El Maestro Haedo.
En burro y con una simple libreta recorrió a comienzos del siglo XX Inocencio Haedo Ganza, el maestro Haedo, toda la provincia zamorana, para recopilar el folclore de una tierra que le había acogido años antes, en 1.896, con el resto de su familia, después de que su padre, Inocencio Haedo Fernández, fuese desterrado de Santander, ciudad en la que fundó su Banda de Música Municipal, por sus ideas republicanas.
Asombrosamente dotado para la música, era capaz de transcribir "de oído" a un pentagrama, las tonadas y romanzas que los mayores de los pueblos le cantaban en cada una de sus visitas.
A pesar del porte serio que siempre ofrecía, con su barba y gafas características, y casi siempre ataviado con esa boina típica del norte, que le recordaba sus orígenes, se le recuerda como una persona entrañable.
Fallecido en Zamora el 29 de Agosto de 1.956, el maestro Haedo creó y dirigió la Real Coral de Zamora, en cuyo repertorio incluyó canciones tradicionales como la tonada "El Tío Babú".
El Tío Babú.
Según transmisiones orales sobre romances del pasado, en un lugarejo que ignoramos, habitaba un hombre que se sabe era rústico trabajador del campo. De procedencia desconocida, calzaba un tipo de alpargatas de origen árabe (babuchas), y de aquí se le atribuye en el romancero vulgar el nombre de Tío Babú, por dicho calzado árabe.
El albergue o casa en que se alojaba debía de estar cercano al pago denominado Bardada o Bardales, y cuando otros trabajadores y trabajadoras del campo pasaban por las inmediaciones del lugar, le saludaban, y si la meteorología era adversa le comentaban: "cómo llueve por Bardales tio Babú", recogiéndose en el romancero la tonada toresana "Tío Babú", que suena así:
La popularidad y el arraigo de este canto de vendimia se pone de manifiesto en el hecho de que varias marcas de vinos con denominación de origen "Toro" han recurrido a ella para poner nombre a sus vinos.
"Tío Babú" forma parte del folklore y de las señas de identidad toresanas.