Desde que en su día leímos El susurro de la caracola, cada nueva novela de Màxim Huerta es esperada por nosotras con muchas ganas y expectación.
Firmamento no iba a ser menos. Además va acompañada por una bonita y sugestiva portada y un título lleno de sonoridad y matices, como los que adquirirá esta palabra cuando nos la vayamos encontrando en la novela.
Mario es un escritor que tiene el encargo de terminar la novela de otro, más bien de reescribirla. Su vida sentimental no pasa por el mejor momento, y ante el bloqueo en el que se encuentra propone a su editorial cambiar de aires y marcharse a un hotel de Formentor a ver si logra acabar la novela.
La vida para Ana tampoco es una maravilla. Las relaciones con su madre no son ideales, y tampoco estaría mal olvidar a "ese" que le ha puesto los cuernos. Ni siquiera instalarse en su móvil aplicaciones para buscar pareja le sirven para más que para dar a muchos "me gusta" y horrorizarse con los mensajes con grandes faltas de ortografía y emoticonos bastante ordinarios, ya que no se cita con nadie. Hasta que un día le llega un mensaje totalmente diferente de alguien que se hace llamar Starman.
Las vidas de Mario y de Ana se cruzarán en un hotel de Formentor, donde el mar y el firmamento serán el escenario perfecto para curar heridas y una historia de amor.
Nada más empezar Màxim Huerta nos va a anunciar quienes van a ser los personajes de la novela Ana Monleón y Mario Bellver, para pasar al Prefacio de la misma en la que el Mario escritor, propone tres inicios de la que se trae entre manos, que acompaña con una nota dirigida a su interlocutora.
Después en la "Primera parte. El mar", que al igual que el vaivén de las olas de ese mar que todo lo cura, que llegan y se retiran, y van variando con la intensidad del oleaje, se irán alternando las narraciones en primera persona de Mario y Ana sobre lo que viven en el hotel de Formentor, para pasar la "Segunda parte. Las cartas" en la que en Màxim dando un cambio total a la narración hasta en el estilo que utiliza, ya que pasa al epistolar, a través de las cartas en primera persona que se cruzan el escritor y su editora, nos cuenta cómo vive y siente de cada protagonista los mismos hechos.
Y como no podía ser de otra forma, llegamos a la "Tercera parte. Los finales" en la que mediante un narrador en tercera persona, el lector será un espectador privilegiado de un sorprendente final.
Firmamento es una novela llena de metaliteratura, con unos personajes muy auténticos, muy de carne y hueso, a través de los cuales nos vamos a encontrar una historial muy real, llena de sentimientos y reflexiones, y con algunos momentos en los que nos asomará una sonrisa a los labios en medio de la melancolía que viven sus protagonistas. Una novela en la que todo guarda equilibrio como ese firmamento al que en tantas ocasiones miran sus protagonistas: las descripciones, los diálogos, los sentimientos, las reflexiones.
En Firmamento, Màxim toca temas que seguro nos darán que pensar como el de la literatura por encargo, los negros literarios, las relaciones familiares, el amor y el desamor, la imagen fingida que se proyecta en muchas ocasiones en las redes sociales, lo que significan para nosotros algunos objetos.
No quiero acabar sin hacer mención a ese hotel de Formentor, en el que seguida reconocí algunas de las fotos que hace un año más o menos colgó el autor, en el que Mario y Ana viven su historia, un lugar en el que me parecía estar con ellos, ver lo que ellos veía, disfrutar de ese mar con ese color tan especial y ese firmamento como sólo se ve en algunos lugares.
Un mar que, aunque soy de interior, yo también echo tantas veces de menos y que necesito, ese mar que sana el cuerpo y el alma, tanto como el sudor y las lágrimas como dice Màxim.
Solo me queda recomendaros Firmamento, disfrutad de su lectura, disfrutad de esa forma tan especial que Màxim Huerta tiene de narrar y que nos hace terminar una novela y retenerla con nosotros, porque sin duda, Firmamento será de las que se quedan.
FICHA DEL LIBRO
PRIMER CAPÍTULO