma parte del inmenso Parque Nacional de Vanatjokull, y que se encontraba a dos horas de camino. Antes de llegar a Myvatn hay que coger un desvío, bien la 862 o la 864, para disfrutar de Jokuldalur. Aquí se pueden ver un montón de cosas, desde la impresionante y famosa cascada Detifoss (imprescindeible verla) y Selfoss, hasta el parque de Ásbyrgi y la zona de Vesturdalur. Todo esto se puede ver si se hace una especie de circuito circular, sino hay que escoger que ver. No son muchos kilómetros pero lleva tiempo porque la carretera no está en muy buen estado.
Aquí empezó el dilema de qué hacer, qué ver y qué carretera coger. Según habíamos leído la carretera estaba mejor por la 862, situada al oeste de la cascada Detifoss, y la otra, al este, no era muy recomendable sino se iba en 4x4, pero la duda estaba en cual tenía mejores vistas de la cascada... En la primera se veía de frente y la otra justo te situabas en el lateral donde la ves caer.
¿Cuál es mejor? Pues os diré que a nosotros se nos antojo hacer la ruta circular así que pudimos ver la cascada desde ambos sitios y no sabría decir cuál es mejor, porque las dos son increíbles. Si tenéis que escoger, ambas os encantaran, así que será más por lo que queráis ver después. En cuanto a las carreteras, debieron arreglar algo más la 864, de lo que habíamos leído, pero ninguna de las dos están para tirar cohetes así que lo único, precaución e ir lentos, para evitar ningún problema, y desde luego si podéis disfrutar las vistas desde ambos lados no lo dudéis. Aquí veréis que vimos a cada lado, y juzgaréis por vosotros mismo cual es mejor o por cual os decidiríais vosotros.
Entramos por la parte este, la 864 y desde el parking en seguida se llega caminando hasta la cascada, aún no la veíamos pero el estruendo del agua al caer y la bruma que se formaba al romper nos advertía de que estábamos muy cerca.
Creo, que ya podría decir que esta fue una de las cascadas que más me impresionó de todo el viaje. Su espectacularidad se debe a la cantidad de agua que lleva, de hecho está considerada como la más caudalosa de toda Europa.
A este lado apenas había gente, y es increíble cuánto puedes llegar acercarte, tanto que puede llegar a no ser apta para los demasiado osados...Da la impresión que si viene de repente una tromba de agua más fuerte, te puede llevar abajo.
Desde allí, y siguiendo las balizas a poco más de 1km. se encontraba otra cascada Selfoss, esta sin duda es mejor verla desde este lado.
Otra caprichosa cascada islandesa, aunque Detifoss nos había dejado con la boca abierta.
Volvimos al parking a por el coche y a 2kms al norte una cascada más, la de Hafragilfoss, desde la que se obtiene una buena vista de la garganta por la discurren estas cataratas.
Desde el punto de información parte la excursión más famosa de esta zona. Se trata de una ruta de 34 kms. que va desde Asbyrgi hasta Detifoss, y mientras comíamos para recargar fuerzas vimos algún que otro atrevido partir.
A un par de kilómetros de allí hay otro parking desde el que parten varios senderos cortos que atraviesan el bosque hasta distintos miradores.
Ya era medio día y tocaba el regreso por la 862. Uno de los sitios más visitados de los que escogen el lado oeste, es Vesturdalur, para el que hay que coger un pequeño desvío a medio camino y la carretera es bastante mala, sin asfaltar y llena de baches. El parque tiene varios circuitos y está lleno de curiosas y extrañas formas basálticas. Escogimos un sendero circular (2,4km) que no llegamos acabar porque el tiempo empezó a empeorar y de nuevo la molesta lluvia nos impedía continuar.
Un breve recorrido en que al menos pudimos ver algo de la zona de Hljodaklettar o rocas del eco, retorcidas formas rocosas que se encuentran junto al río y que producen un efecto acústico del agua. El tiempo no permitía más. Estas son algunas fotos del lugar.
