Mozilla contribuyó al florecimiento de una web abierta en los años 2000, ahora quiere un papel relevante en los dispositivos móviles
En Silicon Valley (EEUU), la mayoría de los pioneros persiguen grandes ideas y mayores fortunas con el mismo empeño. Y después está Mozilla, una dinamo de innovación que se niega a enriquecerse.
Más de 500 millones de personas en todo el mundo usan productos de Mozilla. El navegador de internet de la empresa, Firefox, es el primero en muchos países, desde Alemania hasta Indonesia. Pero esta empresa no cuenta con el respaldo del capital riesgo, no ofrece acciones y no cotiza en bolsa. Y casi nunca patenta sus descubrimientos. El modelo de negocio de Mozilla tiene es tan abierto y extendido como la propia web, donde todo es gratis y del dominio público.
Durante mucho tiempo parecía que los idealistas ingenieros de Mozilla entendían el futuro mejor que nadie. Al construir el navegador Firefox con software de código abierto, Mozilla facilitó que todo tipo de gente cocinara mejoras para que las usase todo el mundo. Desarrolladores independientes en decenas de países aportaron cosas, creando add-ons que acelerasen las descargas, bloqueasen la publicidad no deseada y lograsen otro tipo de servicios útiles. Firefox se convirtió rápidamente en el navegador en el que el desarrollo de vanguardia se hacía con un presupuesto mínimo.
Pero de repente internet es una pesadilla para Mozilla. La mayoría del planeta se conecta ahora a través de dispositivos móviles y un 96% de los smartphones funcionan bien con el sistema operativo Apple iOS, bien con Google Android. Y ambos son mundos muy controlados.
Está prácticamente asegurado que si compras un iPhone acabarás usando el navegador, los mapas y el software de reconocimiento de voz de Apple. Escogerás tus aplicaciones de una tienda de aplicaciones gestionada por Apple. Si compras un teléfono Android, te verás sumergido en un mundo paralelo gestionado por Team Google. El enfoque público y a la medida que definió el éxito de Mozilla durante las guerras de los navegadores ahora se quedado al margen. Los desarrolladores ya no echan las noches trabajando en plataformas de código abierto, sino que se preocupan por los detalles necesarios para hacerse con un hueco en las tiendas digitales de Apple y Google. Los sistemas operativos rivales ofrecidos por Blackberry y Microsoft Windows también han quedado marginados en gran medida.
"Muchos de los principios que asociamos con una web abierta: la descentralización y la posibilidad de que cualquiera publique contenido sin tener que pedir permiso a los demás, corren el riesgo de desaparecer ", declaraba en una larga entrada de blog publicada en noviembre de 2014 el presidente de la Fundación Mozilla, Mitchell Baker. Esta fundación es la organización sin ánimo de lucro propietaria de la empresa.
Da igual que parezca que hay un florecimiento tanto de usuarios como de desarrolladores de software en este nuevo entorno más estructurado en el que se venden casi mil millones de smartphones combinando las cifras de Apple iOS y Google Android. Desde el punto de vista de Baker, "sinceramente, este nuevo rumbo que está tomando internet es un asco".
El antídoto propuesto por Baker: Firefox OS, un sistema operativo completamente distinto para smartphones construido con los mismos principios abiertos y colectivos que han convertido al navegador Firefox en un éxito. Mozilla ha entrado en esta batalla con unos recursos financieros que suponen menos de una centésima parte de los que disponen Apple y Google. Y la organización tampoco anda muy bien de tiempo dado que la competencia lleva disfrutando de una ventaja de salida de casi una década en algunos mercados clave. ¿Es demasiado tarde para un intento radical de acabar con el duopolio móvil?
No existe un santuarioDesde mediados de 2011 Andreas Gal ha sido la cabeza visible de Mozilla al cargo de Firefox OS y ha ido consiguiendo más poder según ha ido creciendo el proyecto. En abril de 2014 el ingeniero de origen húngaro se convirtió en director tecnológico de Mozilla. Si se observa atentamente el recorrido de Firefox OS, se entiende por qué Gal y sus compañeros creen que su misión es clave y por qué será muy difícil lograr el éxito.
Gal, que ahora tiene 39 años, se topó con su especialidad actual por casualidad. Como recuerda en una entrevista, a principios de 2011 él y otro investigador de Mozilla, Chris Jones, estaban charlando en un hotel durante una feria de la industria en Asia. Los dos ingenieros identificaron un puñado de tareas comunes que no se podían hacer fácilmente en la web. El primer punto de su lista, abrir documentos PDF, se rindió a sus habilidades de codificación en apenas unas semanas. Así que Gal probó con algo más difícil.
