Revista Cine

Floating Skyscrapers (Plynace wiezowce), Polonia 2013

Publicado el 04 julio 2014 por Cineinvisible @cineinvisib

Hace un par de años, un joven treintañero, Tomasz Wasilewski, estrenaba una primera película, In the bedroom (W sypialni), que derrochaba cinefilia, entusiasmo e inteligencia en cada uno de sus fotogramas.Floating Skyscrapers[(080637)20-54-07] La historia de una mujer, coleccionistas de historias pasajeras, que intentaba encontrarse a sí misma a través de los hombres que se sucedían en su habitación. Una visión absolutamente femenina del universo, alimentada por una insatisfacción y un malestar existencial, propio de una sociedad, que ha entronizado 140 caracteres como uno de los medios de comunicación más utilizados.FS1Tras ese golpe visual, el joven polaco no se ha hecho esperar. Sólo un año después, en 2013 (actualmente ya está ultimando su tercer largometraje), con unos “rascacielos flotantes”, en los que si bien parece, a primera vista, cambiar de universo (en esta ocasión, el masculino), sigue desarrollando su tema predilecto: cómo afianzar su propia personalidad, establecer una identidad y asumir sus decisiones, en medio de una sociedad que intenta imponer conductas y opciones mayoritarias.FS6Siguiendo el buen consejo de no cambiar un caballo que gana, el cineasta repite con algunos de sus actores, extraordinarios, todo hay que decirlo, Miroslaw Zbrojewicz y Katarzyna Herman, cámara, vestuario y montaje (sutil, ambicioso y dirigido hace la espectacular e impresionante escena final).FS3El protagonista, miembro de un club de natación, perfectamente encarnado por Mateusz Banasiuk, lucha entre el amor hacia su novia y las pulsiones sexuales que siente hacia las personas de su mismo género. Dubitativo ante su orientación sexual, el encuentro con Michal, un joven que ha asumido plenamente su sexualidad, le podría ayudar a decidir pero, evidentemente, nada es tan simple como lo que es evidente.floating-skyscrapers-002Una película que no quiere sentar cátedra, que deja libertad a cada espectador, y que bajo una crónica sentimental, esconde una fotografía al desnudo de una sociedad, en este caso, la polaca, de una radicalidad y violencia, sospechada, pero casi nunca visible. En las proyecciones ante el público, la escena final corta el aliento de la sala.  FS8Un cineasta que ya debía haber encontrado un hueco en nuestras tímidas carteleras, porque se siente que tenemos a Tomasz Wasilewski para un buen rato. Menos mal que frente a nuestros recatados cines podemos disfrutar de unos festivales de excelente nivel, como la actual 19ª edición del arriesgado e imprescindible Fire de Barcelona que, hasta el 13 de julio, programa lo mejor del cine LGBT actual. Buen festival a todos/as.


Volver a la Portada de Logo Paperblog