Un sencillo drama intimista, que en apenas tres escenarios, nos relata los desafíos a los que se deben enfrentar las parejas de militares que están lejos de casa. La base de la película son las actuaciones, y en este aspecto todos los actores cumplen con creces, sobretodo la frágil figura central de la historia interpretada por un convincente Andy Gillet quien consigue que empaticemos con su personaje. El hecho de durar tan poco hace que se raspe sólo la superficie de un tema tan relevante como la soledad en sus diferentes formas, aunque se agradece la formalidad de una realización que no intenta retorcer lo que nos están contando.