Florianópolis o simplemente “Floripa”, es una isla, capital del estado de Santa Catarina, al sur de Brasil. Tierra de Gustavo “Guga” Kuerten, y del Avaí F.C, equipo que se mantiene en la primera división del competitivo campeonato brasileño. Floripa cuenta con muchas playas, muy diversas entre sí. Es difícil ir a todas en un fin de semana largo, nosotros estuvimos en tres:
Canasvieiras, en el litoral norte de la isla, donde el mar parece una piscina, óptimo si estás con niños. Esta playa es también conocida como la “Praia dos argentinos”: es grande la cantidad ciudadanos de este país en esta determinada playa, al punto que los brasileños te hablan (o al menos intentan) en castellano. Es fácil también encontrarse (aunque en un número menor que argentinos) con varios uruguayos, algunos colombianos, y varios europeos; es más cosmopolita que otras playas de la región. A la salida de Canasvieiras, en medio de la carretera (la 401) encontramos el Restaurant Chico, ofertando una docena de ostras al vapor por RS5,90 ($3,5). Para un peruano, acostumbrado con frutos del mar, fue un buen descubrimiento.
Joaquina, donde se practica, entre otros deportes, el sand surf. El viento fuerte que hay en esas pequeñas dunas ayudan a la práctica de ese deporte, mas no así para fotografiar: millones de granos de esa arena blanca viene con el viento y, lamentablemente, no se puede estar cambiando de lente a cada momento, por el riesgo de que esas partículas invada al interior de la cámara; aun así pude hacer algunas tomas, lo mejor es dejar la cámara en la maletera del auto.
Luego enrumbamos hacia Playa Mole, donde la vista a lo lejos ya mostraba el paraíso que es. Lo negativo: la cantidad de carros que aglomeran la vía, y las personas que ponen su funk carioca a un volumen muy alto (si al menos fuera rock): contaminación auditiva que jode, pero que no llega a afectar la linda vista, el mar tibio, y la arena blanca que ahí se disfruta.
Como en todo lugar hay que tener ciertos cuidados, ya que como en toda ciudad que recibe turistas nacionales y del exterior se pueden topar con grupetes de timadores o asaltantes, muchas veces armados, pero ese no es mal sólo de aquí, de Floripa, lamentablemente en muchos lugares encontramos eso.
Floripa es un paraíso.