Dibujo de Cima da Conegliano*. Inspiró a R. M. Rilke para escribir "Sonetos a Orfeo".
Flor de OrfeoMi boca es la forma de tu montaña cuando se queda sola.
Mi luz entra y sale de los muros, sombra que apacigua a los caballos, bisontes y ciervos; como pinturas de nuestros ancestros, que beben de la cueva de tu mente.
Mi voz son alas de gélido viento que zahieren el envés de la piel desnuda de tus hojas. Mi karma son los ojos del mañana. Pero tu sonrisa alimenta las plantas, es el río de agua pura en el que Heráclito se baña.
Por eso amanezco en silencio. Y de la espalda de los no vivos medro como flor de Orfeo, tinta añil de rosa que embriaga, un inodoro perfume de vida.
Yo no bajo a los infiernos para salvar tu alma. El canto es una epifanía de la existencia que brota sola. Y no una mera ilusión que a veces creemos revelada. Como una luna llena reflejo en el agua de la playa, por más que como niño te acerques, no lograrás tocarla.
Sucumbe como adulto por dentro y siéntela en cada átomo del Universo.
Sólo somos seres humanos y el Leteo... sin Caronte nos aguarda.
Chema García
Fuente del dibujo: "Arte e arti: Il dolce potter de le corde" Tesis doctoral: Rilke, los "Sonetos a Orfeo". Análisis y valoración a sus traducciones.