"Necesitamos una colina que tomar", escribieron Gal, Jones y otros dos compañeros en una garbosa entrada a un grupo de desarrolladores de Mozilla en julio de 2011. Los ingenieros proponían crear un sistema operativo móvil basado en la web que ofreciera una nueva forma de que los desarrolladores llegasen al gran público móvil sin tener que pasar por los embudos creados por Apple y Google. "Este proyecto es un recién nacido", admitían los desarrolladores de Mozilla. Y añadían que si alguien más quería apuntarse, sería bienvenido.
La primera oferta clave de colaboración llegó en apenas 24 horas. A unos ingenieros que trabajaban para Telefónica de España les había gustado la propuesta y ofrecían apoyo técnico y conexiones con sus compañeros de negocio. El objetivo: instalar Firefox OS en la nueva generación de teléfonos para los mercados latinoamericanos de Telefónica.
Gal no tardó demasiado en darse cuenta de lo complicado que podría ser este nuevo proyecto. Crear instrucciones web básicas para que un teléfono pudiese hacer una llamada les llevó meses. Ese problema no quedó resuelto hasta una noche a las 2 de la madrugada en las oficinas de Mozilla en San Francisco (EEUU). (Otros ingenieros que estaban trabajando esa noche allí recuerdan los gritos de alegría cuando sonó la primera llamada). Encajar las peculiaridades de los mercados locales, por ejemplo el deseo de los clientes latinoamericanos de tener una radio FM incorporada en sus smartphones aumentaba aún más la complejidad.
Aún así, la extensa red de contribuidores de Mozilla iba resolviendo problemas tan rápido como surgían. Erik Spiekermann, un conocido diseñador berlinés, creó un tipo de letra distintivo para teléfonos Firefox que transmite un tono amistoso y sencillo incluso a baja resolución. La función de barrido del teclado la creó un ingeniero de origen español residente en Ámsterdam (Holanda). Una diseñadora canadiense de veintitantos años creó más de 600 emoji exclusivamente para Firefox para poder reflejar el estado de ánimo de los ávidos mensajeros.
A mitad del desarrollo, Gal admitió que las pantallas móviles de Firefox no se podían equiparar con el aspecto elegante del iPhone. "Apple se ha pasado años puliendo cada píxel", afirmaría después. Aún así, se sentía confiado en que el sistema operativo Firefox podría cubrir una necesidad global de un smartphone que tuviera un rendimiento comparable a un teléfono Apple o Android pero a un precio mucho menor.
En el verano de 2013 los primeros teléfonos con Firefox OS salieron a la venta en España, Colombia y Venezuela. Muchos de los fabricantes de teléfonos más conocidos, como Samsung de Corea del Sur y HTC de Taiwan ya tenían el compromiso de fabricar teléfonos Android. Pero Gal y la vicepresidenta sénior de Mozilla para Negocios y Asuntos Legales, Denelle Dixon-Thayer, negociaron alianzas con ZTE de China y Alcatel One de Francia. Telefónica aceptó que estos teléfonos funcionasen en sus redes además de ofrecer apoyo para la comercialización.
Decidido a ampliar el atractivo del teléfono Firefox, el equipo de Mozilla logró acuerdos en más de una veintena de países. Nuevos operadores lanzaron el teléfono en India, Sudáfrica, el sudeste asiático y Europa del este. Los principales fabricantes de chips, como Qualcomm, dieron un paso al frente para respaldar el diseño de Firefox OS. Fabricantes de teléfonos como LG de Corea del Sur también se unieron. "Teniendo en cuenta la cantidad de obstáculos que hemos tenido que quitar de en medio, fue un avance bastante espectacular", recuerda Gal.
Lo que pilló a Mozilla por sorpresa fue la llegada de Google al mercado de los smartphones de bajo coste. Originalmente, los estrategas de Mozilla habían supuesto que Android era un sistema operativo demasiado complejo como para poder funcionar en cualquier aparato que se vendiese por menos de unos 120 dólares (aproximadamente 105 euros). Eso habría dejado a Firefox la oportunidad de a traer a clientes con presupuestos limitados mediante teléfonos que costasen menos de 100 dólares (unos 88 euros). Entonces Google modificó Android para que se pudiera adaptar a los espartanos chips de memoria y planes de datos más pequeños de los teléfonos baratos diseñados para los mercados emergentes.
