El Fitbit One, un wearable (o “ponible” según la Fundéu) es una de las ultimas adquisiciones tecnológicas en mi casa.
¿Quieres saber mis impresiones? Vamos a por ellas.
Y adelantándome a la pregunta que me hace mucha gente cuando lo ve por primera vez (¿y eso para que sirve?) voy a intentar describir el Fitbit One: básicamente es un podómetro con esteroides, con forma y tamaño similares a un pendrive, que mide tu actividad física (pasos, la distancia recorrida, las calorías quemadas y los pisos que subimos). Pero ademas de eso, también es capaz de medir la cantidad y calidad del sueño.
El tamaño que tiene, tan pequeño, es a la vez una ventaja y una desventaja. La ventaja es que puedes llevarlo donde quieras: en un bolsillo, en la cadera (con un clip que viene incluido) o si eres mujer incluso en el sujetador. Peeeeero el problema es que al ser tan discreto puedes tener problemas para encontrarlo. Desde navidades, lo hemos “perdido” en un par de ocasiones, y en una de ellas pudimos comprobar que es resistente al agua, ya que al estar con la ropa, pasó por la lavadora.
En cuanto a la actividad, nos la muestra de manera muy clara en su pequeña pantalla, donde podemos ver diferentes métricas como son los pasos que hemos dado, la distancia recorrida y calorías quemadas, pero también incluye una aplicación para PC o smartphone donde ver los datos y comparar tus progresos. Para enviar los datos al smartphone (compatible con Android e iOS) se usa el protocolo Bluetooth 4.0, y si quieres sincronizarlo con Pc o Mac en el paquete viene incluido un pequeño conector USB.
El el modo medidor de sueño, mide los movimientos que hacemos con el brazo (para lo cual incluye una banda para colocar el Fitbit One) y en un gráfico podremos ver las veces que nos hemos despertado. Quizás es un modo de funcionamiento que queda un poco corto. Eso si, se puede programar una alarma por vibración, para que no despiertes a tus compañeros de cama.
¿Para quien está pensado este tipo de aparato? Si eres un deportista “intenso” quizás el Fitbit One no sea tu dispositivo. El perfil de usuario creo que es el de una persona que no hace deporte de manera regular, pero está interesada en mejorar su forma física. Eso si, esa persona debe estar dispuesta a “retarse” a si misma e intentar mejorar los registros del Fitbit One (subiendo por las escaleras en lugar del ascensor, por ejemplo) ya que en caso contrario no tiene sentido. También está el recurso de retar a tus amigos y familiares y compara las estadísticas, que para los que somos un poco competitivos es un método fantástico para obligarnos a hacer algo……
Para terminar, quiero hacer una reflexión acerca de si este tipo de dispositivos tienen futuro, viendo la gran cantidad de “wearables” que se presentaron en el pasado MWC de Barcelona. Mi opinión es que quizás si, pero van a ser productos de nicho….al menos de momento. Por ejemplo, el espectacular Galaxy Gear Fit tiene dos handicaps: no tiene altímetro (por lo que no puedes medir cuantas escaleras subes) y su batería dura mucho menos que la del Fitbit One. Creo que es como compara un ereader como mi Kindle con una tablet como mi iPad: cada uno hace un tipo de función y tienen un tipo de público diferente. Otro punto a tener en cuenta es que el precio del Fitbit One es de 99 euros, aunque lo puedes encontrar en Amazon por algo mas de 90, mientras que el precio del Gear Firt ya veremos en cuanto se queda. Pero claro, también hay que tener en cuenta en esta categoría a los relojes, como el precioso Pebble Steel, así que ¿quien sabe que va a pasar?
Y es que la evolución que nos espera en la categoría de dispositivos “ponibles” (que extraño me suena en castellano) va a ser espectacular
¿tu que opinas?