De nuevo volvíamos a estar a la altura de Detifoss, y aunque ya la habíamos visto, no podíamos resistir la tentación de verla también desde este lado. Y esto fue lo que nos encontramos...
Sin duda, espectacular... Era tal la cantidad de agua y el estruendo que si fijabas la vista llegaba a marear, pareciendo que te absorbiera.
Ahora ya nos quedaba muy poco para llegar a Myvatn, donde haríamos noche. Esta es una de las zonas del norte de Islandia más turísticas. Hay un montón de zonas para ver, así que como ese mismo día no llegaríamos tarde intentaríamos ver algo. Visitar esta zona tranquilamente puede llevar dos días, pero en esta última etapa del viaje, los días iban a empezar a ser a contra-reloj y un poco a expensas de si podríamos hacer al día siguiente la excursión más arriesgada de todo el viaje Askja! , la cual aún estábamos por decidir, dependiendo sobretodo del tiempo. Si la excursión no salía tendríamos tiempo de sobra en Myvatn, pero de hacerla solo pasaríamos dos noches allí con lo que se visitaría lo que se pudiera.
Llegando ya a Myvatn, la primera zona para explorar es la zona geotermal de Krafla, para la que hay que coger un desvio al norte por la 863, pero aquí vino la emoción del día... ni Krafla ni na de na...una luz roja del aceite se encendía en el cuadro del coche!!! Y ahora qué? Eran casi las 6.30 de la tarde en un minúsculo pueblo y de no encontrar una solución ya, no podríamos plantearnos ni Askja ni tampoco continuar el viaje de vuelta hasta Reykjavik sin saber que todo estuviera bien... Ya imaginábamos la tarde de hoy y día de mañana perdida, pero entonces como siempre la Lonely Planet hizo su labor. Efectívamante en Myvatn había un pequeño taller con mucho coche que arreglar, sobre todo alguno que otro que venía de Askja. Sin duda, un lugar muy estratégico para colocar un taller... Por suerte aún estaba abierto y el hombre se encontraba allí con unos chicos que tenían pinta de que el viaje a Islandia no acababa muy bien para ellos...Mientras explicábamos el problema al hombre, este nos miraba de manera fría y excéptica, vamos que pasaba de nosotros o estaba pensando otros pringaos...
Con el coche "aparentemente" arreglado nos fuimos a buscar el lugar donde haríamos noche, pero Myvatn aún nos tenía otra sorpresa de bienvenida, y es que al llegar donde teníamos la reserva, resultó que nuestros amigos habían sido recolocados en otro lugar porque había habido un problema, aunque nunca supimos cuál fue. Menos mal que en Myvatn todo está relativamente cerca!
Como digo todo está cerca, y a menos de 5 min. , casi en la misma carretera, estaba Hverir y la cresta anaranjada de Námafjall llena de respiraderos humeantes, así que no pude resistir acercarme.
Eran pasadas las 8p.m, quizás hora de dar por finalizadas las excursiones, pero que pasa si aún quedan fuerzas, pues que quizás sea un momento mágico fuera del mogollón de gente. Aquella tierra debajo de nuestros pies parecía que iba a reventar por cualquier sitio...bueno quizás podría ser si uno pisa donde no debe, y el olor a huevo podrido era insoportable en algunos lugares.
Nos dispusimos a subir la cima, por un camino marcado y muy estrecho.
Desde arriba pudimos divisar por un lado la zona de fumarolas y por el otro lado un paisaje casi lunar lleno de calderas.
La subida costó porque el terreno estaba resbaladizo por la lluvia del día, pero peor fue la bajada, quizás los carteles que lo advertían debían ser leídos con más atención! La verdad que daba un poco de yuyu porque estábamos solos en caso de cagarla, así que bajamos despacio e intentando evitar la tierra de color más clara, que parece ser la más frágil...
Y así finalizábamos un día muy largo...y a la espera de ver que haríamos con la excursión de Askja al día siguiente. Mañana sería un día importante...
TO BE CONTINUED...