De repente, el bajo coste no era un santuario en exclusiva de Firefox. En Filipinas, donde un smartphone Firefox cuesta unos modestos 1.499 pesos (unos 29 euros), existe ahora una alternativa con Android por 39 euros. Esta brecha de precios es aún menor en Brasil y en la India. Sin una gran ventaja en términos de costes, Firefox y sus operadoras aliadas se han quedado en la incómoda posición de tener que defender un nuevo enfoque desconocido que no puede evitar la competencia.
Mozilla no revela datos sobre ventas, pero los investigadores de mercados móviles calculan que Firefox va camino de conseguir menos de un 1% del mercado global de smartphones este año. El director de Programas Móviles en International Data Corportation, Ryan Reith, afirma que en un viaje reciente a Perú vio teléfonos con Firefox OS colocados "al final del estante en las tiendas, sin ningún apoyo en forma de publicidad".
InacabadoPara los compradores de smartphones, el hardware probablemente sea menos importante que el rendimiento de sus aplicaciones preferidas. Mientras que por ahora Google y Apple han definido la experiencia de usuario, los líderes de Mozilla insisten en que es posible crear algo mejor. Aunque los teléfonos con Firefox OS aún no se venden de forma generalizada en Estados Unidos, a veces se encuentran en eBay. Así que compré un teléfono ZTE Open C (por 119 dólares, unos 104 euros) y probé su sistema operativo Firefox 1.3 durante un contrato de un mes con T-Mobile (por 40 dólares, unos 35 euros).
Me pareció el equivalente digital de una casa casi terminada a la que le falta la escalera. El diseño básico del dispositivo de ZTE funciona bien cuando uno acepta que tiene una pantalla pequeña, una carcasa naranja chillón y una cámara fija, pero no vídeo. La presentación de la página del inicio es limpia y ordenada. Veinte pequeños iconos brillantes introducen servicios básicos como el correo electrónico, Wikipedia y el siempre útil navegador Firefox. ¿Pero dónde están las aplicaciones? El smartphone ofrece su propia tienda en la que todo es gratis. Google y Apple pueden cobrar por las aplicaciones, pero no es así como Mozilla hace las cosas. En consecuencia, el teléfono ZTE ofrece una colección limitada de juegos poco conocidos.
Un nuevo modelo que llegará el año que viene de la mano de Verizon probablemente sea lo que determine si el sistema operativo Firefox puede llegara a competir en los mercados desarrollados.
En el mundo ideal de Mozilla, las empresas crearían sitios móviles basados en la web que funcionan igual de bien en teléfonos Firefox como hacen las aplicaciones para iOS y Android en sus dispositivos respectivos. Por el momento, sin embargo, algunas cosas funcionan y otras no.
Varios proveedores de noticias, entre ellos New York Times, Reddit, el Huffington Post, el Guardian, Fox News y CNN tienen sitios móviles que funcionan sin problemas. Twitter y Facebook también funcionan bien. Pero en el sitio móvil de LinkedIn las páginas tardan en cargarse y no se puede navegar por ellas con fluidez. Hasta la fecha, Mozilla no considera que un mejor apoyo para LinkedIn sea una prioridad, explica el director sénior de mercado móvil de Mozilla, Bill Walker. Y añade: "No es la prioridad número uno en Senegal". Incompatibilidades menores hacen que partes del sitio de BankAmerica aparezcan en el teléfono ZTE como páginas web a tamaño completo con un tipo de letra microscópico. El caso de Yelp es especialmente molesto. Debido a un fallo de formateo, las críticas del sitio se reducen a una fina línea a la izquierda de la página. Las críticas breves ocupan 60 ó 70 líneas, con apenas unas sílabas por línea.
Walker afirma que estos problemas desaparecerán con la versión 2.0 de Firefox OS, que está disponible ya en Japón y pronto llegará a otros mercados. En una demostración hecha con ese software, tanto Yelp como LinkedIn funcionaban mejor.
Sin embargo, para desconsuelo de Mozilla, muchos desarrolladores están demasiado faltos de tiempo para centrarse en algo que no sean las siempre cambiantes exigencias de aparecer bien en Android e iOS. Un ejemplo claro es WhatsApp, el servicio de mensajería de uso generalizado que empezó a funcionar a finales de 2009. Durante los primeros cinco años, WhatsApp se centró exclusivamente en Android e iOS, consiguiendo más de 600 millones de usuarios por esa vía. Sólo en enero de 2015 el debut de una versión web de WhatsApp permitió el inicio de una opción para Firefox.
