Flores amarillas

Publicado el 12 marzo 2020 por Manuelsegura @manuelsegura

Hacía tiempo que una película no me tocaba tanto la epidermis como ‘Lejos de ella’ (Away from Her), debut detrás de la cámara de la canadiense Sarah Polley, una cinta que el otro día emitió Sundance TV. Estrenada en 2007 y protagonizada por una impresionante Julie Christie, sin duda, en el mejor de los otoños posibles de su vida, y Gordon Pinsent, un actor canadiense curtido en la radio y la televisión que infunde una credibilidad tremenda a su personaje.

Son ambos un matrimonio que, tras varias décadas de convivencia, medio siglo, se topan de frente con el Alzheimer, ese mal endémico de nuestros días que difumina tanto la memoria, el único paraíso del que los seres humanos nunca deberíamos ser expulsados. La enfermedad se apodera de ella, un ser fascinante capaz de sobreponerse a las adversidades y avatares de la convivencia en el pasado con un voraz profesor universitario.

Contemplar la decrepitud del personaje de Fiona, al que da vida Julie Christie, resulta tan fascinante como el hecho de arrancar los pétalos a una flor, una circunstancia que nunca le privará de su auténtica belleza. Por esa interpretación optó desde su nominación a los Oscar de ese año y fue premiada con un Globo de Oro. Tampoco hay que perder de vista la actuación de otra grande de la pantalla: Olympia Dukakis.

Los compases de ‘Harvest Moon’, de Neil Young, son el complemento perfecto para una película donde la adaptación vital, la melancolía y también la poesía se entremezclan, en un drama de nuestro tiempo frente al que ninguno estamos inmunes. En ella todo tiene su simbolismo, desde la escogida música de su banda sonora hasta las flores amarillas que Fiona contempla con embeleso en una de las escenas. Sin duda, llegar a ser es mejor que ser.