Hay moldes con diversas formas, los antiguos son preciosos, pero claro, difícil tenerlos si no los heredas.
En fín, la cosa es que en Galicia estas flores de Entroido son típicas además de las filloas y las orellas y como nos encantan, ahí va nuestra fórmula.
Ingredientes (para 25 ó 30 floretas)
- 5 huevos
- 5 cucharas soperas de harina de fuerza
- 10 cucharadas soperas de leche
- ralladura de 1 limón
- 2 palos de canela
- aceite de oliva suave suficiente para llenar una sartén honda.
- azúcar a discreción
Para que os hagáis una idea sobre las proporciones de los ingredientes, la cosa va así: por cada huevo se pone 1 cucharada sopera de harina sin monte exagerado y 2 cucharadas de leche.
Batís los huevos, procurad que no hagan mucha espuma, pero batirlos bien. Añadís la ralladura de 1 limón.
En un cuenco echáis la harina tamizada, vertéis poco a poco la leche, removiendo con unas varillas para que se vaya haciendo una masa parecida a la de las crêpes, tal vez un poco más líquida.
Ahora, añadís los huevos batidos, también poco a poco y removiendo, que se mezcle todo bien. No han de quedar grumos!
Si por lo que fuera os queda muy líquido, añadís un poco más de harina tamizada. Removéis hasta que quede perfectamente integrada.
En una sartén honda -tened en cuenta que hay que introducir los moldes- calentáis el aceite, con los moldes metidos en él, así se van calentando (ESTO ES MUY IMPORTANTE). Ponéis los palos de canela, ayudarán a que el aceite no se requeme.
Tened preparada una bandeja con papel absorbente para el momento de sacar las floretas. Y organizaros bien para la secuencia de la fritura.
Ahora viene lo divertido.
Sacáis el molde del aceite sacudiéndolo con cuidado, lo introducís en la masa, pero no del todo, solo hasta la mitad del molde. Lo levantáis, lo movéis arriba y abajo suavemente, para que no gotee al ir a la sartén. Lo introducís en el aceite, con un poco de energía lo movéis de arriba a abajo, veréis que la floreta se desprende del molde con suma facilidad. Le dais la vuelta para que se dore por el otro lado y la sacáis.
-Mucha gente dice que las dos o tres primeras salen mal, hasta que le coges el tranquillo, pero no nos pasó ningún incidente al hacerlas por primera vez. El truco es tener el molde metido en el aceite desde el principio y mantenerlo siempre bien caliente-.
Tratad de ir regulando la temperatura del aceite, siempre caliente con fuego medio, así no se os quemarán las floretas, se doran muy rápido.
Las vais poniendo sobre el papel absorbente, que escurran el exceso de aceite, las dejáis enfriar.
Una vez frías, las rebozáis en azúcar.
Recién hechas están deliciosas. Metidas en una caja de lata aguantan unos días.
Parecen difíciles, pero son sencillísimas.
Una última cosa, los moldes hay que limpiarlos sólo con papel, no los paséis por agua y jabón, así cuando volváis a usarlos funcionaran a la perfección.
Venga ánimo, a buscar el molde!