En estos días que se cumple la efeméride del nacimiento de John Ford, y que mejor para celebrarlo que hablar de una de sus mejores películas, “Fort Apache”, y eso que en mi opinión Ford no tiene películas menores, un clásico del cine del oeste, la cual forma parte de la llamada “Trilogía de la Caballería” formada por: “Río Grande”, “Fort Apache” y “La legión invencible”.
Una película que desde los títulos de crédito trasmite alegría, recuerda al cine de toda la vida, con esa diligencia que abre la película a través del inconfundible paisaje de Monument Valley.
Es una película que desprende optimismo, fuerza, calidad, emoción, épica y sobre todo mucha felicidad. Una obra maestra del cine, con un blanco y negro prodigioso, que debido al fracaso comercial de la estupenda “El fugitivo”, obliga a Ford, para salvar a la productora volver al oeste. Ford nunca fue un hombre del oeste, aunque Ford sentía como nadie el cine del oeste. Además cumple con la obsesión de Ford por hablar del ejército, marcado por su participación en la II Guerra Mundial.
Fort Apache tiene todos los tópicos sagrados de las películas del oeste: diligencias, agentes indios corruptos, cortejos en los porches y las batallas épicas contra los indios.
Ford dibujo como nadie la cotidianidad de la vida en un fuerte, como conviven con la muerte acechándoles, el sufrimiento de las mujeres o esos bailes de oficiales. Lo bien que estaban representadas las costumbres de la vida en un puesto de caballería, las estancias y los dormitorios del fuerte o incluso el vestuario de los soldados y oficiales.
Esta película está interpretada por John Wayne como el capitán York, y por Henry Fonda como el Teniente Coronel Tardey, y un papel secundario un habitual de las películas de Ford como era Víctor Mc Laglen. Wayne le regala a Fonda el papel más jugoso de la película, y Fonda lo agradece con una de las mejores interpretaciones de su carrera.
Esta película nos cuenta la historia de un teniente coronel, que es destinado a un pequeño fuerte de perdido en mitad del desierto, está empeñado en lograr honores, cumpliendo las ordenes a raja tabla, imponiendo una fuerte disciplina en el ejercito, posición que choca en todo momento con el capitán, que sabe y conoce como es la vida allí, y como se debe tratar a los indios de estas tierras.
En mi opinión es un western muy importante, porque fue el primero que dio voz a los indios, al contrario que en otras películas del oeste, aquí conocemos lo que piensan y les oímos hablar y conocer sus motivaciones. Otra cosa a resaltar, es que los indios no son los malos de la película, aquí el que desata las hostilidades es el agente indio corrupto (el hombre blanco).
Otra de las cosas que más me gusta de este film es como dibuja Ford a las mujeres de los soldados (“Army wifes”), lo difícil que es ser la esposa de un soldado que se va a la guerra, y no sabe si lo volverá a ver. Muy bonita también la imagen de las esposas viendo marchar a sus maridos a una muerte segura, y como una de las esposas prefiere no llamar a su marido que le han concedido cambio de destino, porque está enormemente orgullosa de él, y de la profesión que ha escogido. En su día tuvo mucha polémica una de las frases del film, pronunciada por la mujer de un oficial.
“Ya no les veo, solamente se ven las banderas”, como siempre no faltaron los críticos de Ford atacándole de cosas que en nada tienen que ver con el cine.
Henry Fonda interpreta magistralmente al teniente coronel, Owen Thursday, un antiguo general degradado a un puesto de caballería remoto, claramente inspirado en el general Custer, arrogante, prepotente, vanidoso y que no respeta a sus enemigos. Como se puede ver en el brillante diálogo siguiente:
"- Coronel: Voy a convertir a este regimiento en el mejor de toda la frontera.
- Capitán: Aquí no se pueden ganar honores. - Coronel: Se van a cumplir las ordenanzas a rajatabla, y no vamos a tener ningún problema con los ligeros picotazos de unos indios cobardes, al contrario que otros lugares donde se enfrentan al valeroso sioux.- Capitán: ¿Cobardes?, dicen que unos Sioux atacaron una vez un poblado apache, y dicen los que lo vieron que se podía seguir su retirada por el rastro de cadáveres que fueron dejando. - Coronel: De la que venía hacia aquí he visto algunos de sus apaches.- Capitán: Con todos los respetos señor, SI LOS HA VISTO NO ERAN APACHES."
Por eso que la batalla final de la película nos recuerde tanto a la batalla de “Little Big Horn” donde el indio Toro Sentado masacro a la compañía del general Custer.
No creo que el general Thursday fuese un mal estratega, porque en una de las escenas vemos como utiliza brillantemente un carromato para derrotar a los indios en una batalla, además creo que Henry Fonda fue durante la guerra civil un héroe condecorado, pero comete uno de los peores errores que se puede cometer en una guerra, que es menospreciar al enemigo, el no saber adaptarse a las guerras indias y a la manera de vivir en el oeste. Su soberbia lleva a sus hombres a una muerte segura.