Al teléfono Firefox también le falta la fusión sin costuras de mapas, direcciones, reconocimiento de voz, listados de hoteles y horarios de autobuses que se puede encontrar en un teléfono Android o iOS. Cada uno de esos servicios existe independientemente en el teléfono Firefox, pero hay que trabajar mucho para que funcionen juntos. Los ingenieros de Mozilla no creen en encerrar a los usuarios en un único sistema patentado. Por admirable que sea ese principio de servicios únicos, dificulta mucho los viajes.
El teléfono ZTE no es ni de lejos la última palabra en las ambiciones de Mozilla para Estados Unidos. Verizon ha acordado lanzar un nuevo modelo de Firefox el año que viene que funcionará en su enorme red inalámbrica. En una muestra de la competitividad de Mozilla, Walker me enseñó un nuevo sistema de mapas desarrollado en asociación con TomTom que proporciona direcciones detalladas en recorridos complicados. Es una mejora inmensa respecto al mustio servicio de mapas de Nokia que ofrece actualmente el teléfono de ZTE. En términos generales, es probable que el éxito o el fracaso del proyecto de Verizon decida si Firefox OS puede competir eficazmente con el duopolio Android/iOS en los mercados desarrollados.
El largo plazoPor el momento las cuentas de Mozilla están saneadas. Aún no se han dado a conocer las cifras para 2014, pero en 2013 la Fundación Mozilla consiguió 314 millones de dólares en ingresos (unos 276 millones de euros). Esos ingresos cubrieron cómodamente unos gastos de 197 millones de dólares para el desarrollo de software (unos 173 millones de euros), así como cantidades menores para marketing, gastos fijos y programas de fundación.
La Fundación Mozilla no declara beneficios. Aún así, sus activos crecieron en 15 millones de dólares (unos 13 millones de euros), o un 6% en 2013. Si la fundación necesita dinero para lograr sus objetivos cívicos y comerciales, cuenta con 255 millones de dólares en efectivo, inversiones y otros activos (unos 225 millones de euros). Aparte de eso, Mozilla se beneficia de su vasta red de contribuidores informales por todo el mundo. Estos aliados aportan, sin cobrar, a varios proyectos porque el trabajo les parece estimulante y está de acuerdo con sus ideales de servicio público.
Si hay menos gente que usa el navegador Firefox, la máquina de producir dinero dejará de girar.
Estos voluntarios han sido un aspecto clave del éxito de Mozilla, desde 1999, cuando la fundación empezó a tomar forma como una spin-out sin ánimo de lucro de Netscape Communications, una empresa de navegadores pionera. Netscape prácticamente desapareció en una serie de ventas de empresas, pero un ejército informal de "mozillanos" se hizo cargo del desarrollo del navegador en 2003. En el exterior de las oficinas de Mozilla en San Francisco, un monolito negro de cinco metros honra a más de 4.000 de esos contribuidores con sus nombres tallados en la piedra.
Sin embargo, a largo plazo los ingresos de Mozilla dependen del uso del navegador web Firefox. Las empresas de motores de búsqueda pagan generosamente el privilegio de ser el motor de búsqueda por defecto del navegador, sabiendo que si pueden conseguir miles de millones de búsquedas de los usuarios de Firefox, esas búsquedas generarán una gran cantidad de ingresos. Tradicionalmente, Google pagaba hasta 300 millones de dólares al año (unos 264 millones de euros) por ser el motor de búsqueda por defecto en Firefox en todo el mundo. Mozilla se pasó a una estrategia más lucrativa y diversificada el año pasado, dividiendo los privilegios por regiones entre Yahoo, Baidu de China y Yandex de Rusia.
Si hay menos gente que usa el navegador Firefox, la máquina de producir dinero dejará de girar. Ese es uno de los motivos por los cuales Mozilla no quiere quedarse quieto en la gigantesca migración hacia los servicios móviles.
Gal de Mozilla defiende que todo sigue adelante por el camino que se pretendía. "Creo que hemos conseguido transformar una empresa de equipos de sobremesa en una empresa móvil con este proyecto", declara. "No creo que viéramos hasta qué punto podía influir Firefox OS en toda la industria móvil"
Pero los datos del mercado cuentan otra historia. La cuota de mercado global del navegador Firefox ha caído al 11,6% últimamente, la mitad de lo que era a principios de 2012. La mayor parte de ese tráfico proviene de ordenadores de sobremesa, donde Firefox sigue disfrutando de una cuota del 17%. Su cuota en el mercado de los navegadores móviles es muy baja, menos del 10%. Una vez que los consumidores se instalan en los amplios brazos de la experiencia móvil iOS o Android, apenas hay oportunidades de que añadan el navegador Firefox voluntariamente en la mezcla. Hacerlo tendría el mismo sentido que llevarse uno sus propios cubiertos a un restaurante.