A través del #SellodeCalidad de Madresfera hemos estado probando estos dos juguetes Fisher Price: Rocky Roquero y el Tren de Robi y sus amigos.
Al igual que os comenté cuando probamos el Piano Pataditas y el móvil de cuna de Ositos Voladores, digo hemos porque, aunque están pensados para bebés, los hermanos no han perdido la ocasión para jugar con ellos. Vamos, que están probados y bien probados, por una amplia gama de edades (7 meses, 6 años y 9 años)
Fisher Price es una marca que lleva con nosotros toda la vida de nuestros hijos. Más de 9 años, se dice pronto. Son juguetes pensados para durar, de modo que pueden pasar de hermano a hermano y seguir como nuevos.
Llenos de color, estimulan los sentidos y desarrollo de los bebés.
Algo que me gusta mucho de esta marca es que la música de sus juguetes musicales no resulta martilleante. Son canciones y melodías muy bien elegidas, dulces, pegadizas pero sin cansar, incluso el control de volumen está bien elegido. De hecho, la musiquita del piano Pataditas me parece preciosa, no puedo evitar pensarlo cada vez que lo encendemos. Es que me gusta hasta el tono de voz que tiene la chica que las canta. Os parecerá una tontería pero para mi es algo importante porque en todos estos años de maternidad hemos tenido algunos juguetes que eran un dolor de oídos, tanto por el horror de música que llevaban como por el volumen. No es el caso de los juguetes Fisher Price.
Os cuento nuestra experiencia con estos dos nuevos juguetes:
Rocky Roquero
Lo primero que me saltó a la vista es lo bonito que es. A lo mejor es que me pierde el turquesa, pero me parece precioso. ¿Y el detalle de Chispa? ¿Veis esa amiguita que tiene en la mano? ¡Muero de amor!
El juguete está pensado para usarse desde los 6 meses hasta unos 3 años. Creo que es una de las mejores cosas que tiene los juguetes de Fisher Price, que tienen una vida útil larguísima porque tienen muchas posibilidades.
Mi Niña ahora mismo tiene 7 meses y, para ser sinceros, solamente con lo bonito que es, el poder apretarle los cuernecitos naranjas que tiene, a Chispa, tocar los aritos que tiene en la pierna izquierda y las cositas de la tripa tendría suficiente. ¡No sabéis cómo alucina con sus bailecitos y luces!
Conforme el bebé se va haciendo mayor vamos añadiendo opciones de juego porque Rocky hace de todo. Os cuento:
- Tanto Rocky Roquero como Chispa tienen luces y melodías y se balancean como bailando.
- Es un juguete con una música súper agradable y rítmica, que de verdad invita a moverse.
- Para los más pequeños estimula la motricidad con todo lo que tiene en la tripita: el botón con tecla de letras, la bolita de números, la puerta/pestaña de formas o el sonajero de su pierna.
- Rocky Roquero y Chispa se relacionan entre ellos y con el niño. Me parece una auténtica ternura.
- Una opción que me parece genial es que Rocky puede grabar lo que diga el niño (o los papás o hermanos) y repetirlo con tres voces divertidas.
- Las canciones son pegadizas, nada molestas y además enseñan conceptos básicos como los colores, las formas, los números, las letras, la amistad, los movimientos… Dice la caja que tiene más de 100 canciones, sonidos y frases y me lo creo, me parece difícil poder cansarse de tanta variedad.
- También hablan en inglés
Si os fijáis, en la tripita tiene una palanquita que nos permite seleccionar tres niveles. Esto nos sirve para adaptarnos al momento evolutivo de nuestro bebé:
- El primer nivel está pensado para usarse desde los 6 meses, es el nivel Explora. Aquí es donde podremos escuchar canciones y frases divertidas sobre los números o las letras, cositas básicas.
- El segundo nivel está pensado para bebés desde el año más o menos, es el nivel Interactúa. En este nivel ya podremos escuchar palabras en inglés y responder a algunas preguntas que nos hagan sobre lo aprendido.
- El último nivel sería para los más mayorcitos, desde unos 18 meses, y es el nivel Imagina. Es la opción quizá más divertida porque es en la que más bailan, cantan y participan entre ellos y con el bebé.
Tengo que decir que a mi Rocky Roquero me ha fascinado. Como decía al principio, estéticamente me parece precioso y me encanta Chispa, es una ternura.
A sus 7 meses y medio, la niña se queda con la boca abierta con este juguete. Me encanta ver la cara que pone alucinando al ver que los dos muñequitos hablan y cantan. Cuando bailan suavemente se queda anonadada. Obviamente ella es muy pequeña y su interacción ahora mismo se reduce a toquetearlo todo, presionar a Chispa y los pistones naranjas de la cabeza de Rocky. Y escuchar, por supuesto, porque es un juguete que no resulta cansino ni machacón, es un gran entretenimiento.
