Unas 3 horas y algo nos tiramos dando vueltas y es que cuando vamos los cuatro, el factor prisas desaparece nadie nos espera así que, da igual la hora que llegues a casa.
Me hacia gracia porque Iván y yo llevábamos un ritmo constante, llámalo diesel y tanto Adri como Gerard, iban a trompicones lo mismo iban a tu ritmo que te subían al sprint algún tramo, yo hago esos cambios de ritmo y me rompo algo seguro, y es que lo solían hacer en los tramos de mas desnivel, yo los animaba, porque ellos se divertían así pero seguirlos... imposible...jajaja
Vimos un par de picos mas que a los críos les llamó la atención pero eso nos los guardamos para la próxima, siempre hay que buscarse una excusa para volver.
Una vez en la cima nos tomamos unas galletas para reponer fuerzas, disfrutamos un rato de las vistas y para casa.
Y si mis hijos corren en la subida, imaginaros si hay algo de bajada, ya no hay quien los pille.
Pero en fin, la cuestión es que se divirtieron y yo me he encontré bien, la teoría es que no puedo correr hasta que no acabe de fortalecer, pero el trauma no quiere que lo deje del todo, porque sino me pasa lo que en la cursa de la mujer que cogí una sobrecarga en el isquio que yo pensaba que ya me lo había vuelto a romper del dolor que tenía, por suerte todo quedó en un susto así que aunque sea poco, en elíptica o cinta algo seguiré haciendo. La cuestión es moverse y disfrutar mientras lo haces.