Debido a la gran complejidad de Flame y a la naturaleza de sus ataques, ningún software de seguridad lo ha detectado durante años. Flame podría estar siendo utilizado estratégicamente contra una serie de países con diversos fines como el espionaje.
Según los expertos de Kaspersky, la complejidad de Flame supera con creces a todas las amenazas cibernéticas detectadas hasta ahora.
Este virus informático llevaría según las primeras investigaciones cinco años activo, en los que habría sido capaz de infectar sistemas provocando la pérdida masiva de datos, el robo de información financiera, cambiando la configuración de equipos de forma remota, tomando capturas de pantalla o activando los micrófonos de equipos para grabar conversaciones entre otras cosas.
De momento se desconoce a ciencia cierta hacia que país está dirigido este virus, pero las primeras investigaciones se iniciaron tras una serie de incidentes que provocaron la pérdida de datos en sistemas de Asia Occidental.
Los países en los que Flame ha infectado más equipos son; Irán, Israel, Sudán, Siria, El Líbano, Arabia Saudí y Egipto.
El informe de Kaspersy y del Laboratorio de Criptografía y Seguridad de Hungría, señala que dada su complejidad podría tratarse de una especie de ciberarma de algún país, aunque de momento no existen pruebas que identifiquen su origen.
Cada vez son más utilizados los virus informáticos como armas o herramientas de espionaje contra otros países. Flame es la tercera ciberarma detectada durante los últimos años después de Stuxnet y Duqu.