Los gobiernos de los países europeos sometidos a la crisis de la deuda pública y al acecho de los mercados deben dar muestras de fortaleza y habilidad para recuperar la confianza de los mercados y tomar medidas decididas y acertadas que permitan recomponer sus déficit y sus economías a corto, medio y largo plazo. Han de conseguir re-equilibrar las cuentas públicas a la vez que evitar la caída en recesión, porque de no conseguirlo se arriesgan a llevar a sus países a la quiebra.
Pero ¿basta con el trabajo de los gobiernos estatales? No. Necesitan tres tipos de apoyo de las instituciones europeas:
- A corto plazo: El apoyo del BCE, comprando deuda pública, si los ortodoxos (léase los alemanes) lo permiten. De no hacerlo, la fiebre del enfermo puede hacerlo entrar en coma irreversible.
- A medio plazo: El apoyo del Fondo Europeo de Rescate. Si se consigue que la UE sea capaz de poner en práctica las medidas que se le piden.
- A largo plazo: El cambio de los tratados de la UE para que se fortalezca la unión fiscal.