Ya llegará el momento de sacarle más partido porque, como hemos podido comprobar a través de sus hermanos, Rocky y Chispa molan un montón. De hecho, creo que lo que más me gusta de este juguete es la interacción que tiene como el niño y cómo estimula a los bebés a que lo imiten y participen activamente en su juego.
Rocky Roquero ha sido premiado como Mejor Juguete de 2018 por la Asociación de Fabricantes de Juguetes. No me extraña, la verdad. Es genial.
El Tren de Robi y sus amigos
Me hace ilusión que la Niña tenga un trenecito porque sus hermanos tuvieron uno (modelo de hace ya ¡casi nueve años!) y es un juguete al que sacaron mucho partido.
Como veis en la foto, la presentación del juguete es de 10. Fisher Price sabe cómo hacer juguetes que entren por los ojos.
El Tren de Robi y sus amigos está pensado, igual que el anterior juguete, para un amplio rango de edades, desde los 6 meses hasta los 3 años.
El detalle de los personajes que se incluyen con el tren me encanta. Son Robi, Robita y Guau Guau Perrita. Más monos no pueden ser y tienen un tamaño muy manejable incluso por bebés pequeños. En esta foto se puede ver a mi pequeña que se lanzó directa a por Robita nada más verla en la cola del tren.
Son ligeros y muy coloridos y los podemos usar para ponerlos de pasajeros del tren. Cuando colocamos un muñequito en el asiento del maquinista, hablan y hacen sonidos.
La locomotora puede separarse del conjunto de los otros dos vagones, de modo que podemos jugar por separado.
Ni qué decir tiene que el tren se pone en marcha y circula cantando canciones. Creo que va a ser un estímulo genial para más adelante gatear detrás del tren.
Si os dais cuenta en la imagen superior, se aprecia que la locomotora tiene una palanquita que permite seleccionar el modo de juego. Al igual que Rocky, tiene tres niveles adaptados al desarrollo del bebé, organizados de la misma forma:
- El primer nivel está pensado para usarse desde los 6 meses, es el nivel Explora. Aquí es donde podremos aprender conceptos básicos como las letras, las formas o los colores, a través de la manipulación de todos sus mecanismos.
- El segundo nivel está pensado para bebés desde el año más o menos, es el nivel Interactúa. En este nivel el bebé va a tener la opción de contestar lo que le pregunta el tren, por ejemplo encontrando formas o números. Aquí tendremos también cositas en inglés.
- El último nivel sería para los más mayorcitos, desde unos 18 meses, y es el nivel Imagina, que permite una interacción total del niño con el juguete.
Aunque Rocky me encanta, creo que para la edad de la niña (7 meses) se ajusta más este tren de Robi y sus amigos porque al ser piezas más pequeñas es más fácil de manipular, que es lo que ella quiere ahora mismo: cogerlo, chuparlo, tirarlo, metérselo en la boca, ponerlo boca abajo, etc.
Me parece muy útil para que vaya descubriendo la relación causa-efecto, como ocurría con el piano Pataditas, ya que pronto se dará cuenta de cómo puede activar los sonidos o las luces o por ejemplo activar el movimiento presionando la chimenea.
Como todos los juguetes de Fisher Price, le veo muchas posibilidades de juego a largo plazo. Incluso apagado por completo, haciendo juego simbólico. Moviéndolo sin necesidad de tenerlo conectado, usando otros personajes para llevarlos en el tren, utilizando a Robi, Robita y Guau Guau perrita para otros juegos, etc. Como comentaba, los hermanos mayores tuvieron un modelo de su época y es un juguete que usaron mucho y durante mucho tiempo.
Nuestro sello de calidad
Es la segunda vez que participamos en una de estas iniciativas de Madresfera, repitiendo con Fisher Price.
Ha sido una estupenda experiencia porque Fisher Price es una marca que nos encanta y tanto Rocky Roquero como el Tren de Robi y sus amigos nos han entusiasmado. Sin duda son juguetes que reúnen los valores de la marca: muy bien diseñados, coloridos, resistentes, fáciles de limpiar y que estimulan al bebé sin sobre excitarlo, permitiendo varios modos de uso y juego.
Con sinceridad, tenía echado el ojo a ambos juguetes desde hacía meses pensando en Navidad, así que ha sido una gran alegría poder participar en este sello de calidad. Me alegra haber comprobado que son una buena elección, juguetes con los que mi Niña va a poder jugar muchas horas durante varios años.
Ahora que vienen los regalos de Papá Noel y Reyes Magos, me parecen dos excelentes opciones para regalar a un bebé.
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