Pero, ¡ay, amigos!, llegó la pubertad y lo puso todo en su sitio. aquel pajarito desgarbado, granujiento y desproporcionado se convirtió en un ave grácil y llena de elegancia, sobre todo si te van los cuellos largos. De patito feo a cisne sexy.
En un visto y no visto se convirtió en el rey del instituto, ellos y ellas caían a sus pies a docenas. Recuerdo que en el viaje de fin de curso a Londres batió todos los records de folleteo de la historia de las excursiones escolares.
Yo siempre me había llevado bien con él, así que me alegré por su nueva popularidad, porque ahora es guapo a rabiar, pero siempre había sido un tipo ocurrente y divertido.
Después del instituto nos fuimos distanciando, el emigró a tierras mas cálidas y yo, como sabéis me volví aquí al bosque de los cuentos.
Cuando me llamó ayer me sorprendió ver que sigue siendo igual de guapetón, no que haya madurado bien, sino que aparenta 20 años menos.
Quedamos a comer en la ciudad y después de ponernos al día, salió el tema de mi soltería involuntaria y enseguida se propuso remediarlo. Me llevó a una pelu donde le ponen la alfombra según llega, allí me hicieron un corte sensacional que hace que mi pelaje se vea brillante y con textura, o eso me dijeron. Me vi estupendo.
Luego fuimos de compras, no entendí muy bien , al parecer tenía que cambiar mis ropas pasadas de moda por otras absolutamente demodé que ahora llaman vintage.
Pero pese a mi escepticismo empecé a notar cierto interés hacia mí por parte de las féminas con las que nos cruzábamos.
Luego me llevó a un local de moda, donde nos pusieron unas copas sofisticadísimas tan llenas de flores y frutas, que parecian el sombrero de Carmen Miranda. Y empezó el postureo.
Yo me dejé llevar por mi amigo, conversaciones huecas y roneo sin fin. Así hasta que se hizo de día.
Le comenté que estaba agotado y que no se me había dado nada bien. Pero él pareció sorprendido. Había hecho un montón de contactos y además esto era el principio. Mañana me tenía que apuntar al gimnasio después de salir a correr con él y luego a coger cita para los UVA , la depilación láser, y los retoques de botox. En menos de un año me aseguraba ligues a montones...
Llamadme romántico, pero lo he invitado a cenar para declinar su planing, porque a mi las cosas me gustan auténticas, sin trampa ni cartón y lo que quiero es una compañera no un accesorio de lujo. Espero que mi plato le arrancaque la vieja risa al chaval que conocí hace años
Para la salsa lactonesa*
200 gr de aceite de girasol muy fría
100 gr de leche muy fría
1 diente de ajo
Para el pescado
300 gr de filetes de bacalao o abadejo cortados en tiras de unos 3 x 8 cm.
50 gr de escamas de patata (Puré instantáneo)
1 huevo
harina para rebozar
Aceite para freír
Para hacer la lactonesa, o mayonesa sin huevo, ponemos la leche en un recipiente estrecho y metemos la varilla eléctrica en el fondo. Sin subirla y sin dejar de batir vamos añadiendo el aceite en un hilito. Es muy importante que esté todo bien frio o se cortará. Cuando veamos que está con una textura espesa paramos de batir, ajustamos el punto de sal y refrigeramos.
Salamos el pescado y lo rebozamos pasando primero por harina, luego por huevo y por último por las escamas de patata. Freímos en aceite bien caliente hasta que esté dorado por fuera.
Sacamos la lactonesa del frigo y añadimos el ajo triturandolo rápidamente con la batidora.
Servimos por separado.
* La lactonesa es una salsa muy insípida que sirve de soporte a cualquier otro ingrediente: ajo, anchoas, aceitunas, mostaza...
Si se corta al batirla es que te has pasado batiendo y se ha calentado o has superado la cantidad de aceite. Refrigerala unas horas y añadiendo leche poco a poco corregirás el problema