For sama

Publicado el 20 noviembre 2020 por Gerardo Pérez Sánchez @gerardo_perez_s

No me consta que un documental haya estado nunca nominado a un galardón en la categoría de mejor película. Nunca hasta el año pasado, en el que “For Sama” logró en los BAFTA de la Academia de Cine Británica, además del premio al mejor documental, sendas candidaturas en los apartados de mejor film británico del año y mejor largometraje en lengua extranjera. En los “British Independent Film Awards” sí triunfó sin discusión, alzándose con los reconocimientos a mejor dirección, película, montaje y documental. Estuvo asimismo a punto de llevarse el Oscar de la Academia de Hollywood y fue reconocido, entre otros certámenes, en el Festival de Cannes. Por lo tanto, el aplauso y la valoración en torno a este trabajo han resultado prácticamente unánimes. Ahora, aunque con notable retraso, llega a la cartelera española, si bien se ha podido ver con anterioridad en contadas proyecciones.

“For Sama” refleja una experiencia vital muy dolorosa, desgarradora y realista, hasta el punto de que, por momentos, supone un gran esfuerzo mantener la vista en la pantalla. Los titulares de los periódicos y las breves conexiones televisivas con los corresponsales en los conflictos armados nos proporcionan información pero, al mismo tiempo, nos ahorran el mal trago de compartir las imágenes más crudas de la barbarie, la desesperación y la desnortada deriva de esta raza humana empeñada en autodestruirse. Sin embargo este documental, con escasos medios y a través de precarias secuencias, consigue sacudir esa parte de la consciencia adormilada a veces por las comodidades de las sociedades modernas, tan alejadas de los combates, los ataque aéreos y los escombros como escenario cotidiano.

La narración se construye sobre la fortaleza de una mujer que se enfrenta al amor y a la maternidad en el contexto de la guerra que le rodea. La filmación se desarrolla sobre el trasfondo de una carta escrita por una madre a su hija. En ella, se relata la vida de Waad al-Kateab durante los cinco años del conflicto en Siria, etapa en la que la joven se enamora de un estudiante de Medicina, se casa con él y da a luz a Sama. Mientras todo el pueblo sirio trata de escapar del país, el matrimonio decide quedarse al frente de un hospital de voluntarios construido para curar a los heridos de guerra. La historia de Waad revela el verdadero dilema que se le plantea a la protagonista cuando se halla en la tesitura de una difícil elección: abandonar la ciudad para mantener a su hija a salvo, aunque ello acarree abandonar su propia lucha por la libertad.

La guerra de Siria, iniciada en 2011, ya no ocupa portadas ni ocupa minutos en los noticieros. Tras casi una década, se ha aceptado como un lejano enfrentamiento, permanente y constante, similar al de Yemen u otros destinos igualmente desdichados. Y ante este panorama, “For Sama”, por muchas carencias que presente, impacta vivamente por su forma de presentar la terrible realidad con intensidad e interés. No conmoverse es completamente imposible, tan imposible como no indignarse. En mi opinión, no existe documento ni cinta que iguale su capacidad de agitar conciencias. Hora y media de proyección es tiempo más que suficiente para saturar al público con un dechado de tristeza y desesperación, así que no puedo siquiera imaginar qué tiene que ser vivirlo en primera persona durante años y años.

A cargo de la dirección y la interpretación destaca Waad Al-Kateab en el que, por ahora, constituye su único trabajo para la pantalla grande. Desconozco si en el futuro volverá a colocarse delante o detrás de una cámara pero, desde luego, su debut no ha podido cosechar mayor número de alabanzas. Sin duda, un merecido consuelo para una existencia tan amarga y devastada. Le acompaña en la realización Edward Watts, con una incursión profesional previa en el cortometraje “Oksijan”. En este caso, hablar de actores resulta totalmente improcedente por razones obvias, puesto que los protagonistas se interpretan a sí mismos. La pequeña Sama, por fortuna, ya podrá contemplar para siempre este testimonio único sobre su experiencia familiar en forma de incomparable legado.