Consiste en provocar un invierno artificial que desencadena la floración de estos bulbos unas semanas antes de lo habitual.
Para ello se eligen entre 3 tipos de sustratos: mantillo, grava o agua.
- Mantillo: Se entierran los bulbos sin hundirlos demasiado y se riegan con regularidad.
- Grava: En un recipiente se echa una capa de grava de unos 15 cm y se colocan encima los bulbos. Añadimos agua hasta que haga contacto con el bulbo. Regar regularmente manteniendo siempre la humedad pero sin anegarlo.
- Agua: Colocamos el bulbo en un recipiente y añadimos la cantidad necesaria de agua para que la base del bulbo esté en contacto con ella. Dejamos que repose unos días en un sitio fresco y oscuro (sótano, nevera, etc.) y luego provocamos su floración estimulándolos con luz y calor, por ejemplo, acercándolos a una ventana soleada, a un radiador, etc.
Un truco: Si añadimos carbón vegetal evitaremos que el agua se pudra.
Algunos bulbos que pueden ser forzados son: crocos, escilas, jacintos, nazarenos, narcisos, tulipanes, etc.
También se pueden comprar en viveros y tiendas de semillas, bulbos que ya están forzados evitándonos así todo este proceso. Si adquirimos uno de éstos debemos plantarlos inmediatamente ya que están listos para florecer.
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