La historia de Fort Apache está inspirada en un relato corto de James Warner Bellah para “The Saturday Post” llamado “Masacre”, donde el propio James firmó el fantástico guión de la película, como curiosidad decir que el papel interpretado por Henry Fonda al final del relato se suicidaba.
Una preciosa escena ocurre cuando viendo que van a matar a su regimiento, en un último acto de honor, decide volver a morir con sus hombres, se puede decir que la muerte le redime, por eso el bonito primer plano de Wayne mirando a Fonda con respeto y admiración por salvar su honor con su muerte.
Al igual que ocurría en “El hombre que mató a Liberty Valance”: “Cuando la leyenda se convierte un hecho, imprime la leyenda”, para salvar el honor del regimiento y del coronel muerto, es precioso el parlamento de Wayne con el reflejo de los jinetes sobre el cristal.
- "Periodista: Debió ser un gran hombre y un gran soldado- Capitán: Nadie murió con mayor coraje, y obtuvo más gloria para su ejército.- Periodista: Se ha convertido en leyenda y es el héroe de los escolares norteamericanos. Siempre suele ocurrir lo mismo se recuerda a los Tardey y los demás quedan olvidados.- CAPITÁN: NO QUEDAN OLVIDADOS PORQUE NO HAN MUERTO, ESTÁN AQUÍ CON UNA PAGA DE 13 DÓLARES AL MES, Y UN RANCHO DE ALUBIAS SOLAS, Y LO MAS PROBABLE ES QUE COMAN CARNE DE CABALLO ANTES DE QUE TERMINEN LA CAMPAÑA, REÑIRÁN EN EL JUEGO, O POR UNA BOTELLA, PERO COMPARTIRÁN HASTA LA ULTIMA GOTA DE AGUA, CAMBIARAN SUS ROSTROS SUS NOMBRES, PERO SON ELLOS EL REGIMIENTO, EL EJERCITO REGULAR, AHORA Y DENTRO DE 50 AÑOS, EL LO CONSIGUIÓ UN REGIMIENTO DEL QUE UNO SE PUEDE SENTIR ORGULLOSO."
Y con estas palabras se termina la película, es muy curioso el final a pesar de que el coronel Thursday había llevado a sus hombres a una masacre, lo convierten en héroe nacional, para salvar el orgullo y el honor del regimiento.
Un rasgo común de las películas de John Ford era el enorme respeto que tenía por los indios, en todas sus películas los respeta, incluso en esta que los indios atacan salvajemente al ejército regular, ataque que realizan porque no pueden vivir más en la reserva sin comida, ni bebida, y solamente se ven forzados a atacar por pura supervivencia.
Otra característica común de las películas del oeste de John Ford, era que casi siempre las rodaba en Monument Valley, un paisaje de espectacular belleza que podemos admirad en la escena que montan a caballo la hija del Coronel y un joven soldado que la pretende.
Otro de los pasajes que hacen más grande este western son los hermosos pasos de baile en la oscuridad del porche de la hija del coronel, Shirley Temple, y el joven soldado, John Agar. Que bien está la niña prodigio en este western, transmite felicidad y alegría durante toda la película, que como curiosidad ya participó siendo niña en otra película de John Ford llamada “La mascota del regimiento”, ya que como todo el mundo sabía Ford adoraba a esa niña.
Existe en la película una de esas persecuciones que hizo famoso a John Ford, la de un carromato perseguido por unos indios furiosos, con gran semejanza a la persecución de “La Diligencia”, excelente persecución que nada tiene que envidiar a las escenas de acción de las películas actuales, con unos magníficos especialistas. Un rasgo común del cine de Ford, la gran cantidad de buenos especialistas que tenían sus películas, como montaban a caballo, saltaban y caían del mismo.
Lo hermosa escena de la batalla final, los soldados atrapados en ese círculo, se produce un silencio sepulcral, los soldados liderados por el general Thursday miran fijamente a la muerte a la cara, este silencio es roto por el ruido de los cascos de unos caballos y los gritos de los indios que cada vez se oyen más cerca y más alto, se produce una nube de polvo, y cuando la nube se levanta, todos los hombres del circulo están muertos. Épica muerte, que no creo que diferenciase mucho de la muerte real del General Custer y su batallón.
Y por último una de las escenas más grandes y bonitas de la filmografía de Ford, y me estoy refiriendo al baile de suboficiales, rodado con la maestría que solamente tenía Ford, con esos planos con gran profundidad de campo. La liturgia, el porte, la marcialidad, la elegancia, la seriedad, y sobre todo la épica y la emoción como se encuentra rodada toda la escena. Un baile mágico dentro de la gran filmografía del hombre que hacía películas del oeste, con la música totalmente reconocible de “El Hombre tranquilo”.