"Si piensas que una debilidad se puede transformar en una fortaleza, odio decirte esto, pero eso es otra debilidad " Jack Handy
Pujol y Raúl. Ambos son los capitanes de sus respectivos clubes de fútbol (Real Madrid y Barcelona). Ambos llevan toda su vida profesional en el mismo equipo. Ambos juegan al fútbol. Ambos han ganado títulos. Ninguno de los dos ha sido una estrella mediática de fama mundial, al menos no tanto como los Zidane, Ronaldo, Ronaldinho o Messi. No han sido los que mejor jugaban o los más rápidos. Pero ambos tienen dos características comunes. Han sabido potenciar al máximo las fortalezas y disminuir al mínimo sus debilidades
En una estadística de la pasada eurocopa se demostraba que el segundo jugador que menos pases fallaba era Pujol (más de un 90% de acierto), ¿por qué? Porque arriesga muy poco en algo que sabe que no es su mejor virtud. ¿Cuál es? Su mentalidad y su concentración. Algo que también comparte con Raúl. Muchos le achacan su falta de regate, ahora su falta de velocidad, da igual, siempre está ahí, para aprovechar su momento. Ya no intenta regatear o correr más que el defensa, espera y si hay una oportunidad, mete gol.
¿En qué nos puede ayudar el ejemplo Raúl y Pujol? Todos somos conscientes de nuestras debilidades, y claro está, no hablo del deporte. Nos da miedo hablar en público, pedir un aumento, memorizar algo, lo que sea. También es posible que tengamos debilidades que no queremos reconocer, y que solo a través de los que nos rodean o de nuestras actitudes se nos hacen evidentes. De una forma u otra, todos tratamos de cambiarlas, de mejorar. La cuestión es cómo.
¿Cómo disminuir al mínimo las debilidades?
Siempre he sido muy despistado, y durante mucho tiempo he tratado de mejorar mi despiste. "Venga voy a tratar de acordarme de esto", y daba igual, siempre fallaba. La solución no pasaba por intentarlo con más fuerza, o poner más fuerza de voluntad, sino por la técnica. Hay dos formas de minimizar nuestras debilidades:
Reduciendo las posibilidades de error. Se trata de evitar situaciones en las que sabemos por experiencia que ya hemos fallado antes. Por ejemplo, "¿haces el favor de llamar a fulanito para decirle X?", "Ok, luego le llamo". Nooooo, error. Llama ahora mismo, luego se te va a olvidar y no vas a llamar. Por mucho que te empeñes ocurrirá. Otro ejemplo, "¿Quién se encarga de esto?" "Venga, yo me encargo". Otro error. Muchas veces por querer quedar bien nos encargamos de tareas que no nos van, y que sabemos de antemano que nos costará cumplir. Evítalas.
Apoyándonos en la tecnología. Por supuesto, el punto anterior no es aplicable a todas las situaciones. De lo contrario, nunca nos responsabilizaríamos de nada. Ahí es donde debes dejar que la tecnología (en cualquiera de sus formas) venga en tu ayuda. El móvil puede ser una herramienta muy práctica para recordarte tareas, pero también el email, o un calendario, o una persona en la que confíes (y que no tenga nada que ver con tu vida) para que te lo recuerde, un bloc de notas...
¿Cómo potenciar al máximo las fortalezas?
Haciendo lo que nos gusta. Puesto que no es posible llegar a todo en la vida, y cada uno tenemos ciertas habilidades innatas o capacidades adquiridas, es importante asumir las tareas que mejor nos vienen cuando sea posible. Es más, sería conveniente buscar activamente ese tipo de actividades. Si nos gusta hacer algo, pero hacemos una tarea que no tiene nada que ver con eso, vamos a tener más complicado aprovechar nuestro potencial. Enfocándonos en lo que mejor se nos da o más nos gusta, es como vamos a poder aprovechar al máximo nuestras fortalezas.
Controlando nuestro esfuerzo. No se puede llegar a todo. Ni Pujol ni Raúl corren por todo el campo. Con el tiempo es crucial darse cuenta de dónde están nuestros límites. Es preferible decir que no a 9 cosas de 10, para emplear el 100% de nuestra motivación, recursos y energía en esa única tarea donde todas nuestras fortalezas puedan brillar. La combinación de una sola tarea y que sea algo que nos guste o motive, es algo insuperable. Conseguirlo no es tan fácil como parece, por eso es importante buscar esta situación de forma activa.
Por supuesto, no se trata de no asumir retos incómodos, o de hacer siempre lo que nos gusta. Se trata de que, dentro de nuestro margen de maniobra razonable, decidamos invertir nuestro esfuerzo y dedicación en aquello que realmente nos va a aportar algo, y sobre lo que podremos sacarle más partido gracias a nuestra pasión. Para el resto, reduce las posibilidades de error, y apóyate en la tecnología siempre que puedas. No te preocupes, por apuntarte cosas en la agenda no vas a perder memoria, sobre todo si el tiempo restante lo usas en cosas que te apasionen.
Fuente: https://es.paperblog.com/fortalezas-y-debilidades-129093/