¿POR QUÉ HACEN FALTA APARATOS PARA QUE LA CONCIENCIA COLAPSE LA FUNCIÓN DE ONDA?.Bueno, creo que la pregunta es bastante clara. En el experimento de la doble rendija, poner un detector a continuación de cada rendija hace colapsar la función de onda de la partícula emitida, y según la intrepretación idealista, ese colapso no ocurre cuando la función de onda interactúa con el detector, sino cuando NOSOTROS miramos el resultado del experimento (o, al menos, cuando miramos lo que indica el detector). Pero esta interpretación no deja claro por qué tiene que haber un detector, un aparato físico, PARA ESO..Si los experimentos muestran que ciertos dispositivos físicos son necesarios para que la función de onda colapse (o se haga picuda), la economía intelectual parece llevarnos a la conclusión de que tal vez esos dispositivos físicos son también suficientes (es decir, no se ve qué es lo que la conciencia añade a eso que puedan hacer los aparatos)..Enrólate en el Otto Neurath
Física cuántica y conciencia: desmintiendo el romance (4)
Publicado el 01 septiembre 2010 por Jesuszamorabonilla¿POR QUÉ HACEN FALTA APARATOS PARA QUE LA CONCIENCIA COLAPSE LA FUNCIÓN DE ONDA?.Bueno, creo que la pregunta es bastante clara. En el experimento de la doble rendija, poner un detector a continuación de cada rendija hace colapsar la función de onda de la partícula emitida, y según la intrepretación idealista, ese colapso no ocurre cuando la función de onda interactúa con el detector, sino cuando NOSOTROS miramos el resultado del experimento (o, al menos, cuando miramos lo que indica el detector). Pero esta interpretación no deja claro por qué tiene que haber un detector, un aparato físico, PARA ESO..Si los experimentos muestran que ciertos dispositivos físicos son necesarios para que la función de onda colapse (o se haga picuda), la economía intelectual parece llevarnos a la conclusión de que tal vez esos dispositivos físicos son también suficientes (es decir, no se ve qué es lo que la conciencia añade a eso que puedan hacer los aparatos)..Enrólate en el Otto Neurath